Critican que en los últimos años el equipo técnico se ha reducido de seis a tres personas debido a una bajada del presupuesto
PAMPLONA, 7 (EUROPA PRESS)
El Consejo de la Juventud de Navarra (CJN) ha afirmado que se encuentra sumido en una “situación crítica” que ha achacado a la “falta de recursos” aportados por el Gobierno foral, que ha pasado de dotar al consejo con una subvención de 163.000 euros en 2019 a 85.000 euros para este 2023.
El presidente del consejo, Pablo Lanaspa, ha comparecido este martes en una rueda de prensa junto a miembros de la Comisión Permanente (CP) para exponer “los problemas” a las que se enfrenta en la actualidad el CJN y que “impiden que el consejo funcione de manera fluida y tenga que dedicar su tiempo a sobrevivir”. Según Lanaspa, las personas que forman la comisión realizan su labor de forma voluntaria y esta situación “tan crítica hace que perdamos la motivación”.
“Esto se convierte en un ciclo vicioso en el que cada vez podemos hacer menos actividades, cada vez se nos tiene menos en cuenta y por tanto cada vez nuestras funciones se cumplen menos. Este ciclo, en lugar de ser roto desde la Administración, ofreciéndonos apoyo para realizar las funciones que nos corresponden, es alimentado por la misma”, ha añadido Lanaspa.
Respecto al equipo técnico, que es quien ejecuta las iniciativas, decisiones y demás cuestiones provenientes de la Comisión Permanente, el presidente del consejo ha destacado que “en esta legislatura se ha tenido que despedir a dos personas y se ha suprimido la figura de la coordinación, que era quien hacía de puente entre trabajadoras y voluntarias, por lo que son tres personas menos las que están garantizando el funcionamiento del día a día”.
Tras lamentar que “la plantilla del consejo no hace más que menguar”, Lanaspa ha criticado “el elevado nivel de exigencia al que se nos está sometiendo por las formas y las condiciones en las que se está dando”. “El consejo ha visto cómo cada vez se le priva de más recursos mientras que cada día se le exige más”, ha subrayado, tras asegurar que “cada vez se nos ponen más pegas y se nos piden más explicaciones de lo que hacemos”.
“El futuro del consejo no es claro, pero la dinámica actual es totalmente insostenible, y de seguir así podría darse la desaparición del consejo o la pérdida total de su razón de ser”, ha subrayado, tras asegurar que “la pelota está en el tejado de del Instituto Navarro de la Juventud o cualquier administración que quiera y pueda solventar los problemas” planteados. A su juicio, “una apuesta por el consejo debe ir acompañada, como mínimo”, de una partida presupuestaria que les permita actuar, ya que consideran “insultante” el hecho de que “año tras año debamos pedir enmiendas a los grupos parlamentarios para ser capaces de sufragar los gastos básicos de nuestra actividad y nuestra infraestructura”.
Además, “a todos estos obstáculos se suma que el Instituto Navarro de la Juventud comenzó hace un tiempo a realizar actividades similares a las del consejo, pisando así el esfuerzo que veníamos desarrollando durante meses”. Lanaspa, que ha apostado por una posición “no paternalista de las administraciones”, ha apuntado que “cuando nos reunimos con el INJ nos llevamos tristes sorpresas”, ya que “se nos trata como a niñas que no saben lo que hacen”.
Lanaspa también ha afirmado que ya “todas estas cuestiones ya hemos intentado plantearlas a quienes podían ayudarnos, pero siempre las peticiones y solicitudes han sido respondidas con silencio e indiferencia y no parece que este hecho vaya a cambiar”. “Parece muchas veces que cuando desde las Administraciones Públicas se habla de las problemáticas socioeconómicas de la juventud, de la salud mental o de la baja participación, se olvidan de nosotras, la juventud que se implica en la solución”, ha reivindicado.
“PREOCUPACIÓN” POR LA NORMATIVA QUE REGULA EL CONSEJO
También ha mostrado su preocupación por la normativa que regula al consejo, ya que “el decreto original es de 1986, con una pequeña modificación en 1988, y como cabe esperar, esta es una normativa que cada vez se queda más atrasada”. “Esto dio pie al inicio de un proceso de reforma de dicho decreto, del que actualmente solo conocemos que saldrá en algún momento de este año”, ha añadido, tras asegurar que el consejo realizó aportaciones pero que el proceso les generó “un mal sabor de boca” porque “no estuvimos participando activamente en la redacción”, sino a través de Gobierno Abierto.
Además, ha asegurado que en el proyecto que se les presentó vieron “cosas inadecuadas”, incluso con artículos “que iban en contra de la ley foral de Juventud”. “Compartimos la necesidad de cambio, pero en ese cambio debe participar el consejo activamente”, ha reivindicado.
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