La asociación recuerda que no hay que facilitar datos personales o bancarios sin tener la certeza de que se está tratando con la entidad
PAMPLONA, 24 (EUROPA PRESS)
El 14% de los navarros ha sido víctima de alguna estafa en la que el delincuente se hace pasar por su entidad financiera, según indica una encuesta encargada por la asociación de consumidores de Navarra Irache. En algunas de ellas, los afectados han podido perder miles de euros.
La asociación ha explicado en una nota que las formas de estafar son variadas, aunque algunas se repiten de forma más habitual. Una de ellas es aquella por la que el consumidor recibe un mensaje por parte de un número de teléfono que simula ser el de su banco (de hecho, a veces se incluye en el registro del teléfono de la lista de mensajes de la entidad). El mensaje dice que se han detectado posibles operaciones fraudulentas en sus cuentas y que, precisamente, es necesario que actúe para protegerlas.
Una vez que el consumidor clica en el enlace, recibe posteriormente una llamada. El delincuente se hace pasar por un empleado de la entidad bancaria y consigue que el cliente le facilite sus datos o claves bancarias. De esta manera, los delincuentes ya tienen los datos necesarios para desfalcar las cuentas del consumidor. “Además, en ocasiones indican al consumidor que, cuando llegue el mensaje del banco para confirmar la operación, no le dé importancia al cargo, sino que es una operación de seguridad y debe autorizarla para poder seguir adelante. De esta manera, los estafadores superan la doble autenticación”, ha explicado la asociación.
Otra forma de estafa es el llamado phishing. El delincuente envía un mensaje con cualquier excusa, el cliente accede a él y le lleva a una página web que parece la del banco, pero que no lo es. “Confiados, tecleamos nuestros datos y nuestras claves para acceder a nuestras cuentas y, en realidad, se las estamos dando a los delincuentes”, ha advertido Irache.
Otros estafadores usan datos o documentos (si, por ejemplo, han conseguido una nómina y o DNI del afectado) para solicitar créditos de miles de euros a su nombre. La entidad, posteriormente, pide a la víctima que devuelva el dinero prestado.
Irache ha explicado que también se dan estafas mediante robos de móviles o duplicados de tarjetas. De esta manera, los delincuentes pueden autorizar los cargos fraudulentos, usando el terminal o la línea telefónica del consumidor.
En función de cómo haya sido la estafa, puede que la víctima consiga recuperar su dinero. “Lo más importante es, en cuanto se descubre la estafa, comunicarlo al banco y bloquear tarjetas y cuentas. Tras ello, hay que ir a la policía y poner la correspondiente denuncia. Con ella, se debe realizar una reclamación al banco, denunciando la estafa y reclamando el reintegro de las cantidades desfalcadas”, ha señalado Irache.
En algunas ocasiones, la asociación ha conseguido que el banco reconozca la estafa y devuelva al cliente su dinero. Otras veces, por el contrario, la entidad dice que ha cumplido con todos los requisitos de seguridad y que es responsabilidad del cliente haberse dejado engañar.
“En este punto, algunas personas lo dan por perdido, pero otras no y deciden llegar hasta los tribunales. Aunque cada caso es distinto, ya se están conociendo numerosas sentencias que entienden que no se ha demostrado que el cliente fuese negligente y, por tanto, el banco debe hacerse cargo de la estafa cometida”, ha apuntado la asociación.
Así, una socia ha recuperado 1.600 euros que le robaron cuando le llegó un mensaje que debía clicar para activar la tarjeta, tras recibir un correo fraudulento que se hacía pasar por su banco. La juez consideró probado que la cliente no había autorizado la operación, por los emails remitidos a la entidad y la denuncia formulada ante la policía.
Otros asociados han logrado recuperar en los tribunales importes que van desde los mil hasta los cuatro mil euros, tras cargos exagerados, operaciones desde países lejanos a su domicilio o por más de veinte compras en poco espacio de tiempo. “Algunos jueces entienden que es a la entidad bancaria a la que le corresponde dotar a la banca electrónica de las medidas de seguridad necesarias para prevenir unos tipos de fraude ya muy extendidos, de los que es fácil ser víctima sin necesidad de actuar negligentemente”, ha explicado la asociación.
Irache ha destacado que en estos casos “ha sido muy importante que el consumidor bloquee las cuentas, comunique al banco los cargos sospechosos tan pronto como los detecte, sin demora, y ponga seguidamente la correspondiente denuncia ante la policía”.
La asociación ha presentado unas pautas que suele ofrecer la policía para no caer en estas estafas. Así, no se deben dar datos ni documentos, ni bancarios ni personales, a través de redes o teléfono móvil. Se pueden compartir solo cuando se está completamente seguro de que se trata del banco.
Además, se aconseja desconfiar de llamadas o enlaces desconocidos y de gangas; usar un gestor de contraseñas y no utilizar siempre las mismas claves; mantener los ordenadores u otros equipos actualizados; y, al acceder a una plataforma de compraventa, desconfiar si se plantea salir de ella para hacer el pago.
También se recomienda no tomar decisiones con prisa ni en momentos de estrés. “Ante la duda, es mejor no aceptar nada, no clicar ningún enlace ni aportar ningún dato. Si tenemos sospecha de que nos han podido estafar, hay que contactar cuanto antes con el banco y con la policía”, ha señalado Irache.
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