LOGROÑO, 13 (EUROPA PRESS)
La organización agraria ARAG-ASAJA ha subrayado este martes que una de las principales conclusiones de la encuesta realizada a los agricultores para conocer la ‘foto’ del agro riojano en materia de digitalización, en el marco del proyecto RADS, ha sido que “la digitalización y las nuevas tecnologías son fundamentales para impulsar un regadío moderno frente a la escasez de agua”.
Actualmente, y según datos del Ministerio de Agricultura, los cultivos de regadíos aportan las dos terceras partes de la producción agrícola en España. Un dato que, para la organización, cobra especial sentido en un contexto de sequía, con periodos cada vez más frecuentes y prolongados, y donde el regadío resulta imprescindible para asegurar una producción de alimentos suficiente.
El estudio también ha revelado otros datos, como que el 87,2% de los agricultores y ganaderos creen que en el futuro se aplicarán nuevas tecnologías y se llegará a la agricultura de precisión. Con todo, apuntan como principales obstáculos para su aplicación la falta de formación y el coste que implica actualizar la flota de tractores y maquinaria.
Consultados por la disponibilidad para superar estos obstáculos, sobre todo a través de la formación en estas nuevas técnicas y el cambio en su forma de trabajar, sólo una tercera parte, el 33%, de los agricultores estaría dispuesto o muy dispuesto, frente al 36,9% que estarían poco o nada dispuestos. Un 30% de los encuestados manifestó una disponibilidad ‘normal’.
Estas conclusiones se alcanzan completando los datos obtenidos de las encuestas cuantitativas realizadas a los más de 200 agricultores en diferentes municipios de La Rioja. Posteriormente se ha completado este resultado, cruzando estos datos para ahondar en los detalles de estos datos y a través de las entrevistas cualitativas que se han realizado posteriormente, y se ha realizado un completo informe.
DIFICULTADES Y CAMBIOS.
De los factores más comentados que potencian o frenan al agricultor a la hora de digitalizar la explotación y aplicar agricultura de precisión, destacan dos ellos: el económico y el intelectual.
Entre los primeros, afectan a las tecnologías que más inversión requieren, como el GPS, maquinaria (abonadora, atomizador, pulverizador…) con ordenador, riego automatizado, tractor o maquinaria agrícola con ISOBUS, dosificación variable, sensores de humedad o estación meteorológica y tractor autoguiado.
Respecto a los factores de conocimiento y falta de formación, se citan el Cuaderno de campo digital, mapeado o mapeo de áreas agrícolas, planificación de recursos empresariales, programación predictiva – análisis de escenarios futuros con IB y analítica de datos para la toma de decisiones con IA.
Además, se ha ahondado las dificultades contando con otras características de los agricultores, como la edad, la formación, el tipo de cultivo o el tamaño de explotación. Así, se desprende que la disponibilidad actual de tecnología digital, relacionada con los conocimientos y la formación es más negativa a mayor edad de los agricultores.
Relacionado con la formación de los agricultores, se ha hallado que esta asociación es altamente positiva y concluye que, normalmente, más formación presente en los agricultores, mayor es su disponibilidad de ambas tecnologías. Sobre el tamaño de la explotación, en general, la principal lectura de esta relación es que quienes más superficie cultivan, más digitalizada tienen su explotación.
Respecto al tipo de cultivo, los que aplican un mayor grado de digitalización son, por este orden, cultivos herbáceos, sobre todo en remolacha y patata, seguido de las oleaginosas y proteaginosas y las leguminosas; y en el extremo opuesto, como las explotaciones menos digitalizadas, el viñedo.
Finalmente, se ha profundizado también tanto en la realidad de la situación, qué agricultores disponen de qué tecnología; como en la voluntad del cambio hacia la digitalización, es decir, hasta qué punto se cambiarían los hábitos de trabajo.
Y la respuesta a ambas cuestiones es similar, es decir, a mayor edad, se disponen de menos medios tecnológicos y se posee una menor creencia en el futuro de la digitalización del campo; por el contrario, a más formación, mayor tenencia de estos medios y mayor creencia en el futuro de la digitalización del campo.
En cuanto al tamaño de las explotaciones, quienes explotan las mayores superficies (entre 100 y 200 Ha.) y las menores (hasta 10 Ha.) son quienes destacan por su percepción más favorable y más desfavorable, respectivamente.
FORTALEZAS Y DEBILIDADES.
Se han extraído, por último, las fortalezas y debilidades del sector. Entre las primeras, se encuentran la concienciación sobre la importancia de la digitalización en el futuro; enorme potencial de la digitalización en las explotaciones; uso medio-alto en las herramientas de digitalización básica; la digitalización y la agricultura de precisión es rentable en las explotaciones y lo reconocen quienes lo hacen; infraestructuras adaptadas en algunos municipios que pueden servir de ejemplo-pruebas piloto para otros; una vez que se inician en la digitalización tienen menos barreras para continuar, y utilizan los conocimientos y maquinaria habitualmente; y concentración de proveedores para ofrecer y asesorar al agricultor sobre digitalización: maquinaria, plataformas, asistencia remota, estaciones climatológicas, mapeos, sensores…
En cuanto a las debilidades, hay una gran grieta entre las explotaciones; tamaño, edad y cultivos son factores críticos. Y en La Rioja hay un importante número de explotaciones de tamaño pequeño y de agricultores mayores; hay mucha información, mucha investigación que no llega al agricultor; pocos agricultores con un nivel medio de digitalización, y menos aún con nivel alto; fuerte reticencia al cambio; fuerte coste de inversión para actualizar la maquinaria; cultivos importantes, como la vid, con muy escasa implantación de la agricultura de precisión; falta de cobertura en toda la explotación, necesaria para el GPS, los mapeos, asistencia remota y cobertura RTK aún menos; poco uso de programas de gestión empresarial, y avanzados; problemas para hacer mapas de rendimientos en ciertos cultivos; y cada software y fabricante tiene su sistema, no son compatibles ni interaccionan entre ellos.
Por último, sobre las oportunidades, se ve que la digitalización de las explotaciones va a llegar, es inevitable; las ayudas para renovar el parque de tractores y maquinaria son un excelente incentivo; a medio plazo, la Unión Europea obligará a las explotaciones a digitalizarse y realizar agricultura de precisión; desarrollo de CUMAS para modernizar la maquinaria y evitar la sobredimensión en maquinaria de las explotaciones; herramientas digitales básicas y medias de coste nulo o muy asequibles; la elaboración del cuaderno digital puede servir como primer paso para potenciar la digitalización de algunas explotaciones; estandarizar y compatibilizar los distintos sistemas y plataformas; la digitalización optimiza los recursos, y con el cambio climático es necesaria una excelente gestión de los mismo ya que son limitados.
Y sobre las amenazas, hay bajo margen de beneficios, ralentiza la incorporación a la digitalización; que la maquinaria con capacidad de ser utilizados en agricultura de precisión no se utilice como tal; y falta de asesoramiento y acompañamiento al agricultor; es necesario un diagnóstico personalizado y formación y apoyo durante toda la campaña.
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