Ha recibido por quinto año consecutivo, el sello ‘Calculo, reduzco y compenso’ del Ministerio de Transición Ecológica
PAMPLONA, 15 (EUROPA PRESS)
La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona (MCP) ha reducido un 26% su huella de carbono desde que comenzara a calcularla en 2014 y ha recibido, por quinto año consecutivo, el sello ‘Calculo, reduzco, compenso’ otorgado por el Ministerio de Transición Ecológica, a través de la Oficina Española del Cambio Climático (OECC), a la gestión de la huella de carbono. La Mancomunidad es la primera entidad navarra en obtener este sello.
Según han informado desde la MCP en una nota de prensa, la Mancomunidad lleva calculando su huella de carbono desde el año 2013, y desde el 2014 calcula también las emisiones derivadas de las contratas que realizan trabajos para la entidad, incluyendo el transporte público de las villavesas, y la flota de camiones de residuos.
En 2022 la reducción de emisiones en el Transporte Urbano Comarcal resultó ser del 17% respecto a 2014, como consecuencia del plan estratégico de cambio de combustible para la movilidad comarcal. Con la puesta en marcha de la electrificación de la línea 9, se “comenzó el camino hacia una nueva movilidad sostenible”, disponiendo actualmente de un 4% de la flota de villavesas eléctricas, un 12% de biometano, y un 42% híbrido y de gasoil. El objetivo es abandonar para el 2029 todas las villavesas de gasoil.
En cuanto al Ciclo Integral del Agua, la reducción de sus emisiones fue del 37% (siempre respecto a 2014), principalmente derivado del uso de energía eléctrica de origen renovable en todos sus procesos, “lo que está permitiendo que este servicio esté llegando a las mínimas emisiones”.
En el servicio de Residuos, por otra parte, se obtuvo una reducción del 28%. Las “mejoras en la gestión” de la materia orgánica, a través de la implantación del contenedor con tarjeta, constituyeron la razón principal de esta reducción. La gestión de la materia orgánica, que permite transformarla en compostaje o biometanización, evita su eliminación en el Centro de Tratamiento de Residuos de Góngora y, por tanto, “reduce también las emisiones de gases”.
Además, dentro de la gestión de residuos en el ámbito rural, se está haciendo un “trabajo importante” de gestión km 0 de los biorresiduos. Mediante compostaje comunitario, doméstico y con los PAT (puntos de acopio y trituración) de restos verdes, estos biorresiduos son gestionados in-situ, “pudiendo así aprovechar el recurso obtenido, compost y evitando el traslado de camiones de recogida de residuos”.
Al margen de estas acciones, la entidad cuenta con otros proyectos generales que promueven la reducción de gases, tales como la sustitución de calderas de gasoil por calderas de pellets así como el uso de hidrotermia en la climatización de la ETAP de Eguillor, o la geotermia y aerotermia en la nueva sede de Salesas, entre otros.
COMPENSACIÓN
Para cumplir el objetivo de neutralidad en carbono en el 2030, la Mancomunidad comenzó a compensar en 2018 parte de su huella de carbono, a través, entre otros aspectos, del compromiso de las contratas que prestan sus servicios a la entidad y que miden también su huella de carbono.
De hecho, el nuevo contrato del Transporte Urbano Comarcal tiene como novedad la cláusula de compensación parcial de las emisiones que se deriven de su gestión. Lo mismo ocurre con el resto de contratas, destacando la de recogida de voluminosos, aprobado en 2023, que compensará el 100% de sus emisiones.
SUMIDEROS CARBONO
Otro ámbito de actuación en este camino hacia la neutralidad es la creación de sumideros de carbono. En 2021 se registró el sumidero de Areatzea mediante reforestación, con un potencial de 503 Tn CO 2eq .
Actualmente se está trabajando en un nuevo sumidero, Zolina, donde mediante cambio de uso de suelo, de cultivo a pastizal permanente, se conseguirá un nuevo espacio para la reducción de la huella de carbono. Como “valor añadido” de estos sumideros, se “están recuperando espacios para la ciudadanía, así como para la protección y mejora de la biodiversidad”.
La Mancomunidad tiene aprobada por la Asamblea en febrero de 2021 la Estrategia de Cambio Climático y Energía, donde se fija la hoja de ruta para alcanzar la neutralidad en carbono en la prestación de todos sus servicios en 2030.
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