BILBAO, 29 (EUROPA PRESS)
El antiguo Hospital de Prisioneros de Guerra de Gernika (Bizkaia) quedará señalizado como ‘Lugar de Memoria’ con la colocación este próximo viernes de un panel. En este hospital militar fallecieron, al menos, 269 prisioneros republicanos a consecuencia de enfermedades infecciosas entre 1938 y 1940, según los datos aportados por Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos.
El Hospital Militar de Prisioneros de Guerra estuvo situado en el antiguo Colegio de los Agustinos, actualmente Instituto de Educación Secundaria de Gernika. Junto a este centro quedará instalado el panel que señalizará este espacio como ‘Lugar de Memoria’, una iniciativa de la Asociación Cultural Pipergorri de Gernika que cuenta con el apoyo de Gogora, la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y el Ayuntamiento de Gernika.
El acto se desarrollará a las doce del mediodía en la entrada del IES de Gernika con la presencia del alcalde de Gernika-Lumo, Jose Mari Gorroño, el director del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Alberto Alonso, la directora general de Ayuda a las Víctimas del Secretaría de Estado de Memoria Democrática, Zoraida Hijosa, y el director del centro educativo, Andoni Agirre.
También participarán los miembros de la Asociación Pipergorri José Mari Sahelices y Amagoia López de Larrucea, así como Begoña Fernández, hija de Constantino Fernández, prisionero fallecido en el Hospital.
Desde Gogora han recordado que el edificio es, desde abril de 2024, uno de los ‘Lugares de Memoria’ declarados en Gernika -Lumo por el acuerdo de 13 de marzo de 2024 de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, en aplicación de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática.
En este hospital militar fallecieron, al menos, 269 prisioneros republicanos a consecuencia de enfermedades infecciosas (80% de tuberculosis) entre el 2 de junio de 1938 y el 3 de junio de 1940, en tiempo de guerra y “una vez finalizada ésta, en soledad, lejos de sus tierras y enfermos”, han explicado.
Los fallecidos fueron enterrados en el Cementerio Municipal de Zallo, donde se ha erigido el ‘Memorial 269’ en su memoria. Según han relatado desde el instituto vasco de Memoria, los familiares de los prisioneros, en muchas ocasiones, no fueron notificados del fallecimiento, de manera que “constaban como ‘desaparecidos’ y en casi todos los casos desconocían cómo y en qué circunstancias habían muerto”.
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