La Fundación advierte del “exceso” de protección del Estado a las comunidades ante los efectos de la crisis
MADRID/MURCIA, 17 (EUROPA PRESS)
La Región de Murcia se ha convertido por primera vez en la comunidad autónoma peor financiada, relevando en el puesto a la Comunidad Valenciana, que se posiciona en segundo lugar seguida de Andalucía y Castilla-La Mancha, según la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).
En el lado contrario, Cantabria es la región mejor financiada, seguida de La Rioja, Extremadura, Baleares y Canarias.
En un informe sobre financiación autonómica, Fedea ha advertido de que el Gobierno central, al igual que sucedió en la crisis de 2009, “ha optado por proteger en exceso” a las comunidades autónomas de los efectos de la crisis derivada del Covid, “trasladando la inevitable caída de ingresos a años posteriores y reduciendo así los incentivos para iniciar los necesarios ajustes”.
El volumen total de financiación definitiva que recibieron las comunidades autónomas de régimen común, medida a competencias homogéneas e igual esfuerzo fiscal, experimentó en 2020 una caída de 11.200 millones de euros (-9%) con respecto a 2019 por el descenso de los ingresos tributarios autonómicos y estatales como resultado de la crisis sanitaria, según el análisis de Fedea realizado por su director, Ángel de la Fuente.
No obstante, el organismo señala que este retroceso fue “más que compensado” por una inyección de recursos extraordinarios a cargo del Estado por valor de 19.600 millones de euros, de los que 4.400 millones proceden de la condonación este año de los saldos negativos de la liquidación del Sistema de Financiación Autonómica (SFA) correspondiente a 2020.
Aunque no existen datos de financiación definitiva para años más recientes, Fedea apunta que los recursos sujetos a liquidación proporcionados por el SFA “giraron a la baja tras el pico alcanzado en 2020 gracias a un cálculo deliberadamente optimista de las entregas a cuenta”, con caídas del 1,8% en 2021 y del 0,9% en 2022.
Si se tienen en cuenta los recursos extraordinarios que el Estado ha transferido a las comunidades autónomas en los últimos años, la caída es mucho mayor. Así, incluyendo estas partidas, los ingresos autonómicos procedentes del Estado, calculados con criterio de caja, se redujeron un 3,5% en 2021 y un 5,7% en 2022, respectivamente.
CANTABRIA, LA MEJOR FINANCIADA, Y MURCIA, LA PEOR
De acuerdo con este estudio, las variaciones registradas en 2020 en las posiciones relativas de las distintas comunidades autónomas en términos de financiación efectiva por habitante ajustado a competencias homogéneas han sido generalmente “poco significativas” y en ellas ha jugado un papel importante “el habitual baile en las comunidades receptoras del segundo tramo del Fondo de Cooperación”.
Así, Fedea destaca el retroceso de Andalucía, que perdió 1,8 puntos de financiación efectiva con respecto a 2019, y los avances de Asturias, que ganó 2,9 puntos, y de Castilla y León y Galicia, que avanzaron 1,9 y 1,8 puntos, respectivamente.
Llama también la atención el caso de Baleares que, pese a la fuerte caída de sus ingresos tributarios (en torno a nueve puntos menos), pierde sólo medio punto de financiación total gracias al efecto compensador de otros elementos del SFA, especialmente la transferencia de garantía.
Por otra parte, la Comunidad Valenciana y Murcia intercambiaron posiciones, de forma que Murcia se convirtió por primera vez en la comunidad peor financiada.
Si se tienen en cuenta las transferencias extraordinarias no ligadas a las necesidades específicas de gasto causadas por la pandemia, las variaciones en los índices de financiación por habitante ajustado con respecto a 2019 son “sensiblemente mayores”.
Estas partidas, apunta Fedea, “tienden a empeorar” la distribución de recursos por habitante ajustado entre comunidades, incrementando la dispersión de esta variable y “mejorando aún más a las mejor tratadas a expensas de las situadas en la cola inferior de la distribución”.
“No termina de entenderse la insistencia del Ministerio en repartir estos recursos con criterios que no sólo no ayudan a mejorar el reparto existente de la financiación regional, sino que incluso tienden a empeorarlo, aumentando aún más las importantes diferencias existentes entre las dos colas de la distribución”, denuncia Fedea.
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