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El Gobierno Vasco defiende la transición de un sistema de Salud de uno “reactivo” a uno “proactivo, preventivo e integrado”

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Se apuesta por una transformación en la prestación de servicios de salud que asegure “su sostenibilidad y capacidad de adaptación”

BILBAO, 5 (EUROPA PRESS)

El Gobierno vasco defiende el transito desde un sistema de Salud “reactivo” a un modelo “más proactivo, preventivo, integrado y comunitario” en su diagnóstico de cara a poder alcanzar un Pacto por la Salud en Euskadi, que busca una “mejora continua de la calidad asistencial”. Salud defiende la necesidad de una transformación en la prestación de servicios de salud “que asegure su sostenibilidad y capacicad de adaptación a las necesidades a largo plazo”.

El Lehendakari Imanol Pradales, junto con el Consejero de Salud Alberto Martínez, ha presidido esta mañana en Bilbao la primera reunión del Pacto Vasco de Salud, con el objetivo de que esté plenamente operativo en marzo de 2025

En esta primera reunión, según ha detallado el Gobierno vasco, el consejero de Salud, Alberto Martínez, ha presentado al resto de agentes participantes un diagnóstico del Servicio Vasco de Salud “como borrador de trabajo para avanzar en la consecución de este acuerdo de país”.

El Ejecutivo plantea este texto como un documento que se someterá a debate, con el objetivo de disponer de ese diagnóstico compartido a principios de octubre.

En un comunicado, el Departamento de Salud ha precisado que su dignóstico está fundamentado en datos de la situación actual del sistema de salud, y en un análisis de los principales retos a los que se enfrenta, “fruto de los cambios demográficos, epidemiológicos y tecnológicos experimentados en los últimos años”.

En concreto, según recoge este primer informe, el sistema de salud y de cuidados sociosanitarios enfrenta “desafíos significativos” debido a cambios demográficos, el aumento de enfermedades crónicas, la aparición de enfermedades emergentes y la “demanda creciente” de la sociedad. Además, se pone el foco en los nuevos retos y oportunidades que suponen la globalización y las nuevas tecnologías.

En este sentido, se apunta a la necesidad de una transformación en la prestación de servicios de salud que asegure “su sostenibilidad y capacidad de adaptación a las necesidades a largo plazo”.

Para ello, se propone un cambio de paradigma que supone un tránsito desde “un sistema predominantemente reactivo a la demanda de atención aguda para enfermedades episódicas, hacia un modelo más proactivo, preventivo, integrado y comunitario”.

El Gobierno vasco ha precisado que, una vez “se trabaje y se acuerde un diagnóstico compartido” sobre el Servicio Vasco de Salud, el siguiente paso será definir los principios que deben regir Osakidetza, con una propuesta que será sometida al “enriquecimiento y mejora por parte de los agentes implicados”.

Con todo ello, según ha apuntado, se establecerán las grandes líneas estratégicas de futuro y las acciones a ejecutar. La previsión es que, en marzo de 2025, pueda estar ya plenamente operativo el Pacto Vasco de Salud. En el encuentro de hoy se planteará establecer un sistema de seguimiento y evaluación de los acuerdos alcanzados.

OBJETIVOS DEL PACTO VASCO DE SALUD

El Gobierno vasco ha destacado que la salud es un derecho fundamental que debe ser garantizado a todas las personas, y el sistema de salud debe ser “un reflejo del compromiso de la sociedad con el bienestar de sus ciudadanos”.

En este sentido, ha subrayado que en Euskadi la atención en salud se basa “en principios de universalidad, equidad, calidad y eficiencia, buscando siempre la mejora continua de la atención sanitaria y el bienestar social”.

El Departamento dirigido por Alberto Martínez ha apuntado que, precisamente el Pacto Vasco de Salud persigue garantizar el acceso universal de toda la población, independientemente de su situación socioeconómica o lugar de residencia.

Otros de sus objetivos son la mejora continua de la calidad asistencial, “promoviendo la excelencia en la atención sanitaria” y la sostenibilidad del sistema, a través de medidas que aseguren su viabilidad a futuro.

También persigue la participación ciudadana, “incluyendo la voz de la ciudadanía en la toma de decisiones sobre políticas de salud, desde la transparencia y el diálogo entre administración y ciudadanía”.

Junto a ello, también tiene como fin la prevención y promoción de la salud, mediante el impulso de políticas que fomenten los hábitos saludables e incidan en los determinantes sociales de la salud, así como la necesidad de disponer de profesionales sanitarios “suficientes, comprometidos, y reconocidos laboral y socialmente”.


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