Excepcionalmente puede causar síntomas más graves como desorientación o dificultad respiratoria
MURCIA, 9 (EUROPA PRESS)
La Consejería de Salud recuerda que las picaduras de medusa son, por lo general, molestas y algo dolorosas, pero que solo revisten gravedad de forma excepcional. Así, los síntomas más repetidos por este tipo de accidentes son escozor cutáneo y enrojecimiento de la zona, hormigueo, dolor punzante acompañado de inflamación y marcas del tentáculo del animal.
Excepcionalmente puede ocasionar otros síntomas como problemas digestivos, espasmos o dolor de cabeza que, en ese caso, pueden aparecer varias horas después de la picadura.
En casos más graves, Salud recuerda que se debe contactar de forma inmediata con los servicios de emergencia, ya que la picadura de medusa puede provocar desorientación, problemas respiratorios e, incluso, cardiacos. Sin embargo, cabe recordar que la gravedad de la reacción depende, entre otros factores, de la susceptibilidad individual y de la especie de la medusa.
En este sentido, la Consejería recuerda que en las costas de la Región de Murcia es excepcional la presencia de especies peligrosas, pero advierte de que las medusas que han sido arrastradas a la playa podrían todavía liberar aguijones venenosos al tocarlas, por lo que recomienda no entrar en contacto con ellas.
LAVAR CON AGUA SALADA, NUNCA DULCE
Asimismo, se recomienda limpiar la zona afectada con agua salada o suero fisiológico para aliviar los efectos de la picadura de este animal. Aunque sea comúnmente recomendado aplicar agua dulce es algo que se debe evitar, ya que se podrían romper las células urticantes y causar el efecto contrario. Además, es importante aplicar frío en la zona afectada durante al menos 15 minutos sin aplicar el hielo directamente en la piel.
En el caso de quedar algún resto de tentáculo adherido a la piel, debemos retirarlo con unas pinzas y evitar tocarlo y se podría, asimismo, administrar algún antihistamínico, previa consulta con un médico para evitar la reacción alérgica.
Las medusas usan su veneno para protegerse y lo expulsan a través de aguijones microscópicos que tienen en los tentáculos. Este ejerce su efecto en la parte más superficial de la piel, pero también puede llegar al torrente sanguíneo en algunos casos.
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