PAMPLONA, 7 (EUROPA PRESS)
Colectivos del Casco Viejo de Pamplona han lanzado la campaña ‘El Casco Viejo no se vende’, con la que se pretende “defender las condiciones de vida” del vecindario. Durante dos semanas, los balcones y ventanas se llenarán de carteles de ‘se vende’, que se destruirán en un acto que se celebrará el 18 de marzo, a las 12.30 horas, en la Plaza de los Burgos.
Según han informado en una nota de prensa desde AZ Sare Komunitarioa-Alde Zaharra, todas las personas que quieran participar pueden recoger los carteles en Plazara! (calle Mayor, 31) y Auzoenea (calle Aldapa, 3- 5) por las tardes, y en la sede de SOS Racismo (calle Zapatería 31, 1º) por las mañanas.
Algunas de las cuestiones que distintos colectivos del Casco Antiguo critican “desde hace tiempo” son “la altísima densidad de establecimientos hosteleros, el hecho de que más de la mitad de los apartamentos turísticos de la ciudad se encuentren en el Casco Viejo, la constante ocupación de calles y plazas para desarrollar actividades de ocio y eventos ajenos a las personas que viven en el barrio, o el constante proceso de privatización del espacio público”.
Según han señalado, este fue uno de los temas centrales de las jornadas vecinales que, en octubre, celebró AZ Sare Komunitarioa. A partir de esas jornadas se creó un grupo de trabajo para abordar esta cuestión, y éste ha elaborado un programa de acción dentro del que se enmarca la campaña ‘El Casco Viejo no se vende’.
HOJA DE RUTA
Frente al “deterioro de las condiciones de vida” del vecindario del Casco Viejo, “la pérdida de espacios públicos y la prevalencia de los intereses económicos frente a los vecinales”, el grupo de trabajo ha elaborado una hoja de ruta que establece diez puntos, todos ellos dirigidos a construir “el barrio en el que deseamos vivir” y a hacerlo “desde la vecindad activa, poniendo en el centro la defensa de los espacios públicos y la defensa de lo común”.
Los puntos recogen aspectos como el control y reducción del número de establecimientos hosteleros y del espacio público ocupado por terrazas de hostelería; la reducción del número de eventos ajenos al vecindario, el desarrollo de los eventos “de forma respetuosa” con las personas que habitan el barrio, o la reducción de plazas de alojamiento turístico en el Casco Viejo.
Abordan asimismo el problema de la vivienda, “la necesidad de espacios públicos y dotaciones que respondan a las necesidades del vecindario, y la eliminación de cámaras de videovigilancia para apostar por un modelo de seguridad basado en la confianza”.
El grupo de trabajo ha elaborado un díptico en el que se explica la situación en la que se encuentra el barrio y se detallan los puntos de su hoja de ruta, y en el que también se invita al vecindario a participar en la campaña colocando carteles en sus balcones y asistiendo al acto de cierre el día 18 de marzo.
- Te recomendamos -