LOGROÑO, 26 (EUROPA PRESS)
Las actuaciones de colaboración entre la Jefatura Provincial de Tráfico en Logroño y la Guardia Civil en La Rioja, han vuelto a impedir que una persona obtenga de manera fraudulenta la autorización para conducir vehículos a motor, careciendo de los conocimientos básicos y necesarios en materia de tráfico y seguridad vial, lo que hubiera supuesto un grave problema de inseguridad para el resto de los usuarios que circulan por nuestras carreteras.
La nueva Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial establece como infracción muy grave: “utilizar dispositivos de intercomunicación no autorizados reglamentariamente, en las pruebas para la obtención y recuperación de permisos o licencias de conducción u otras autorizaciones administrativas para conducir, o colaborar o asistir con la utilización de dichos dispositivos”.
Por ello, contra el implicado en los hechos un varón de 54 años, natural de Marruecos y residente en Lodosa (Navarra), que habría pagado entre 1.000 y 1.500 euros a la persona que le suministró los aparatos electrónicos para facilitarle las respuestas el día del examen, se ha tramitado la correspondiente acta/denuncia que conlleva una pena de multa de 500 euros. Además, no podrá presentarse a las pruebas para la obtención o recuperación del permiso o licencia de conducción u otra autorización administrativa para conducir en el plazo de seis meses.
CONTROL DE OPOSITORES AL EXAMEN DE CONDUCIR
La actuación se llevó a cabo durante las inspecciones rutinarias que realizan Agentes del Grupo de Investigación y Análisis (GIAT) de la Guardia Civil en La Rioja y examinadores de la Jefatura Provincial, a todos los opositores que se presentan a las pruebas para la obtención de los diferentes permisos de conducción, para evitar las suplantaciones de identidad y cualquier tipo de irregularidad e ilegalidad mediante el uso de equipos electrónicos, como pinganillos, móviles y relojes con memoria, durante el desarrollo de los exámenes.
El comportamiento del implicado durante la prueba hizo sospechar a agentes y examinadores de posibles anomalías, por lo que para no interferir ni alterar el proceso de los exámenes esperaron a que finalizara para llevar a cabo su identificación en una sala anexa al aula.
Durante este proceso se pudo constatar como esta persona ocultaba entre su ropa un teléfono móvil, cuya cámara había sido insertada en un agujero realizado en la parte frontal de la cazadora para trasmitir de manera online el examen. En el bolsillo de su camisa se localizó un dispositivo receptor de Bluetooth y en el interior de uno de sus oídos un pequeño audífono.
El equipo que portaba estaba preparado para que durante la realización de la prueba no tuviera que hablar, sino únicamente enfocar con la cámara a la pantalla del ordenador y escuchar las respuestas del examen que le comunicaban desde el exterior por el audífono.
Una vez descubierto se procedió al levantamiento de la correspondiente acta de intervención del material electrónico que portaba, al tiempo que la Jefatura Provincial de Tráfico en La Rioja declaraba a esta persona no apta en el examen para la obtención del permiso de conducir.
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