Afirma que la “historia de Euskadi y el PNV es la de la defensa de la democracia y la libertad”, por lo que le preocupa el autoritarismo
BILBAO, 11 (EUROPA PRESS)
El Lehendakari, Imanol Pradales, ha afirmado que el “mejor camino para el bien y el progreso del mundo, y específicamente de EEUU y de Europa, es la colaboración”, por lo que ha instado a buscar nuevas fórmulas para ello “más allá del ruido político y mediático”.
“Compartimos relaciones históricas, comerciales, económicas, de seguridad, culturales, científicas, pero, sobre todo, compartimos una cosmovisión, una forma de entender el mundo, sobre los valores de libertad, igualdad, humanismo o democracia. Hoy, en un momento en que las políticas de Trump están generando mucho ruido y mucha convulsión, creo que debemos reivindicar más que nunca estos valores que compartimos”, ha manifestado.
Además, ha señalado que la “historia de Euskadi y del PNV es la historia de la defensa de la democracia y la libertad”, por lo que ha dicho observar con “gran preocupación” el auge de las olas antidemocráticas y autoritarias, que “niegan al diferente y tratan de imponer su forma de entender el mundo”.
Pradales ha mantenido este martes, en la segunda jornada de su viaje oficial a Estados Unidos, un encuentro en la School of Media & Public Affairs de la George Washington University con profesores y alumnado, en el que ha animado a plantear cuáles son los ejes, las oportunidades y los instrumentos para fortalecer las relaciones entre las personas y los países que comparten una misma forma de entender el mundo, como son los de América y de Europa.
En este sentido, ha aludido a relaciones académicas y científicas, a relaciones entre empresas, a relaciones culturales, a relaciones de turismo, a relaciones religiosas o a relaciones políticas subestatales.
Tras manifestar que acude a la charla, sobre todo, como político europeo, ha trasladado su lectura de que la guerra de Ucrania pone de manifiesto las intenciones de influencia de Rusia en Europa, las políticas de Trump manifiestan que Estados Unidos “no es un aliado incondicional para Europa, y que está jugando con Europa para sus propios intereses, por ejemplo, contra China (tratando de alejar a Rusia de China)”.
Asimismo, ha considerado que China, de momento, “sale ganando de estas dinámicas y su competencia e influencia” debilita a Europa como continente, mientras África, y sobre todo el norte de África, ejerce una presión migratoria importante hacia Europa, y la inestabilidad de Oriente Medio “condiciona todo el resto”.
En definitiva, ha dicho observar un debilitamiento del “multilateralismo, el cierre del mundo, las ansias imperialistas de algunas potencias y un mundo de bloques en el que Europa tiene que seguir siendo Europa”.
En consecuencia, ha alertado de que la supervivencia del proyecto europeo, del bienestar alcanzado y de los valores de vida (libertad, igualdad, justicia social, democracia) “están en riesgo”, por lo que ha llamado a reforzar el proyecto europeo, con transformaciones y apuestas de calado (en línea de los informes de Draghi, Letta y Niinisto).
Respecto a la democracia, ha afirmado creer en ella “firmemente y desde las convicciones más profundas”, y aludiendo a los medios de comunicación, ha señalado que “la fragmentación de las audiencias, la personalización de los mensajes, la capacidad de difusión de contenidos al alcance de cualquiera, generan características del espacio público totalmente distintos”.
“Si a eso le añadimos los sesgos y la manipulación de los algoritmos, las estrategias de desinformación y el desafío de la IA, nos encontramos ante un sistema de construcción de realidad que no responde a las necesidades democráticas de construcción de espacios compartidos de información y comunicación”, ha alertado, para invitar a reflexionar sobre cómo articular y regular el nuevo espacio público de debate, información y comunicación que permita la defensa y el fortalecimiento democrático.
En este sentido, ha reiterado su creencia “firme” en la democracia “porque es el único sistema político capaz de garantizar la dignidad, libertad e igualdad de todas las personas; porque los valores que le son propios (pluralidad, tolerancia, respeto…) y la cultura que representa (diálogo, acuerdos, aceptación de las y los demás…) son los más adecuados para una convivencia constructiva y el progreso humano”.
A mismo tiempo, ha dicho creer “profundamente en el humanismo, en el valor incuestionable de cada una de las personas, por el mero hecho de ser personas, y en que las personas necesitamos de otras personas para que la vida tenga sentido”.
“Por eso, –ha concluido– en esta etapa histórica tan convulsa, debemos confiar más que nunca en las personas y en lo mejor que la humanidad es capaz de hacer. Desde el diálogo, seguro que somos capaces de construir un futuro en común mejor”.
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