SAN SEBASTIÁN, 2 (EUROPA PRESS)
El acusado de retener, prostituir y asesinar a la donostiarra Aintzane Pujana, de 32 años, en la madrugada del 1 al 2 de enero de 2021, que se enfrenta junto a la que entonces era su pareja a la primera condena de prisión permanente revisable que solicita la Fiscalía de Gipuzkoa, relató a un ertzaina que ellos se encargaban de “promocionar” los servicios de prostitución de la víctima, le conseguían las citas con los clientes y les cobraban.
En la quinta jornada del juicio con jurado popular que se desarrolla por estos hechos en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, han declarado más de una decena de agentes de la Ertzaintza, uno de los cuales ha explicado la conversación que mantuvo con el acusado cuando este era trasladado, aún en calidad de testigo, a la comisaría de Zarautz.
Así, ha explicado que el acusado le comentó que la chica que vivía con él y la otra acusada, a la que se refería como “Nahikari”, había “desaparecido” de la casa que compartían y que se dedicaba a la prostitución. Además, señalaba que ella no participaba en los vídeos pornográficos que ellos producían, pero que se ocupaban de “promocionar, conseguir las citas y cobraban” a los clientes.
Asimismo, afirmó que Pujana tenía una pareja de Lasarte que era “agresiva” con ella y “le daba problemas”. De este modo, le relató que la joven tenía un perro de presa “peligroso” con el que había tenido un altercado en Hondarribia y que le había mordido en la mano, y que como “discutía continuamente por teléfono” con su novio, tuvieron que cancelar una cita para que ella se prostituyera en Azpeitia. Esa noche, según señalaba, “cogió un conejo -que tenía la joven-, se marchó de casa y no la vi más”.
LA PAREJA, “EN EL FOCO”
El agente ha señalado que los dos acusados intentaron “poner el foco” en la pareja de la víctima y que, en sus traslados para realizar las declaraciones en la comisaría de la Ertzaintza, estaban “tranquilos” e incluso “hacían bromas”, menos cuando se menciona la desaparición de la joven que “se bloqueaban y no seguían contando”.
En esa línea, ha apuntado que el acusado le enseñó el móvil con el que gestionaba las citas, pero que toda esta cuestión de la prostitución no la ratificó después en su declaración.
Por otro lado, agentes que participaron en la fase de inspección ocular han explicado que encontraron, a través del sistema de luminiscencia, restos en el asa y las ruedas de una maleta que podrían ser sangre, así como en una de las zapatillas –que se encontraban repartidas en la maleta y en una bolsa de deporte–, que por el modelo y marca podrían ser de la víctima, cuyo cadáver fue hallado descalzo. El juicio proseguirá este jueves con la declaración de más testigos.
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