MURCIA, 7 (EUROPA PRESS)
Las siete escuelas infantiles que dependen del Ayuntamiento de Murcia comienzan el curso escolar con más de 530 plazas repartidas en 44 aulas y un total de 86 profesionales, según han informado fuentes municipales en un comunicado.
Estas escuelas son La Paz (Murcia); San Roque (El Palmar), Nuestra Señora de la Fuensanta (Santiago el Mayor); Beniaján; Nuestra Señora de los Ángeles (Sangonera la Verde); El Lugarico (El Palmar) y La Ermita (La Alberca).
La mayor parte de los profesionales son técnicos en educación y maestros de educación infantil.
El consistorio asume casi el 90% del gasto que supone el cuidado de los más pequeños y las familias aportan el 10% restante haciendo más accesible este servicio a las familias más vulnerables.
Junto a la concejala de Educación y Atención a la Ciudadanía. Belén López, han asistido al inicio del curso las ediles de Mujer, Políticas de Conciliación y Mayores, Ascensión Carreño, y de Bienestar Social, Familia y Salud, Pilar Torres, por tratarse de “una acción conjunta y trasversal”.
“El cuidado de la familia y la conciliación son una prioridad del equipo de Ballesta”, ha dicho Bernabé.
Los precios van desde los 26,60 euros hasta los 133,27, dependiendo de las rentas y de los servicios que requiera cada familia (madrugadores y comedor).
Las escuelas infantiles municipales permanecen abiertas 11 meses al año para posibilitar la conciliación entre la vida familiar y laboral.
Asimismo, las ratios de las aulas estarán repartidas de tal manera que habrá como máximo 10 niños y niñas en aulas de un año; 16 niños en las de dos años y seis en las conocidas como aulas nido. Todas las aulas reservan una plaza para menores con necesidades educativas especiales. En todo momento se favorecerá la comunicación con las familias por diversas vías como tutorías, reuniones, charlas y actividades.
En las encuestas realizadas a las familias, el nivel de satisfacción del servicio que ofrecen las escuelas infantiles se sitúa en un 9.2 sobre 10.
METODOLOGÍA DE TRABAJO
Los tres primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo de un niño, por eso los profesionales de los centros trabajan para desarrollar todo su potencial y que lleven un ritmo adecuado en su maduración.
El método está basado en hábitos, rutinas y actividades con el juego como motor principal de aprendizaje, de manera que se potencian sus habilidades y se favorece su integración social en espacios donde los menores se sienten seguros, además de poder reconocer de manera precoz cualquier problema es su desarrollo.
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