El Papa emérito era doctor honoris causa por la Universidad de Navarra
PAMPLONA, 31 (EUROPA PRESS)
“El fallecimiento de Benedicto XVI toca el corazón de la Universidad de Navarra de un modo especial. Ante todo, porque nuestro deseo de servir a la Iglesia nos lleva a amar de todo corazón al Papa. Estamos profundamente agradecidos por el pontificado de Benedicto XVI, un verdadero don para la Iglesia y para cada fiel”. La rectora María Iraburu ha expresado con estas palabras el sentir de la Universidad de Navarra ante el fallecimiento del Papa emérito Benedicto XVI a los 95 años de edad.
La rectora ha destacado el “vínculo especial” que unía la Universidad a la persona de Joseph Ratzinger, como teólogo y académico. “Su figura nos resulta especialmente cercana por ser miembro honoris causa de nuestro claustro. Se cumplirán en unos días 25 años de su visita a la Universidad de Navarra. Fueron jornadas intensas y emocionantes en las que mantuvo encuentros con profesores y alumnos, visitó centros académicos, la Clínica y algunos colegios mayores. Conversó con nosotros sobre teología, bioética, pobreza o la mujer en el mundo, por mencionar algunos temas”, ha recordado a través de una nota de prensa.
“Guardo el recuerdo de un breve encuentro con él, antes de una reunión. Con la osadía de la juventud, le hablé de alguna cuestión de bioética y de un abordaje que me parecía interesante. Me llamó la atención entonces, y lo valoro todavía más ahora, su capacidad de escucha, de interés auténtico por la visión de los demás; una sencillez y apertura -a la verdad, a las personas- casi conmovedoras”, ha concluido la profesora María Iraburu.
El cardenal Joseph Ratzinger (1927) se convirtió en abril de 2005 en el 265º Papa de la Iglesia Católica. Ejerció su pontificado bajo el nombre de Benedicto XVI. En febrero de 2013 anunció su renuncia al Papado y desde entonces ha sido Papa emérito.
DOCTOR HONORIS CAUSA POR LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA EN 1998
El vínculo de la Universidad de Navarra con Benedicto XVI tiene como momento especial al 31 de enero de 1998, cuando el entonces cardenal Joseph Ratzinger fue investido doctor honoris causa en Teología por el centro académico. Pasó cuatro días en Navarra que forman parte de la historia de la Universidad.
El acto académico se celebró en el Aula Magna y fue presidido por el que era Gran Canciller de la Universidad de Navarra, Mons. Javier Echevarría. El prelado alemán fue apadrinado por Pedro Rodríguez, profesor de la Facultad de Teología. También recibieron la distinción el economista hebreo Julian Simon y el farmacólogo calvinista Douwe Breimer. Del entonces cardenal el profesor Rodríguez destacó su inteligencia “y su manera vigorosa de hacer Teología”.
“El camino de la Teología se encuentra bien expresado en la fórmula Credo ut intelligam: acepto un presupuesto previamente dado para encontrar, desde él y en él, el acceso a la verdadera vida, a la verdadera comprensión de mí mismo”. De este modo definió el cardenal Ratzinger el camino que debía seguir la Teología católica para ocuparse del “fundamento de la vida humana”.
Asimismo, defendió el papel de la Sagrada Escritura como “la Palabra, que nos ha sido dada como presupuesto, la que está en el centro de los esfuerzos de la Teología, no está aislada […] ni es solamente un libro. Su sujeto humano, el Pueblo de Dios, está vivo y se mantiene idéntico consigo mismo a través de los tiempos”. En referencia a la Teología de la Liberación, el cardenal señaló que la Iglesia caminaba hacia una “nueva Teología de la Libertad, completada con una Teología de la Reconciliación”. “Esta nueva síntesis no se hace de un día para otro”, declaró, “pero tanto en América Latina como en el resto del mundo, hay un empeño por integrar estos aspectos de la cultura de hoy en una nueva visión teológica”.
Respecto al papel de la Universidad y su “inexcusable servicio a la verdad y el conocimiento”, el cardenal alabó el “espíritu de apertura y el diálogo académico” de la Universidad de Navarra: “Me ha impresionado mucho el nivel científico, humano y espiritual de esta Universidad. He visto un dinamismo excepcional y un amor a la investigación a la vez que una gran sensibilidad hacia los estudiantes. Soy muy feliz de ser doctor de esta Universidad. He encontrado un verdadero diálogo entre los profesores de diferentes áreas y un intento de hallar la convergencia en la respuesta a las preguntas últimas”, destacó.
CUATRO DÍAS EN LA COMUNIDAD FORAL
Durante su estancia en Pamplona, del 30 de enero al 2 de febrero de 1998, el cardenal Ratzinger residió en el Colegio Mayor Belagua. En esos días, visitó la catedral de Pamplona, donde se reunió con el entonces arzobispo de Pamplona, Mons. Fernando Sebastián, y con los miembros del cabildo.
También pudo conocer diversos lugares de la ciudad y detenerse especialmente en el trabajo de la Clínica Universidad de Navarra. Se reunió con universitarios de varios Colegios Mayores, profesores de las Facultades de estudios eclesiásticos, e investigadores del área biomédica.
Benedicto XVI presentó en ese viaje su autobiografía, titulada ‘Mi vida’. En el acto, y con el tema de la Inquisición de fondo, el cardenal Ratzinger aseguró que “la audacia para confesar los errores propios de la condición humana va a contribuir a la reconciliación de la cultura de hoy con la fe de tiempos pasados”.
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