BILBAO, 27 (EUROPA PRESS)
Un centenar de personas han formado una cadena humana este sábado en las playas vizcaínas de Gorliz y Plentzia para reclamar a las instituciones unas políticas migratorias “de desarrollo y acogida”, tanto en los países de origen como en los de destino.
Convocados por la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak, los participantes en la iniciativa ‘Marea Amarilla’ han reivindicado lemas como ‘Ninguna persona es ilegal’, ‘Europa, canalla, abre la muralla’ o ‘Ni muros ni fronteras ni muerte en las patera’.
Las actividades programadas durante esta nueva edición de la ‘Marea Amarilla’ tienen como objetivo alertar de la realidad a la que se enfrentan “millones de personas en todo el mundo que, por diferentes razones, se ven obligadas a dejar sus países de origen e iniciar un tortuoso camino lleno de riesgos y de dificultades tratando de llegar a Europa”.
Asimismo, los participantes han exigido a las instituciones que adopten políticas migratorias y de acogida que respeten los derechos humanos recogidos en los distintos tratados internacionales.
La asociación ha denunciado que más de 28.000 personas han fallecido desde 2014 intentando llegar a Europa o en sus fronteras interna.
Asimismo, ha explicado que, entre los días 30 de septiembre y 1 de octubre, se va a celebrar en Bruselas un acto de protesta con el lema ‘Derechos. No más muertes por migrar’ exigir a las instituciones europeas medidas concretas que garanticen los derechos humanos de las personas migrantes y “lograr la regularización de todas las personas que han llegado y viven en la Unión Europea”.
El portavoz de Ongi Etorri Errefuxiatuak Luis Guridi ha lamentado, en este sentido, que las actuales políticas europeas en esta materia están orientadas más a “una política de seguridad, que de desarrollo, de acogida y de derechos humanos”. “El objetivo es que el problema se quede en las fronteras de los países emisores y no venga aquí”, ha criticado.
Guriri ha inisstido en la necesidad de abordar la migración no “en términos de problema, sino de oportunidad” porque, según ha planteado, “son gente que necesitamos”. De este modo, ha apelado a abordar el fenómeno migratorio con una política “consensuada y respetuosa con los derechos humanos”, teniendo en cuenta las necesidades de los países de origen, de los países de destino y de los propios inmigrantes.
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