LOGROÑO, 21 (EUROPA PRESS)
Lourdes Aso Torralba, de Jaca (Huesca), es la ganadora del III Certamen de Microrrelatos Feministas de la Universidad de La Rioja con su obra ‘Nóminas’, dotado con 400 euros.
Por su parte, Carmen Tejada Navarro, de Logroño, ha logrado el segundo premio por ‘Alimento’, dotado con 300 euros; y el premio local ha sido para Eduardo José Viladés Fernández de Cuevas, por ‘En el hades’, dotado con 200 euros.
El acto de entrega de premios tendrá lugar a lo largo del próximo mes de octubre en la Universidad de La Rioja donde también se presentará el libro recopilatorio con obras de los 150 participantes al concurso, procedentes de 10 países.
El certamen tiene como objetivo impulsar la producción literaria de la comunidad universitaria y de la población en general, además de reivindicar la visibilización y los derechos de las mujeres y trabajar en pro de la igualdad y de un mundo más justo.
El jurado ha estado compuesto por profesorado perteneciente al Grupo de Investigación ‘Igualdad y Género’ de la Universidad de La Rioja de diferentes ámbitos académicos.
Marta López Bastida logró el primer premio de la primera edición del Certamen con su obra ‘Casa de muñecas’; mientras que Juan de Molina, con ‘Dueños del secreto’, y ‘Respuestas’, presentado bajo el seudónimo Nessuno, lograron el segundo y tercer premios, respectivamente. El I Concurso de Microrrelatos Feministas de la Universidad de La Rioja contó con la participación de 80 trabajos.
En el II Concurso de Microrrelatos Feministas de la Universidad de La Rioja, Fátima Chocarro, de Madrid, fue la ganadora con su obra ‘Inocencia’; mientras que María Astilleros Tena, de Pamplona, logró el segundo premio por ‘Como un fantasma’; siendo la mención local para Lucía Ramada, por ‘Escondite’.
‘NÓMINAS’, DE LOURDES ASO TORRALBA
“Aunque en mis ratos libres me mueve la misma curiosidad que a Maryam Miczkhani y tal vez nunca gane una Olimpiada Matemática, los números se me dan bien.
Es con ellos con los que me peleo cada día en un modesto empleo de administrativa.
Al primer vistazo veo los descuadres, pero las compañeras me advierten que si sigo voy a marchar con las manos vacías.
He tenido cuidado en no equivocarme con las nóminas.
Había un error que se venía arrastrando varios asientos.
A cada mujer le faltaba unos doscientos euros de complementos y plus de productividad.
Cuando le he enseñado el error al jefe, le ha caído como un jarro de agua fría.
Y aunque ganas no le faltaban de echarme con cajas destempladas, ha firmado el presupuesto de gasto.
Sin límites.
Este mes somos todos iguales”.
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