Reconoce que se pueden reactivar las heridas del duelo, pero también conectar con emociones positivas al compartir con otras personas
MURCIA, 1 (EUROPA PRESS)
La especialista en Duelo del Colegio Oficial de Psicología (COP-RM), Cristina Lázaro, ha reconocido que, en días como el de Todos los Santos, se revive el fallecimiento de los seres queridos. Para hacerle frente, ha señalado que todos los actos simbólicos dan un “sentido a la pérdida” como, por ejemplo, plantar un árbol o hacerse donante de sangre, médula o de órganos”.
Además, ha recomendado “retomar, al ritmo del doliente, actividades cotidianas que le hagan tomar conciencia del aquí y el ahora”.
En declaraciones a Europa Press y al ser preguntada por estrategias para afrontar la sensación de pérdida en estas fechas, Lázaro ha considerado preciso matizar que “cada persona afronta el duelo en función de sus características personales, sus recursos para afrontar las pérdidas, su historia de vida y el tipo de relación con la persona fallecida”.
“En los días previos al día de Todos los Santos comienza a conectarse de nuevo con los sentimientos y emociones que le han vinculado a la persona fallecida y a la pérdida en sí; estos rituales tan característicos en estas fechas ayudan a expresarlos, a hacerlos manifiestos y de esa manera hacer más llevadero el dolor”, ha destacado esta psicóloga.
Para hacerle frente e integrar la pérdida de una manera más saludable, ha recomendado “permitirse expresar los sentimientos, hablar de la persona que ya no está, recopilar fotografías que cuenten la historia de la persona fallecida o escribir los sentimientos en forma de carta”, entre otras cosas.
ANCIANOS QUE VIVEN SOLOS, ESPECIALMENTE VULNERABLES
Al ser preguntada por población especialmente vulnerable, como los ancianos, Lázaro ha manifestado que la soledad es una “malévola compañera de viaje cuando se rememoran acontecimientos tristes como es la pérdida de un ser querido”, y ha señalado que las personas mayores han perdido a muchas personas a lo largo de su vida.
“Cada una de esas pérdidas deja una huella imborrable, pero es posible que se haya aprendido a vivir con ellas”, según esta psicóloga. Sin embargo, ha admitido que, en días tan señalados como el 1 de noviembre, “se hace más evidente”.
A este respecto, ha manifestado que los rituales en torno a la persona fallecida “ayudan a recordarles y brindarles un homenaje que tiene, sobre todo, como objetivo, mitigar el dolor por la pérdida pues de alguna manera se traen a la memoria y por lo tanto se les da su lugar en las vidas de las personas que las recuerdan”.
“Ir al cementerio, rodearse de personas que conocieron a los fallecidos, encender una vela en su honor o llevarles flores son rituales que les permite convivir mejor con las pérdidas y hacerles notar que de alguna manera es imprescindible realizar actividades cotidianas y lo más agradables posibles”, tal y como ha precisado Lázaro.
Respecto a si los psicólogos detectan una mayor incidencia de algunas patologías en estas fechas, Lázaro ha admitido que, en estos días, “es posible que se reactive heridas relacionadas con la aceptación y la normalización del duelo, debido a que el recuerdo de las personas fallecidas aflora con más intensidad”.
Por ejemplo, ha destacado que, en esos días, “se reviven emociones como tristeza profunda, desasosiego, confusión e incluso culpa e ira, sobre todo, especialmente en casos en los que el duelo no se ha elaborado de una manera normalizada”.
Sin embargo, ha advertido que este día “puede ayudar a conectar también con las emociones positivas al compartir con otras personas los mismos sentimientos hacia quien ya no está, por ello todas las actividades con carga simbólica van a ayudar a atenuar el dolor y la aparición de sintomatología depresiva o afectiva”.
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