Los investigadores modificarán genéticamente peces cebra para inducirles la enfermedad y los usarán para probar fármacos
MURCIA/MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El grupo de investigación Inmunidad, Inflamación y Cáncer del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) y de la Universidad de Murcia (UMU) está desarrollando la única investigación de toda España sobre el denominado síndrome KBG, una enfermedad rara que padecen apenas unas decenas de personas en todo el país y que cuenta con un amplio abanico de síntomas entre los que destacan un desarrollo intelectual y físico más lento de lo normal.
La enfermedad afecta, fundamentalmente, al desarrollo del sistema nervioso, por lo que los pacientes padecen un desarrollo intelectual más lento y afecta al desarrollo del cráneo o los dientes. Así lo ha hecho saber a Europa Press el catedrático de Biología Celular de la UMU, Victoriano Mulero, director del grupo encargado de esta investigación, que está integrado por las doctoras Diana García Moreno y Alicia Martínez López.
Se trata de la única investigación que trabaja sobre este síndrome en España, aunque hay proyectos de otros países que estudian aspectos clínicos que pretenden mejorar el diagnóstico de los pacientes y que llevan a cabo modelos experimentales con ratones para intentar entender la enfermedad.
“Se sabe que es una enfermedad genética, se conoce el gen afectado y su función”, según Mulero, quien admite que es “complejo” determinar cómo la mutación en el gen desencadena la enfermedad y a qué se debe la heterogeneidad que hay en los pacientes. Y es que no todos los enfermos tienen los mismos síntomas, lo que “no es fácil de explicar en base a las mutaciones del gen”.
Mulero ha precisado que hay “bastantes pacientes” a pesar de que ser una enfermedad rara. Así, por ejemplo, la Asociación española de pacientes que tienen esta enfermedad contabiliza unos 30 o 40 enfermos adscritos en todo el país.
ESCRUTINIO DE FÁRMACOS
En este sentido, el grupo de investigación de la UMU lleva unos seis meses trabajando en este proyecto, que se centra en dos ejes. En primer lugar, aprovecha que cuenta con el apoyo de la Asociación Española de Síndrome KBG y ya ha puesto en marcha el protocolo para ir recogiendo muestras de sangre de todos los pacientes, lo que va a ayudar “mucho” a entender el mecanismo de la enfermedad.
En segundo lugar, el grupo ya ha desarrollado modelos con peces cebra para estudiar la enfermedad. Una vez que cuenten con esos modelos, el grupo intentará buscar fármacos para tratar el síndrome, porque ahora mismo no hay medicamentos para ello.
Mulero ha precisado que el pez cebra se usa frecuentemente en investigaciones porque es una especie que conserva aproximadamente el 85% de los genes que provocan enfermedades humanas, incluido el del Síndrome KBG. Además, el uso de estos peces cuenta con la ventaja de que pueden manipularse genéticamente de forma “fácil y rápida”.
Además, al ser un animal muy pequeño –trabajan con las larvas–, permite hacer un escrutinio de fármacos a gran escala, algo que no es factible con los ratones.
Así, uno de los objetivos del equipo de investigadores de la UMU es analizar fármacos que ya están aprobados para su uso con otras enfermedades con el fin de identificar si alguno es capaz de funcionar con este Síndrome KBG. “Es la primera aproximación que vamos a hacer a la enfermedad porque es la más rápida”, ha señalado Mulero.
En concreto, los investigadores van a desarrollar el modelo de enfermedad en ejemplares de pez cebra mutando el mismo gen que está mutado en los pacientes. Así, comprobarán si los peces desarrollan algún cambio o alteración. Finalmente, los someterán a los fármacos y comprobarán si revierten esas alteraciones.
Inicialmente, los investigadores de la UMU van a probar 800 medicamentos. “Es lo que llamamos un escrutinio por fenotipo: sin saber prácticamente nada de la enfermedad, vemos si alguno de esos fármacos funciona”, según Mulero.
De momento, los investigadores no saben si alguno de los fármacos servirá para paliar solo la enfermedad o corregirla del todo. “Eso no lo puedes saber hasta que no se hace el estudio”, según Mulero, quien señala que es la duda que siempre expresan los pacientes cuando se reúnen con ellos.
“Es difícil saber si va a ser un fármaco que pueda curar la enfermedad, que pueda paliarla o detener su avance”, según Mulero, quien ha explicado que la enfermedad afecta al desarrollo del sistema nervioso y su resultado “va a depender del momento en el que se aplica el fármaco”.
Así, cree que es posible que tenga un efecto “mucho más potente” en caso de aplicarse cuando el paciente tiene una edad temprana respecto a si se administra tarde, cuando hay alteraciones en el desarrollo que son irreversibles.
Cuando los científicos de la UMU consigan entender más sobre el mecanismo de funcionamiento de la enfermedad, podrán diseñar fármacos basados en ese conocimiento.
En cuanto al plazo de tiempo previsto para obtener resultados, Mulero ha confirmado que ya han desarrollado los modelos mutantes y, “si todo va bien”, su intención es empezar a hacer el escrutinio de los fármacos en los próximos tres meses. A partir de entonces, podrán constatar si algún tratamiento funciona. En cambio, ha indicado que entender el mecanismo de la enfermedad va a tardar “más tiempo” porque hacen falta “más estudios”.
Se trata de un proyecto que empezó sin financiación y, posteriormente, recibió apoyo económico de la Asociación Síndrome de KBG española y la de Estados Unidos. Además, el proyecto ha sido escogido por la última resolución de proyectos de la Fundación Séneca, que permitirá avanzar en esta investigación.
IMPORTANCIA DE VISIBILIZAR ENFERMEDADES RARAS
Más del 80% de las enfermedades raras están producidas por una alteración en el material genético, según ha detallado el jefe de la Unidad de Genética del Servicio de Pediatría del Hospital Materno Infantil de Badajoz, Enrique Galán, con motivo del Día Mundial de las patologías poco frecuentes.
“De los tres millones de casos que existen en España, al menos la mitad está sin diagnosticar”, ha avisado el doctor. Sin embargo, el 20% de los pacientes tardan más de 10 años en tener un diagnóstico de una enfermedad rara en España.
De hecho, a los médicos de Isabel, una niña con Síndrome de KBG, el estudio genético les ayudó a confirmar el diagnóstico. “En las revisiones comenzaron a ver que la curva de crecimiento estaba muy por debajo de los parámetros, presentaba tardanza en caminar (casi 20 meses), macrodoncia, torpeza en el andar. Decidieron realizarle un análisis genético que dio como resultado una alteración en el gen ANKRD11”, han narrado los padres de Isabel.
El síndrome de KBG es una enfermedad con un amplio abanico de síntomas, entre los que destacan un desarrollo intelectual y físico más lento de lo normal. Predominan los problemas comportamentales, con irritabilidad, impulsividad o mala tolerancia a la frustración.
Aunque esta enfermedad no tiene cura, Isabel periódicamente realiza chequeos físicos para controlar que sus órganos estén bien, puesto que la afección puede afectar a corazón, riñones e hígado, así como revisiones de la vista y el oído. Además, trabaja con una psicóloga infantil para ayudarle en el manejo de las emociones y con una fisioterapeuta.
“En el Sistema Nacional de Salud se observan deficiencias en este ámbito, sobre todo cuando las enfermedades son muy minoritarias o no están muy estudiadas. La Asociación Española de KBG nos ha brindado información sobre estudios, avances y posibles ayudas, además de consejo y apoyo moral”, ha argumentado.
Con respecto al momento del diagnóstico, los padres de Isabel mandan un mensaje de aliento a las familias que pasen por una situación similar. “Queremos decirles que no desesperen, que es normal tener miedo. Les aconsejamos que pidan ayuda”, han señalado.
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