MURCIA, 30 (EUROPA PRESS)
La Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) ha recibido la notificación del Defensor del Pueblo en la que comunica que ha acordado iniciar una investigación sobre las actuaciones de la Consejería de Cultura de la CARM “por su anormal funcionamiento en la protección de bienes culturales”.
Concretamente, la investigación estudia la falta de incoación del expediente de protección como Bien Catalogado por su Relevancia Cultural del conocido como Cristo de Zalamea, Cristo de la Escalera o Cristo del Hospital.
Esta antiquísima escultura, actualmente conservada en el Hospital Reina Sofía de Murcia, procede del antiguo Hospital de San Juan de Dios de la ciudad de Murcia, institución sanitaria que, a lo largo de los siglos y dependiendo de distintas instituciones públicas, supuso el centro de atención sanitaria situado en el centro histórico de la ciudad, en distintas dependencias y ubicaciones en el frente urbano junto al río Segura.
“Huermur solicitó hace más de un año la protección cultural para este bien patrimonial, pero la administración autonómica, en vez de contestar en el plazo de tres meses que le marca la legislación vigente, ha cuadruplicado el tiempo máximo sin incoar el debido expediente de protección, con la consiguiente inseguridad jurídica así como dejando a esta escultura en un limbo en cuanto a su protección expresa y efectiva”, explican.
La entidad ha reclamado en repetidas ocasiones a la Consejería de Cultura y a la Dirección General de Patrimonio Cultural que envíen al Boletín Oficial de la Región de Murcia el reconocimiento de la incoación, que es la única opción posible actualmente al haberse transcurrido el mencionado plazo de tres meses que tenía Cultura para estudiar la solicitud, tras el cual queda incoado por silencio administrativo positivo.
Ante la falta de respuesta tanto de la Consejería como de la Dirección General, así como a las reiteradas quejas y escritos, Huermur se vio en la necesidad de elevar la correspondiente queja al Defensor del Pueblo que, como comisionado de las Cortes Generales, vigila el funcionamiento de las distintas administraciones y departamentos públicos, también en la Región de Murcia.
Como respuesta a la queja de Huermur, el Defensor del Pueblo ha abierto una investigación por el “anormal funcionamiento” de la Consejería de Cultura en esta cuestión, requiriendo información a esta institución sobre la tramitación del expediente y la protección efectiva del Cristo de Zalamea.
“EJEMPLO DE LA DESIDIA IMPERANTE EN LA CASA DÍAZ CASSOU”
Para Huermur, esta investigación del Defensor del Pueblo es “un ejemplo más de la desidia administrativa imperante en la Casa Díaz Cassou, sede de los departamentos encargados de proteger y vigilar el patrimonio cultural de todos los murcianos”.
La entidad señala que “no es de recibo que, una y otra vez, tengan que ser los ciudadanos los que acudan al Defensor del Pueblo o a la Justicia para que el patrimonio cultural se proteja debidamente, mientras la Consejería de Cultura amontona determinados expedientes en sus cajones, durante meses e incluso años”.
La entidad no descarta tomar todas las vías posibles para que tanto este expediente, como otros referentes a obras artísticas que se acumulan en la Dirección General de Patrimonio Cultural sin que se reconozca su incoación efectiva, sean reconocidos y enviados al BORM para iniciar su tramitación.
UN CRUCIFICADO DEL SIGLO XVI LIGADO AL CUIDADO DE LOS ENFERMOS
El Cristo de Zalamea es una escultura singular custodiada a lo largo de los siglos en los distintos edificios que han venido sucediendo al secular Hospital de San Juan de Dios de la ciudad de Murcia. Ubicado en una escalera del antiguo centro asistencial del centro histórico, ha conservado también esta denominación referente a su ubicación.
El crucificado fue restaurado por el Centro de Restauración de Bienes Culturales de la Región de Murcia entre octubre de 2005 y noviembre de 2006, recuperando los colores de la misma y su imagen, oculta tras repintes y suciedad, consolidando su estructura y datándolo en el siglo XVI, cronología que también señalan otros investigadores y artículos, que concretan en mediados del XVI su realización.
Los distintos estudios realizados, así como la memoria de la restauración en el centro dependiente de la CARM, señalan que puede ser atribuible al círculo de Jerónimo Quijano, por sus similitudes con otras obras de este autor y por los materiales y policromías utilizados.
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