Rechaza que pueda haber “un apocalipsis económico” y considera que se tiene “más miedo al control efectivo del tiempo de trabajo”
BILBAO, 30 (EUROPA PRESS)
El secretario general de CCOO, Unai Sordo, prevé una tramitación complicada de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, pero cree que es “perfectamente posible que vea la luz” y que se aplique “a todo el mundo” a partir de 2026. Además, rechaza que pueda haber “un apocalipsis económico” por ello, y considera que, “en parte del mundo económico”, se tiene “más miedo al control efectivo del tiempo de trabajo”.
En una entrevista concedida a Herri Irratia-Radio Popular, recogida por Europa Press, Sordo ha destacado la importancia del acuerdo alcanzado entre el Ministerio de Trabajo con los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, para reducir la jornada laboral máxima a las 37 horas y media a la semana a lo largo de 2025, y que ha sido rechazado por la patronal.
El líder de Comisiones Obreras ha asegurado que han firmado este acuerdo con el Ejecutivo y no con Sumar. A su juicio, se vive un tiempo de “mucha disputa de narrativas”, y ha señalado que algunas polémicas existentes en torno a este pacto alcanzado le dejan “frío”.
Tras admitir que su tramitación como proyecto de Ley va a ser complicada, ha dicho que va a tardar “unos cuantos meses” en ver la luz”. “En el propio acuerdo se prevé cómo entrará en vigor la reducción de la jornada si no es modificado en los trámites parlamentarios, y ya se prevé que habrá un proceso de adaptación a través de las comisiones de los convenios colectivos con una fecha tope que será el 31 de diciembre del año 25”, ha indicado.
Por ello, ha dicho que se trata de que, “a partir de 2026 todo el mundo tenga como jornada legal máxima de trabajo las 37,5 horas semanales”. “Lo importante es si esto ve la luz y si mejora las condiciones de trabajo de millones de personas”, ha manifestado.
Unai Sordo ha explicado que a él lo único que realmente le importa es “cómo afecta a las trabajadoras a tiempo parcial, cómo impedir que haya ningún tipo de absorción salarial para compensar esa reducción de la jornada de trabajo, y hasta qué punto la reducción de jornada contribuye a la generación de nuevos empleos, en un país que todavía tiene una tasa de paro por encima del 10 o del 11%”.
A la espera de ver si concita una mayoría parlamentaria suficiente, ha recordado que CCOO y UGT están hablando con los partidos políticos. De momento, ya se han reunido con PNV, EH Bildu, Sumar, el PSOE o Junts, y lo harán con ERC y esperan hacerlo también con UPN. “Nuestra intención es tratar de convencer al conjunto de los grupos de las bondades de la medida”, ha indicado.
A su entender, la impresión de los contactos hasta ahora “es buena”, incluso con Junts, “que puede ser el partido que aparentemente puede tirar abajo esta reforma”, ya que les han trasladado que “no tienen posición tomada en este sentido, que no tienen una posición en contra, que lo quieren evaluar y que quieren ver cómo afecta a las pymes, y cómo se traduce o cómo se aborda en el trámite parlamentario”.
“Tengo claro que todo el mundo va a querer enmendar según qué cuestiones. Por tanto, yo creo que el partido (Junts) está abierto y que es perfectamente posible que esta medida vea la luz, porque es muy valorada por la ciudadanía”, ha remarcado.
Sordo ha considerado que “a cualquier persona, sea más de izquierdas, más de centro, más de derechas, en principio le suena bien que, sin tocar los salarios, se reduzca la jornada laboral, y a todo el mundo le suena bien que la jornada de trabajo por ley no puede ser en el 2024 la misma que en el año 1983”.
“No hace falta ser un genio de la economía para pensar que es razonable que, con todo lo que ha cambiado la empresa, el país, la economía, se reduzca el tiempo de trabajo 41 años después”, ha manifestado.
EUSKADI
El secretario general de CCOO ha dicho que Euskadi sería una de las comunidades menos afectadas por esta reforma porque, en la actualidad, ya se aplica esta reducción en muchos sectores, como en el funcionariado, pero ha resaltado que está cuantificado que afectaría a unas 300.000 personas.
“Tampoco es broma, la medida es muy importante. Es decir, reducir de 40 a 37 horas y media el tiempo de trabajo por semana es muy relevante, pero además esto luego tiene un efecto arrastre en los convenios colectivos. A la medida hay que darle el valor que tiene, que yo creo que es muy relevante”, ha dicho.
En todo caso, ha explicado que en los convenios colectivos, a nivel estatal, la media de horas es ya de 38,2, “y hay muchas empresas, muchos sectores donde, en general, se trabaja menos ya de estas 37 horas y media”, ha señalado.
Por ello, ha señalado que “el tiempo de trabajo es tan importante como su distribución”. “En el acuerdo se recogen cosas respecto a la desconexión digital, por ejemplo”, ha subrayado.
También ha defendido que se tengan “palancas y fórmulas que permitan controlar efectivamente el tiempo de trabajo porque, si no, las leyes y las normas no se cumplen”. “Yo soy consciente de que en parte del mundo económico es casi esa medida a la que más miedo se le tiene, al control efectivo del tiempo de trabajo”, ha indicado.
Para Unai Sordo, “no todos están radicalmente en contra” de la medida, “pero nadie está particularmente a favor dentro del mundo empresarial”. “Lógicamente, los sectores y las empresas que ya tienen jornadas laborales más reducidas, no son beligerantes contra la reducción de jornada. Claro, nosotros lo que decimos es que las leyes y los convenios que marcan el tiempo de trabajo tienen que cumplirse igual que se cumple la Ley de Seguridad Ciudadana o el Código de Circulación”, ha advertido.
En esta línea, ha dicho que no sabe “por qué se da por sentado que haya horas extraordinarias que no se pagan o que no se cotizan, que haya alargamientos de jornada y dinero en ‘B’ en muchos sectores de forma bastante habitual, y esto no se puede tolerar en años en los que se sabe que hay agua detrás de una roca en Marte y resulta que no se sabe cuántas horas efectivas se trabaja en un sector como el de la hostelería, que trabaja de cara al público, que factura, que tiene unas determinadas horas cotizadas a la Seguridad Social, que tiene unos horarios de trabajo o un consumo energético”.
En su opinión, a través de la Inteligencia Artificial se pueden contrastar los datos para conocer “el riesgo real de que se estén incumpliendo los horarios en estos sectores”. “Es cuestión de voluntad política y de poner recursos técnicos a disposición de la inspección de trabajo para evitar el uso recurrente de horas fraudulentas”, ha mantenido.
Preguntado por si habrá ‘un apocalipsis económico’ si se aprueba la reducción de jornada laboral, ha contestado que será “un apocalipsis similar al que iba a haber si se subía al Salario Mínimo Interprofesional un 54%”.
“No hay más que recuperar la hemeroteca de lo que se decía cuando se subió el SMI a 900 euros, 950, 1.000 y 1.034. En determinados círculos de pensamiento económico se decía que eso era un disparate”, ha recordado, para añadir que se aseguró que iba a suponer “la destrucción millonaria de puestos de trabajo”.
Al contrario, ha asegurado que se está “en el récord histórico de cotizantes a la Seguridad Social, más de 21 millones de personas trabajando”. “Nunca ha habido tanta gente trabajando, cuando el SMI se ha subido, en apenas un lustro, un 54%. Ese es el apocalipsis que anunciaban y los resultados son bien distintos a los que pronosticaban los dogmáticos de estos mantras neoliberales”, ha manifestado.
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