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Azerbaiyán: donde los paisajes impresionantes se fusionan con una cultura rica

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Azerbaiyán invita a los viajeros a sumergirse en un viaje a través del tiempo

Azerbaiyán es un destino que inspira y cautiva a visitantes de todo el mundo. Ya sea que busques una aventura de senderismo a través de una naturaleza exuberante, tratamientos rejuvenecedores en los mejores resorts, o disfrutar de su premiada viticultura y deliciosa cocina tradicional con experiencias Slow Food, Azerbaiyán tiene algo que ofrecerte.

Azerbaiyán se erige como una tierra de maravillas donde cada ciudad, cada pueblo y cada monumento resuena con los ecos de su pasado lleno de historia, su vibrante presente y su futuro prometedor. Desde la sinfonía arquitectónica de Bakú hasta los paisajes prístinos que fomentan el ecoturismo y su sabrosa gastronomía, Azerbaiyán ofrece un mosaico de experiencias diversas y enriquecedoras.

Ahora, con vuelos directos desde Barcelona a Bakú, la puerta de entrada a Azerbaiyán está más cerca que nunca. AZAL, la aerolínea nacional, ofrece vuelos tres veces por semana, permitiendo a los viajeros llegar a la ciudad más grande de la región del Cáucaso en solo 4 horas.

Bakú, su cosmpopolita capital

La cosmopolita capital, Bakú ofrece una experiencia completa: visitas históricas, galerías de arte, centros comerciales, restaurantes típicos y bares con exquisitos vinos locales. Una mezcla de Oriente y Occidente, modernidad y tradición. En Bakú, descubrirás la atmósfera medieval en las calles empedradas de su casco antiguo, inscrito en la UNESCO, junto con la Torre de la Doncella y el Palacio de los Shirvanshahs, y disfrutarás de su magnética arquitectura contemporánea con la elegancia de las Torres de la Llama y el futurista Centro Heydar Aliyev.

En sus alrededores merece una visita la Reserva Histórica y Cultural Estatal de Gobustán, hogar de una asombrosa colección de más de 7.000 petroglifos antiguos que representan escenas de guerreros, animales, barcos, danzas, caza, caravanas de camellos … de entre 5.000 y 20.000 años de antigüedad. Además, a poca distancia en coche se encuentra el misterio de volcanes de barro con sus paisajes terrenales y lunares. Azerbaiyán alberga 700 de los 1700 volcanes de barro conocidos en la Tierra, incluido el más grande del mundo, Toraghay.

Playas y naturaleza

Azerbaiyán, con su biodiversidad y turismo sostenible, es un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza. Para aquellos que buscan relajarse, las playas de arena alrededor de Bakú, en el mar Caspio ofrecen una excelente escapada, con clubes de playa, deportes acuáticos y sesiones de windsurf. Y si buscas un destino único, las singulares playas negras de Lankaran, con su arena volcánica terapéutica y sus aguas cristalinas, ofrecen una naturaleza distintiva.

Recientemente, se han renovado un gran número de nuevas rutas de senderismo en las regiones norte y noroeste de Azerbaiyán y la región cuenta con el legendario Sendero Transcaucásico de 97 km de longitud. Las rutas de senderismo establecidas brindan acceso a lugares maravillosos y están diseñadas para que los turistas puedan planificar fácilmente sus excursiones. Cada ciudad o pueblo adyacente ofrece una serie de restaurantes auténticos, cafeterías o granjas donde uno puede hacer una parada para un festín tradicional.

Para una experiencia verdaderamente nómada, la mejor opción es la vista a Khinalig, ubicado a 2.200 metros sobre el nivel del mar en las montañas del Gran Cáucaso. Protegido por el gobierno como parte de la Reserva Histórica, Arquitectónica y Etnográfica de Khinalig, este pueblo ofrece vistas impresionantes de las montañas del Cáucaso y sumerge a los visitantes en una experiencia cultural auténtica ya que su comunidad local ha practicado históricamente la trashumancia.

En respuesta al creciente interés en el ecoturismo, Azerbaiyán ha estado desarrollando activamente su oferta de observación de aves y próximamente, la observación de mariposas. El destino ha registrado unas 400 especies de aves y se está preparando para mostrar sus diversas especies de mariposas en todo el país. Por ejemplo, el Parque Nacional de Gizil Aghaj ofrece un fantástico espectáculo de observación que tiene lugar durante todo el año. Nakchivan también ofrece especies que no se encuentran en otros lugares del territorio, y Beshbarmag ve el paso diario de hasta 200.000 aves durante la temporada de migración.

La Ruta de la Seda

Heredando la riqueza de la histórica Ruta de la Seda, Azerbaiyán alberga algunas de las experiencias culturales más fascinantes del mundo. Una de ellas se encuentra en el Centro Histórico de Sheki, reserva arquitectónica nacional que cuenta con el lujosamente decorado Palacio de los Jefes de Sheki. Esta maravillosa área, ubicada al pie de las montañas del Cáucaso, te transportará de vuelta a la Ruta de la Seda con sus calles empedradas, originales casas y numerosos artesanos que elaboran auténticas artesanías locales. El legado de la Ruta de la Seda también se puede presenciar en el fascinante pueblo de Basgal, hogar de los tradicionales pañuelos de seda conocidos como kelghayi. Este accesorio para la cabeza tradicional está elaborado con recursos locales naturales y una técnica de batik única. Así mismo, el encantador pueblo de Lahij ha heredado más de 40 artesanías diferentes que se practican desde hace más de 2.000 años, incluida la fabricación de sombreros, la producción de cuero, la herrería y la elaboración de alfombras.

Cultura gastronómica

La cocina azerbaiyana es una deliciosa fusión de sabores, que ha recibido influencias de las diferentes culturas que una vez viajaron a lo largo de la Gran Ruta de la Seda. La geografía única del país también ha dado lugar a algunos de los productos más sabrosos del mundo, incluyendo frutas y verduras, frutos secos, miel y deliciosos dulces. Para preservar la rica variedad de productos locales y los métodos culinarios ancestrales, se lanzó el programa Slow Food Travel a través de un proyecto financiado por la UE en Azerbaiyán que permite conectar agricultores locales, productores, carniceros, apicultores, queseros y vinicultores con restaurantes y hoteles.

La contribución de Azerbaiyán a la promoción de la viticultura, la vinificación y el enoturismo ha sido reconocida con varios premios del Consejo de Europa y el Instituto Europeo de Rutas Culturales. Gracias a su clima y terruño únicos, el país alberga una amplia gama de variedades de uva, lo que lo convierte en un lugar privilegiado para la vinificación. Variedades de uva locales como Madrasa, Bayan Shira y Shirvanshahi son muy valoradas por los vinicultores por sus sabores y aromas. Los visitantes pueden disfrutar de catas de vino en bodegas locales y disfrutar de las pintorescas vistas de los viñedos del país. Además, este año Azerbaiyán ha dado un paso para unirse a las iniciativas de Slow Wine con su debut en la “Feria Slow Wine”, enfatizando la tradición de la vinificación comunitaria.

Experiencia bienestar

Mientras estés en Azerbaiyán, podrás restaurar tu mente y alma en sus renombrados resorts. Azerbaiyán alberga más de 30 depósitos de aguas minerales termales con diferentes concentraciones, niveles de azufre y sustancias orgánicas en el Cáucaso. Tres de estos están ubicados cerca de la encantadora ciudad de Gabala y son la base de los tratamientos de balneoterapia en varios resorts de salud y bienestar de la ciudad. Varias aldeas de Azerbaiyán, como Haftoni, al sur del país, también son famosas por sus manantiales de agua termal, que ofrecen baños relajantes y terapéuticos del agua rica en minerales. Para disfrutar de las maravillas de estas aguas termales, uno debe visitar el lujoso Lankaran Springs Wellness Resort y sumergirte sus experiencias de rejuvenecimiento y relajación. Otra auténtica experiencia de terapia de sal la ofrece Duzdag, un balneario subterráneo convertido de una antigua mina de sal; o los famosos baños de petróleo en Naftalan, conocidos por su capacidad para curar más de 70 enfermedades.

Y es que Azerbaiyán invita a los viajeros a sumergirse en un viaje a través del tiempo, las culturas, los paisajes y los sabores. Es una tierra donde cada experiencia es un hilo en la rica tela de su patrimonio, cada tradición es una nota en la sinfonía de su melodía cultural y cada paisaje es una pincelada en la obra maestra de su belleza natural. No es solo un destino; es una mezcla de experiencias esperando ser exploradas y apreciadas.


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