Asegura que deja el EBB “muy contento” aunque con “un saquito de decisiones personales” que sabe que han “hecho daño”
BILBAO, 23 (EUROPA PRESS)
Andoni Ortuzar, que se despide el próximo fin de semana de la presidencia del EBB del PNV, se va con la sensación de haber marcado “un liderazgo colectivo” que ha hecho que el partido “haya subido y alcanzado estas cotas de poder institucional”, porque ha permitido a la formación “actuar de manera conjunta”. Así, ante el hecho de que “la nueva política se basa en el culto al líder”, él considera haber sido “el antilíder”.
En una entrevista realizada en el diario Deia, y recogida por Europa Press, se enorgullece de “haber tenido al partido unido en lo fundamental y haber determinado colectivamente los objetivos” que les han conducido a recuperar, desde que él llegó a la presidencia de los jeltzales, “Lehendakaritza y las Diputaciones, mejorar en las capitales, ser más ambiciosos en Nafarroa, incentivar las instituciones vascas en Iparralde…”.
“Nuestras decisiones han quitado y puesto presidentes españoles”, añade, para explicar que ha querido que su liderazgo fuera “humano y por eso contaba chistes” o se disfrazaba.
Precisamente sus decisiones, las personales y no políticas, son las que considera que le han hecho pasar por “los momentos más complicados”. “Tomas decisiones que hay que tomar pero hacen daño a personas, porque una decisión tuya le quita de un puesto, pone a otro, o porque alguien que estaba ya no debe seguir…”, asegura.
“SAQUITO DE DECISIONES”
“Yo me iba a la cama con ese dolor que causas a alguien. Es lo más duro. Tengo un saquito de decisiones personales que han hecho daño, soy consciente, y les pongo cara y ojos a las personas que he perjudicado”, prosigue.
Preguntado por Iñigo Urkullu y Mariano Rajoy, manifiesta sobre el primero que sabe que le entiende “perfectamente y sabe lo que es”, porque él “tuvo que hacer lo mismo con mucha gente”. Sobre el expresidente del Gobierno de España, asegura que fue “consciente del daño que le hacía a la persona Mariano Rajoy”, con quien dice “había tenido una relación de empatía y complicidad altísima”.
“No me importa romper una lanza diciendo que, si Mariano Rajoy estuviera al frente del PP, otro gallo cantaría”, confiesa, sin negar que “la moción de censura era inevitable” y “ha sido buena y productiva para Euskadi”.
A pesar de ello, se retira del liderazgo “muy contento” con la sensación de haber dado “todo lo que podía dar” y de que, durante su etapa, “ha sido el momento del partido de mayor poder institucional y penetración social”.
Recuerda así “la foto” del “Lehendakari, las diputaciones, las capitales y la presidencia de Eudel”, y defiende que “han sido años muy buenos”.
“EN LA CIMA NO SE PUEDE ESTAR MUCHO TIEMPO”
Sin embargo, admite que en “la cima” no se puede estar “mucho tiempo”, y lo que ahora le toca al partido “es bajar”. “Ahora estamos en un proceso de bajadita, pero es para volver a hacer cumbre cuando se pueda. Esa ha sido mi filosofía: paso a paso, y con la gente”, defiende.
Asegura además que “no es que todo este tiempo haya sido un camino de rosas y ahora tengamos las espinas”, porque en sus 17 años en el Bizkai y en el EBB han sido “una pelea constante por ir subiendo escalones, y tuvimos una cima en 2019 y 2020”.
Deja así la presidencia a Aitor Esteban, tras un proceso interno en el que “todo el mundo sabe o dice saber y ha habido muchas informaciones falsas”. Su marcha, asegura, es fruto de su “sensación íntima y personal de que ya había cumplido un ciclo”.
Señala que “los ciclos en política existen” y la única razón de alargarlos es por “situaciones extraordinarias”, como la que comenta que vio él en la legislatura anterior con la irrupción de la pandemia. “Hace cuatro años propuse que hubiera un cambio ya”, explica, “luego vino la pandemia y aquello fue imposible”. Sin embargo, insiste en que él “tenía claro” que su “horizonte final era este mandato”. “Lo tuve claro desde el inicio del anterior”, reitera.
Esta vez, las renovaciones “muy importantes en las instituciones con un Lehendakari y un Gobierno nuevos, dos diputadas generales nuevas” o la “situación política en Madrid, que no sabemos si va a mantenerse” hizo que se pensara la opción de seguir, y le instaron a “ofrecer la posibilidad”. Sin embargo, “luego se vio que la organización está viva, hubo propuestas” y vio “claro”.
Con Aitor Esteban como candidato, “el asunto no podía ser entre dos que, además, representábabamos prácticamente lo mismo en la forma de entender la política, el partido… porque hubiera sido irreal”. En ese momento, explica, se juntaron dos elementos: su “sensación íntima” del fin de su ciclo y que “alguien tenía que echarse a un lado para que no hubiera confrontación”.
AUTOGOBIERNO
Tras la moción de censura a Mariano Rajoy, Ortuzar considera que “ha habido un desarrollo del autogobierno como no había habido en los últimos 20 años”. “Hemos tenido más transferencias que desde que yo tengo uso de razón”, asegura.
En este sentido, manifiesta que están “poniendo las bases para que pueda haber una cosa importante” y reconoce así “la disponibilidad, cecanía y empatía con que los otros dos partidos principales –PSE y EH Bildu– están respondiendo”.
Celebra que el reconocimiento nacional “se está encarrilando”, pero que hasta que no se cierre “el último capítulo, no hay acuerdo”, sin querer dar más detalles. “Yo diría que está encarrilado ya”, asevera.
En este sentido, insiste en que “ya hay un perímetro” para los debates, y una confianza generada entre “las tres partes” para llevarlos a cabo. A la pregunta de si hay líneas rojas en este tema responde que están en una fase “muy incipiente todavía” y que cuando “las cosas entre los tres partidos grandes estén más o menos aclaradas”, bajo su opinión, “los siguientes hablarán con la izquierda confederal para intentar sumarlos a los acuerdos”.
“Era importante ver si había agua en la piscina. Las fuentes de agua somos PNV, EH Bildu y PSE, y bueno, la piscina se está llenando”, comparte.
Según especifica, “una de las novedades de este proceso” es que están los partidos “al completo, con todas las partes de sus siglas”. “No puedo decir ya más”, concluye.
- Te recomendamos -
