MURCIA, 25 (EUROPA PRESS)
La contratación de personas con discapacidad en la Región de Murcia ya supera en un 25% la de años anteriores a la irrupción de la pandemia del coronavirus, según se desprende del tercer informe ‘Discapacidad y expectativas para el nuevo año de la Fundación Adecco y Smurfit Kappa Nervión’.
Este dato consolida la recuperación del número de contrataciones con un aumento del 12% entre enero y noviembre de 2022, y está próximo a triplicar el de hace una década, en 2012.
En concreto, en los primeros diez meses del año se han generado 3.754 empleos entre quienes forman parte del colectivo de personas con discapacidad, frente a los 1.392 contabilizados en 2012, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
La tasa de actividad es del 41,9% en el caso de la Región de Murcia, un porcentaje que, pese a ser bajo, se posiciona siete puntos por encima del nacional (34,6%). No obstante, el 58,1% restante no tiene empleo, ni lo busca.
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, “las políticas pasivas de empleo no pueden convertirse en un lastre para la inclusión laboral. Nos encontramos algunas personas que teniendo la oportunidad de trabajar no lo hacen porque, inicialmente, son remuneraciones inferiores a las ayudas económicas que perciben”.
Además, ha considerado que la tasa “tan elevada” de personas inactivas también se debe a las dificultades para encontrar trabajo como consecuencia de los estereotipos existentes en la sociedad. “Hay personas que desesperan en la búsqueda de empleo y desisten”, ha comentado Mesonero.
Otro de los grandes retos para los próximos años es ampliar la penetración de las personas con discapacidad en la empresa ordinaria, es decir, en entornos de trabajo normalizados. Actualmente, la mayoría de los contratos a personas con discapacidad en Murcia (55,2%) se suscriben en el ámbito protegido (Centros Especiales de Empleo), una cifra superior a la de hace una década (25,6%).
Mesonero ha indicado que “de poco sirve que el aumento en el número de contrataciones de las personas con discapacidad se vea reflejado en los CEE, pero no lo haga en la misma medida en la empresa ordinaria. No debemos olvidar que la legislación establece que estos centros deben ser un elemento transitorio, es decir, un escalón en el proceso de inclusión laboral de las personas con discapacidad, no la meta final”.
Promover la formación requerida por las empresas es otro de los retos fundamentales para los próximos años, ya que incrementa exponencialmente las oportunidades de acceder al empleo. Los jóvenes con discapacidad, a pesar de haber experimentado un gran avance en los últimos 10 años, siguen “infrarrepresentados” tanto en la Universidad, como en la Formación Profesional.
Tampoco hay que olvidar aspectos como la transformación digital, ya que las personas con discapacidad son de las más afectadas por la brecha digital. En este sentido, Mesonero ha defendido la necesidad de dotarles de las competencias digitales básicas y de aquellas que reclaman las empresas, tanto en la actualidad como en el futuro próximo, con el fin de acercarles a nuevos nichos de empleo.
CONFIANZA EN EL NUEVO AÑO Y EN EL MERCADO LABORAL
Si en 2021 el 65% de los desempleados no confiaba en el mercado laboral, la cifra de aquellos preocupados por quedarse atrás o por tener dificultades para encontrar empleo ha bajado en 2022 hasta el 47,8%. Es decir, más de la mitad de las personas entrevistadas (52,2%) cree que va a ser un buen año para el empleo de quienes tienen discapacidad.
La otra mitad no tiene confianza en el mercado laboral y sus expectativas para 2023 no son halagüeñas. Cree que fenómenos como la digitalización, la automatización de puestos de trabajo, la crisis que aún afecta a muchas empresas o los requisitos cada vez más exigentes de las ofertas de empleo dificultarán la competencia y, por tanto, su acceso al empleo.
“Impulsar el empleo de aquellos que más difícil lo tienen, como es el caso de las personas con discapacidad, debe ser un eje prioritario en la agenda de todos los agentes sociales. Más aun teniendo en cuenta las perspectivas que estas personas tienen puestas en el mercado laboral. Ahora, más que nunca, debemos dar respuesta a esas demandas (y esperanzas) para confirmar que hemos dejado atrás el peor momento de la crisis y que 2023 se va a consolidar como el año de la recuperación”, ha reflexionado Mesonero.
EL EMPLEO, LA GRAN PRIORIDAD
La confianza de las personas con discapacidad en el próximo año se ve reflejada en la elección de su principal prioridad, el empleo. Las respuestas de la encuesta lo sitúan como una prioridad absoluta. De hecho, un 91% de los encuestados elige la posibilidad de encontrar un trabajo en el centro de sus deseos, por delante de la normalización de la discapacidad en la sociedad, la vivienda, las relaciones afectivas, la accesibilidad universal o la igualdad de género.
Si hace un año la mayor parte de los encuestados (46,8%) creía que la consecución del pleno empleo de las personas con discapacidad era un anhelo que las generaciones presentes no llegaran a ver, en este final de 2022 los encuestados se muestran bastante más optimistas. La mayoría de ellos (68,9%) cree que es un objetivo alcanzable en la próxima década –el 36,3% cree que estamos cerca y que en 2023 se van a dar pasos importantes, y el 32,6% espera lograrlo en los próximos diez años–.
En el otro lado, un 8,5% amplía el plazo hasta los próximos 20 años. Por último, el 22,5% de quienes han contestado a la encuesta tiene menos esperanzas y cree que su generación “no lo verá”.
Más de tres cuartas partes de los desempleados entrevistados (78,2%) están convencidos de que encontrarán un empleo el próximo año. Del porcentaje restante, un 12,8% se muestra especialmente pesimista, al indicar que no tiene ninguna esperanza porque lleva mucho tiempo en situación de desempleo.
El optimismo de sus perspectivas laborales respecto a 2023 no resta relevancia a su preocupación por la situación del mercado laboral tras los peores momentos de la pandemia. De hecho, que dos terceras partes de los entrevistados (66,4%) aseguran que ahora es más difícil encontrar empleo que antes de la crisis sanitaria.
APOYO Y SENSIBILIZACIÓN EMPRESARIAL, PRINCIPALES DEMANDAS
El 59,3% de los entrevistados solicita más apoyos como orientación, acompañamiento laboral, formación o ayudas económicas. La segunda opción más demandada, con un respaldo del 43,7%, es aquella que reclama una mayor sensibilización a las empresas.
El resto de medidas que, en opinión de los entrevistados, debería reforzarse son: mayor sensibilización social, más inversión en accesibilidad para manejar dispositivos o moverse por espacios físicos, impulsar la formación superior y generalizar el teletrabajo, que es la opción menos demandada, con un 16,9%.
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