PAMPLONA, 3 (EUROPA PRESS)
Otazu ha comenzado una vendimia “histórica” recolectando “por primera vez en la historia moderna” de la bodega la variedad Berués, una variedad autóctona de la Cuenca de Pamplona “que data de la Edad Media y que ha sido recuperada tras años de I+D”.
En una nota de prensa, la Bodega ha comunicado que celebra el inicio de la vendimia 2024 “con un entusiasmo renovado, gracias a unas condiciones climáticas excepcionales y por un hecho histórico: esta será la primera cosecha en la que la bodega, después de años de trabajo de investigación y de recuperación”, vendimiará la variedad Berués.
“Las primeras semanas de septiembre trajeron lluvias que, combinadas con días soleados y vientos del norte, han creado las condiciones perfectas para una cosecha única”, han explicado desde Otazu.
La vendimia, han remarcado, comienza con la variedad Chardonnay, “cuyas uvas se presentan jugosas y tersas, listas para ofrecer vinos frescos y vibrantes, con aromas a cítricos y flores”. Estas uvas son las primeras en llegar a la bodega, “donde se ha iniciado una cuidadosa vinificación que busca la máxima expresión del terroir de Otazu”.
A medida que avance el otoño, la vendimia continuará con las variedades tintas. Lo que “realmente hace especial esta añada” es la vendimia, por primera vez en la historia moderna de la Bodega, de la Berués.
Se recoge a finales de septiembre, “en su punto óptimo de maduración, cuando muestre colores púrpuras con aromas florales y de frutillos rojos”. Esta uva, que se cultivaba en la Cuenca de Pamplona desde la Edad Media, “fue prácticamente olvidada con el paso de los siglos”. “Gracias a un trabajo de recuperación y experimentación a lo largo de los últimos años, Otazu ha conseguido recuperar esta variedad y replantarla”, han subrayado desde la bodega.
Berués representa “un puente entre el pasado y el presente” y conecta a la bodega con las tradiciones vitivinícolas “que han dado forma a la cultura de esta tierra”. El regreso de la Berués “no solo es un homenaje a la historia, sino innovar mirando el pasado y creando el presente”.
Esta uva autóctona, “con su carácter único y su capacidad para adaptarse a las condiciones de la región”, promete “sorprender con vinos de gran personalidad, con matices y con una textura envolvente que invitará a redescubrir los sabores del pasado”.
En octubre le llegará el turno a la Merlot y, finalmente, a la Cabernet Sauvignon, con la que se cerrará un ciclo de vendimia “marcado por la calidad y la emoción”.
El equipo de Otazu efectúa esta vendimia “consciente de que cada racimo vendimiado es fruto de años de trabajo y dedicación”. La Bodega espera que 2024 “sea recordado como un año excepcional, no solo por la calidad de sus vinos, sino también por lo que conlleva la recuperación de la uva Berués”.
En un mundo vitivinícola “en constante evolución”, Otazu “reafirma su compromiso con la innovación, el respeto por el entorno y la preservación del legado histórico”. “Con la mirada puesta en el futuro y los pies firmemente anclados en la tierra, Otazu inicia la vendimia 2024 que será, sin duda, una cosecha para el recuerdo”, han subrayado.
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