PAMPLONA, 25 (EUROPA PRESS)
El Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra ha trasladado al sector el borrador de la Orden Foral de condicionalidad reforzada, es decir, las normas que deberán cumplir las personas beneficiarias de ayudas de la PAC que reciban pagos directos, así como determinados pagos anuales del PDR.
Los directores generales de Desarrollo Rural y Agricultura y Ganadería, Rubén Goñi e Ignacio Gil, respectivamente, se han reunido este miércoles con representantes de las organizaciones agrarias UAGN, EHNE y UCAN para contrastar la Orden Foral sobre la condicionalidad reforzada que se somete a participación pública, así como trasladarles la predisposición de su Departamento en realizar labor de apoyo y acompañamiento al sector con la finalidad de “favorecer y apoyar a agricultores y ganaderos en la progresiva adaptación a las condiciones y requisitos que establece la nueva PAC”.
La condicionalidad reforzada es un requisito marcado por el Reglamento de la UE para que los Estados miembro lo apliquen con el objetivo de “contribuir al desarrollo de una agricultura sostenible mediante una mayor concienciación de los beneficiarios sobre la necesidad de cumplir unas normas para responder mejor a los retos de la sociedad en materia de medio ambiente, salud pública, fitosanidad y bienestar animal”, explica en un comunicado el Ejecutivo foral.
Esta nueva condicionalidad reforzada incluye aspectos de la condicionalidad tradicional aplicada hasta el año 2022, así como algunos aspectos novedosos e incorpora también las prácticas beneficiosas para el clima y el medio ambiente (‘greening’ o pago verde) del anterior periodo de la PAC.
En concreto, el borrador de Orden Foral de Condicionalidad Reforzada que se someterá próximamente a participación pública, contempla diferentes Requisitos Legales de Gestión (RLG) y Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales (BCAM). Los RLG están encaminados, entre otras cosas, a la protección de las aguas contra la contaminación de nitratos, la protección de los hábitats y la fauna silvestre, la seguridad alimentaria o la prohibición de determinadas sustancias de efecto hormonal, entre otras cosas. Por otra parte, las BCAM plantean la creación de franjas de protección en las márgenes de los ríos, la fertilización sostenible o prácticas para la protección de humedales y turberas, entre otras.
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