MURCIA, 10 (EUROPA PRESS)
Más de un centenar de personas en situación de vulnerabilidad han concluido con éxito el proyecto piloto de activación social ‘La Caja de Experiencias’ que promueve la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad, a través del Instituto Murciano de Acción Social (IMAS).
En concreto, han sido 122 personas perceptoras del Ingreso Mínimo Vital (IMV) y de la Renta Básica de Inserción (RBI), las que han logrado reducir el grado de vulnerabilidad y de exclusión en el que se encuentran, con una participación más inclusiva en la comunidad.
Las conclusiones técnicas de la evaluación del proyecto muestran que, a través de los ‘Itinerarios de Activación Individual’ que se han realizado, los participantes han mejorado su autoestima y han hecho un mayor uso de los recursos comunitarios de su entorno más cercano.
Además, han mejorado sus conocimientos en materias básicas como lectoescritura y matemáticas, y han aprendido a utilizar las nuevas tecnologías de forma eficiente, segura y responsable.
En el ámbito laboral, los recursos y herramientas que han adquirido durante este tiempo les ha permitido llevar a cabo búsquedas activas de empleo para poder optar al desarrollo de un proyecto de vida personal e independiente.
Todo ello ha motivado cambios positivos en la autopercepción de sus posibilidades y una visión más crítica de su situación respecto a la valoración inicial. El proyecto de activación social ‘La Caja de Experiencias’ está dotado con 3,3 millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y cuenta con la colaboración de los ayuntamientos de Alcantarilla, Cartagena y Murcia, así como de distintas entidades sociales.
El objetivo de este programa experimental es identificar las acciones que permitan mejorar la implementación de políticas sociales más eficaces y eficientes, basadas en la evidencia y en las necesidades de cada persona. Con este fin se ha realizado una evaluación del impacto generado en los participantes y se han analizado distintos parámetros durante su ejecución.
De esta forma, la evaluación determina que uno de los aspectos mejor valorados ha estado relacionado con los contenidos que se han abordado, ya que los consideran útiles para su vida cotidiana, para conocer las oportunidades de desarrollo que les ofrece el entorno, así como para interiorizar aspectos que inciden en la mejora de su calidad de vida, como la importancia de acudir al médico o de llevar una alimentación adecuada.
También señalan que ha habido una buena capacidad de adaptación por parte del proyecto a sus necesidades y que se han dado facilidades para la conciliación, con horarios adecuados y alternativas para poder compaginar la participación en el programa con el cuidado de sus hijos.
Valoran además la profesionalidad y capacidad de respuesta del equipo multidisciplinar que les ha acompañado en todo el proceso para atender las diferentes situaciones y adaptarse a las características de cada persona. Puntúan con un 4,51 sobre 5 el grado de satisfacción, y destaca con un 64 por ciento la participación mayoritaria de mujeres.
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