BARAKALDO (BIZKAIA), 12 (EUROPA PRESS)
Integrantes de la coordinadora antimilitarista Kakitzat se han concentrado este miércoles ante la factoría de ITP Aero en Barakaldo (Bizkaia) para denunciar que más de 200 empresas vascas trabajan en la industria armamentística y rechazar el “rearme” que “viene desde Europa”.
Los congregados se han situado ante la entrada de la empresa y han exhibido carteles en los que podía leerse “ITP aero, tecnología para matar”, “No al genocidio de guerra” o “Ni un euro para el rearme”.
Durante la protesta, convocada con motivo del 39 aniversario del referéndum para la incorporación a la OTAN, “para denunciar el incremento de los presupuestos militares y las subvenciones a las empresas armamentísticas vascas”, el portavoz de Kakitzat, Gorka García, ha recordado que “en Euskal Herria un 60% votó que no” en aquel referéndum.
Según ha denunciado, esa zona de Barakaldo en la que se han concentrado es “un cogollo militar” en el que está presente el cuerpo de la Guardia Civil, “que evidentemente es una institución armada”, junto a ITP aero.
“ITP es una empresa aeronáutica que recibe el 40% de sus ganancias de la industria militar y están trabajando en componentes de diferentes aeronaves militares. Esto, generalmente, se suele esconder, tanto por las instituciones como por la propia fábrica, pero los datos ahí están”, ha denunciado.
Ha añadido que la Comunidad Autónoma Vasca es “la tercera fabricante de armamento en el Estado español, detrás de Madrid y Andalucía”, un dato que “hay que recordar constantemente”. “Entre las tres provincias estamos contribuyendo a ese rearme que parece ser que nos viene desde Europa”, ha añadido.
Gorka García ha lamentado que cuando se pensaba que la sociedad occidental “ya apostaba por un trato más humano de los conflictos”, se está “volviendo a escenarios que comenzaron en el siglo pasado, y acabaron en dos guerras mundiales”. “No hemos cambiado en absoluto cómo se dirimen las disputas, por mucho que los discursos oficiales vayan en otro sentido”, ha advertido.
A su juicio, la “prueba palpable” es ITP Aero, junto a “otras más de 200 empresas que trabajan en fomentar, en trabajar y en ganar dinero a costa de la muerte”.
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