El Instituto Navarro de la Juventud entrega los premios a los Trabajos de Fin de Grado y Trabajos de Fin de Máster
PAMPLONA, 2 (EUROPA PRESS)
Las dificultades de acceso a la vivienda y los alojamientos colaborativos como alternativa para la gente joven, el suicidio en adolescentes, las fuentes que alimentan la reproducción de las masculinidades hegemónicas y los factores de riesgo asociados al suicidio entre la población juvenil han sido las temáticas escogidas para los cuatro trabajos reconocidos por el Instituto Navarro de la Juventud como mejores trabajos de fin de estudios universitarios.
Guillermo Bergantiños San Martín ha sido el autor del Trabajo Fin de Grado (TFG) ‘Análisis de los alojamientos colaborativos como alternativa juvenil de vivienda en Navarra’, reconocido con el primer galardón al mejor TFG, mientras que Edurne Sánchez Barasoain se ha hecho con el accésit al mejor TFG, por su trabajo ‘Suicidio y adolescentes. Proyecto de intervención en adolescentes tras conductas suicidas’.
Igualmente, Helena Aguirre Erice ha logrado el primer premio al mejor Trabajo Fin de Máster (TFM) por ‘Maskulinitatearen erreprodukzioa nerabezaroan: kontsumitzen dituzten sare sozialen edukien azterketa bat’ y, finalmente, Irati Irigoien Iturria ha logrado el accésit al mejor TFM por su ‘Estudio observacional de las conductas suicidas en la población joven de la Comunidad Foral de Navarra y su relación con las características sociodemográficas, el malestar emocional, la inteligencia emocional y las estrategias de afrontamiento’.
Los trabajos galardonados en esta tercera edición, a la que se han presentado un total de 21 propuestas, han sido reconocidos con una dotación de 1.500 euros para los ganadores de las dos categorías, mientras que las dos jóvenes reconocidas con accésit han recibido 500 euros cada una, explica en un comunicado el Gobierno de Navarra.
LOS ALOJAMIENTOS COLABORATIVOS
“El acceso a la vivienda (por parte de la población joven) es un problema cronificado en nuestra sociedad”, señala Guillermo Bergantiños al inicio de su TFG, en el que investiga sobre otras alternativas viables como lo son “los alojamientos colaborativos, dentro de los que se encuentran el cohousing y el coliving, como respuestas posibles y diferentes antes este problema”.
Tal y como manifiesta, “poner soluciones a los problemas de vivienda de diferentes colectivos y territorios de manera transversal ayuda a construir un horizonte socioeconómico más capacitado y comprensivo con los cambios sociales”. En este sentido, considera que “es interesante introducir una perspectiva que analice los nuevos estilos de vida, así como el contexto social actual, que permita responder no solo a problemas económicos sino también sociales de una manera pragmática”. Todo ello, como sostiene, con la idea de que “el acceso a la vivienda por parte de la juventud es un problema que perdura y es cada vez mayor” como base.
Para Bergantiños, “los alojamientos colaborativos no solo destacan como respuesta a una necesidad básica como lo es el derecho a la vivienda, sino también a una necesidad vital y social de los individuos, que debe adecuarse a los diferentes estilos de vida de los mismos, así como al espacio en el que se encuentran y las características del entorno”. “Estas residencias alternativas suponen un espacio de desarrollo comunitario y personal en el que se comprende la vivienda como un espacio no solo habitacional, sino como un lugar en el que hacer vida cubriendo necesidades relacionadas con el autodesarrollo y con necesidades sociales”, añade, para concluir que “estos alojamientos deberían estar más contemplados en el marco legal para que se favorezca su desarrollo”.
PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN, CLAVES ANTE EL SUICIDIO EN ADOLESCENTES
Para Edurne Sánchez, “el suicidio debe dejar de ser un tabú ya que se cobra numerosas vidas cada año, no solo de las personas que deciden suicidarse, sino también de su entorno más cercano”. Según destaca en su TFG, reconocido con un accésit, “muchos casos de suicidio en adolescentes podrían prevenirse a través de la identificación temprana de los signos de advertencia, el acceso a recursos de ayuda y la promoción de un ambiente de apoyo emocional y de respeto hacia la diversidad”.
La prevención inicial, dice, es “fundamental”, “pero cuando esta falla, tenemos que garantizar una intervención para que no vuelva a ocurrir”. Por ello, en su trabajo ahonda en la necesidad de “dar cobertura a un espacio vacío de recursos y servicios públicos, ya que no existe aún un plan a nivel estatal de prevención e intervención con personas con conductas suicidas, a pesar de observar cómo aumentan cada día las cifras”.
Sánchez sostiene que “la visibilización es importantísima”, y debe hacerse en espacios como centros educativos, de salud, servicios sociales o espacios de ocio. Pero el trabajo no termina aquí: “debemos garantizar el acceso de toda la población a recursos que trabajen con la gestión emocional, y esto se debe llevar a cabo mediante formación en la infancia y la adolescencia, pero también a las familias, ya que nadie enseña a detectar señales de alerta y a comunicarlo, tanto si se está experimentando en primera persona como si se sospecha de alguien cercano”, concluye.
LAS REDES SOCIALES COMO CANALES DE FOMENTO DE LOS ROLES MASCULINOS TRADICIONALES
Dice Helena Aguirre, galardonada con el primer premio al mejor TFM, que “los avances feministas han generado rechazo en una parte de la sociedad y es imprescindible estudiar el porqué de sus discursos y de su actitud reaccionaria”, y que “comprendiendo desde dónde parten y por qué hay un sector de la juventud que no se ha sentido apelado en el movimiento feminista, se podrá dar con las claves para el logro de una sociedad igualitaria”.
En este sentido, apunta a las redes sociales como “uno de los espacios más influyentes para los y las adolescentes”, y subraya que “para comprender con mayor profundidad sus dinámicas y su socialización es esencial sumergirse en el contenido que consumen y comparten con el resto de su generación”. “Ignorar dicha realidad dificulta la empatía hacia estas nuevas generaciones y desestima los factores de socialización esenciales para comprender las dinámicas que allí se dan”, añade.
Según ella, “el sistema educativo está lejos del monopolio de aprendizaje de los y las adolescentes” y, por esto, sugiere el “replanteamiento” de la educación. “La comunidad educativa va más allá de las aulas y, por mucho que en estas se trate la cuestión, si no hay continuidad fuera del centro escolar el cambio puede ser lento o, incluso, crear una ola reaccionaria”, finaliza.
UN ANÁLISIS A LOS FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL SUICIDIO
El suicidio entre la población joven vuelve a ser protagonista de otro de los trabajos. En este caso, del de Irati Irigoien, merecedora del accésit a mejor TFM, quien se centra en analizar los factores de riesgo asociados a dicho problema, concluyendo que “las conductas suicidas aumentan en casos de malestar emocional alto, uso de estrategias de afrontamiento de evitación y en las personas más jóvenes, de otros géneros, desempleadas o estudiantes, bajo nivel económico y personas migrantes”.
Para Irigoien, es necesario “revisar los planes de prevención y actuación ante las conductas suicidas actuales y llevar a cabo un abordaje temprano, focalizando la atención en los factores asociados a las conductas suicidas como la mejora de la inteligencia emocional, el trabajo de las estrategias de afrontamiento y el malestar emocional”.
También plantea “la implantación de políticas públicas que protejan a las personas con características sociodemográficas con mayor prevalencia de suicidio.
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