También se han hecho más evidentes los síntomas de desaceleración de la economía de regional que se venían experimentando desde la invasión rusa
MURCIA, 17 (EUROPA PRESS)
El déficit público de la Región de Murcia ha empeorado respecto a 2021, hasta el punto de alcanzar el peor registro de los últimos diez años y el saldo más desfavorable de las distintas autonomías.
Es una de las conclusiones del Boletín de Coyuntura Económica del III Trimestre hecho público por la Confederación Regional de Organizaciones Empresariales de Murcia (CROEM).
La patronal también ha indicado que, a ese alto déficit, se suma un moderado crecimiento de la Deuda financiera (hasta representar el 34,2% del PIB regional, la cuarta mayor tasa autonómica y casi diez puntos por encima del promedio) y un preocupante ascenso de la deuda comercial (174 millones) que ha conllevado una dilatación del plazo medio de pago (34,8 días, el más alto desde abril de 2020).
Por ello, aconsejan en este sentido ·recuperar la agilidad presente hasta no hace tanto a efectos de favorecer la liquidez de las empresas contratistas”.
EL 2022, UN AÑO DE ENQUISTAMIENTO DE LOS RIESGOS MUNDIALES
El boletín también alude a que la mayor parte del año 2022 se ha caracterizado por un “enquistamiento de los riesgos mundiales”, tales como la inflación o la agresividad de la política monetaria, los cuales han derivado en una revisión a la baja del crecimiento mundial y por ende también nacional.
En este contexto, durante el tercer trimestre se hicieron más evidentes en la economía de la Región de Murcia los síntomas de desaceleración que se venían experimentando desde la invasión rusa de Ucrania, hasta el punto de situarse entre las autonomías con comportamiento más exiguo (con un avance anual del PIB del +0,8% según AIREF, frente al 3,8% nacional y el 3,1% del trimestre anterior).
Según explica CROEM, la contribución de los sectores económicos es muy diferenciada. Por un lado, la agricultura, ganadería y pesca no muestran sus mejores resultados, a excepción de ciertas especies y alguna camada, pero las cifras se han mostrado negativas. Por otro lado, la mayoría de ramas de Industria se muestran crecientes, y la tendencia general se mantiene positiva.
En el ámbito de la Construcción, la obra pública duplica las cifras del año anterior -con volúmenes importantes de contratación de la Administración Central impulsada por el AVE y de la Local- al tiempo que los indicadores residenciales mantienen crecimientos elevados aunque más contenidos que en el pasado reciente.
Respecto al sector servicios de la Región de Murcia, mantiene su crecimiento en tasas de dos dígitos en el tercer trimestre, y aunque este queda rezagado respecto a su correlativo nacional, se aprecia un intenso dinamismo en las ramas de turismo, transporte y ciertas especialidades de comercio minorista (como Alimentación, productos farmacéuticos o vehículos).
UN BALANCE MUY NEGATIVO DEL MERCADO LABORAL
En lo que atañe al mercado laboral, registró un balance muy negativo en el tercer trimestre de 2022, pues la Región de Murcia contaba con 109.000 parados, 17.600 más que en el trimestre anterior, lo que supuso un aumento (+19,3%) más intenso que el nacional (+2,1%).
A su vez, hubo una disminución de 18.300 trabajadores ocupados (-2,8%) porcentaje más desfavorable que el nacional (+0,4%). En ambos registros -tanto paro como ocupación- la Región de Murcia obtuvo los peores resultados relativos en comparación con el resto de Comunidades Autónomas.
En consecuencia, no extraña que la tasa de paro se incrementara hasta el 14,5% (2,3 puntos más que el trimestre previo), cifra superior a la española (12,7%).
Finalmente, la inflación modera su ritmo de crecimiento, aunque se mantiene en niveles inquietantes y no deseados. A su vez, exportaciones e importaciones también vieron aumentar sus montantes influenciados directamente por los precios energéticos arrojando un saldo en la balanza comercial negativo.
PRECIOS Y COSTES LABORALES
La inflación de la Región de Murcia continúa elevada en este tercer trimestre. En particular, el Índice de Precios de Consumo (IPC) alcanzó una tasa de variación interanual en septiembre del 9,5%, frente al 10,9% de junio, alcanzando su máxima variación a lo largo del año en el mes de julio (11,4%), y siempre mostrándose ligeramente superior a la media nacional (8,9% septiembre; 10,2% junio).
En este sentido, las presiones inflacionistas siguieron siendo prácticamente generalizadas, pues seis de los doce grupos que componen la cesta de la compra registraron variaciones anuales superiores al 4%, y cuatro de ellos sobrepasaron el 10%.
Entre los componentes alcistas destaca, en primer lugar, Alimentos y bebidas no alcohólicas, que alcanzó un encarecimiento medio del 16,1%, en lo que supone su tasa más elevada de la serie estadística homogénea iniciada en 1994, con repuntes especialmente marcados en huevos (+34,8%), carne de ave (+30,9%) y leche (+26,6%).
En segundo lugar, gastos asociados a Vivienda, cuya tasa anual fue elevada (+12,0%) pero más contenida que el mes anterior (+22,7%), debido a los precios de electricidad, gas y otros combustibles domésticos, que se encarecieron a un ritmo algo más lento que en el pasado más reciente (+25,0% en septiembre).
Y en tercer lugar, destacó Transporte, con una variación anual del 10,6% , donde jugaron un papel relevante los carburantes y combustibles (+19,3%). En el extremo opuesto, muestran una senda moderada los gastos de comunicaciones (-2,5%), enseñanza (+0,6%) y medicina (+2,2%).
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