El juez deberá confirmar la pena de entre 10 años y medio y 11 años y medio de cárcel para los autores del asesinato y robo por violencia
LOGROÑO, 24 (EUROPA PRESS)
El jurado popular del Crimen del Parque del Ebro ha declarado hoy, por unanimidad, culpables de haber causado la muerte, intencionadamente, a Isam Haddour y haberse apoderado de sus bienes con violencia a los cuatro acusados de los hechos ocurridos el 6 de abril del 2021, y que ellos mismos reconocieron tras pedir perdón.
Después de las tres sesiones de vista oral, y tras la correspondiente deliberación una vez que el juez que instruye la causa, Ricardo Moreno, les entregó el objeto de veredicto, el jurado ha encontrado probado, porunanimidad, que, tras ver a Isam en el parque del Ebro, le pegaron y, cuando quedó inconsciente, aprovecharon para quitarle sus pertenencias.
El juez deberá confirmar, ahora, el acuerdo alcanzado entre las defensas, el fiscal y la acusación particular de once años y medio de cárcel para tres de ellos y diez años y medio para un cuarto (al haber abonado la responsabilidad civil). El Fiscal, tras el juicio, rebajó su petición de treinta a un máximo de dieciséis años y medio. Es criterio del jurado no proceder a la suspensión de la pena y que tampoco se proponga el indulto.
En su dictamen, hay dos puntos en los que han tomado la decisión por mayoría, no por unanimidad, los concernientes a que dos de ellos,C.S y M.G estaban afectados por el consumo de alcohol y drogas. En el primer caso lo ha determinado por doce votos y en el segundo por ochoal creer que, aunque no se hicieron pruebas esa noche, es algo coherente a su actitud e historial.
De este modo, el jurado ha considerado probado, por unanimidad, que la noche del 6 de abril del 2021 los acusados, tras ver a Isam en el Parque del Ebro, le propinaron una paliza que incluía “fuertes golpes y patadas en la cabeza, tronco y extremidades”.
Para ello han tenido en cuenta tanto el hecho de que los cuatro acusados han reconocido, durante el juicio, el relato de los hechos del Ministerio Público como la declaración inicial del acusado S.I ante la Policía Nacional, así como su declaración posterior durante la instrucción del caso. También, los audios telefónicos de la menor que les acompañaba.
Las consecuencias de los golpes, añade el dictamen, son constatados por todos los informes médicos y forenses. La autoría de estos golpes es además corroborada por los análisis que confirman la presencia de restos de sangre de la víctima en diversas prendas de los acusados.
Adicionalmente, las grabaciones de vídeo tomadas por las cámaras de seguridad La Biblioteca Pública de Rioja sitúan a los acusados en el entorno del lugar de los hechos, pocos minutos después, y, en ellas, se aprecia perfectamente a los cuatro acusados que, acompañados de las menores, portan la bicicleta y la cazadoras sustraídas a Isam.
Minutos más tardes, un agente que los detiene por saltarse el toque de queda en pandemia hace referencia expresa a la bicicleta que llevan los acusados.
Y es que, tras los múltiples golpes recibidos, Isam quedó tendido en el suelo inconsciente y los acusados aprovecharon para arrebatarle sus pertenencias.
Uno de ellos, A.F portaba su cazadora cuando fue detenido esa misma noche, horas después, en una obra, como queda certificado por las imágenes tomadas en la entrada al calabozo. Incluso, el acusado C.S le escribió un mensaje al acusado A.F pidiéndole la cazadora, porque alguien podría estar interesada en ella.
“Es importante reseñar que tanto la cazadora como la bicicleta han sido perfectamente identificadas durante la investigación mediante la comparación de las imágenes con las fotografías aportadas por la familia de la víctima. De hecho, la fotografía de la víctima con la cazadora había sido tomada ese mismo día”, constata el jurado.
Los acusados abandonaron a Isam inconsciente, asumiendo que no sería localizado por ninguna persona ni recibiría ayuda en toda la noche dado que en aquellas fechas había movilidad restringida por el toque de queda impuesto en la pandemia.
Lo dejaron “inconsciente en el suelo con las evidentes lesiones sufridas y sin abrigo a la intemperie en una fría noche”, algo reconocido por los acusados y corroborado por los audios de la menor así como la frase dicha por uno de ellos cuando la Policía Nacional los interceptó por saltarse el toque de queda: “Aquí están los parceros mientras los zombis están ahí tirados”.
La víctima se encontraba en coma en el momento en el que fue localizada y padecía una severa hipotermia que provocó una serie de fibrilaciones ventriculares que hubieran causado la muerte inmediata de la víctima de no haber sido por las actuaciones médicas.
El jurado señala que ninguno de los acusados prestó ayuda a Isam, ni avisó a la policía, ni a servicios de emergencia. Finalmente, un transeunte lo encontró sobre las 7:30 horas del día siguiente, avisando a la policía y siendo atendido por unidades de soporte vital básico y de soporte vital avanzado.
“Es importante reseñar”, para el jurado, “que tanto la neuróloga del Hospital San Pedro como las médicas forenses autoras del informe de autopsia de la víctima revisaron durante la vista oral que una rápida intervención médica hubiera aumentado las posibilidades de tratamiento del traumatismo craneoencefálico que, a la postre, produjo la muerte”.
Como consecuencia de los golpes recibidos, Isam Haddour sufrió una contusión con hundimiento en la región frontotemporal que produjo un hematoma agudo en el encéfalo a causa de un movimiento de traslación del cerebro dentro de la caja craneal.
Esta lesión, con el tiempo, produjo un edema cerebral masivo y hernias internas, con muerte encefálica a las 19:20 horas del 7 de abril de 2021 y, finalmente, su fallecimiento.
Los informes de Rioja Salud hacen referencia a heridas causadas por traumatismo o por arrastre del cuerpo de la víctima. La sangre de Isam manchó diversos efectos que portaban los acusados cuando le daban patadas en la cabeza o cuando se aproximaron a su cuerpo para quitarle sus pertenencias.
Isan Haddour, que tenía al morir la edad de 34 años, estaba soltero y deja padre, madre, hermano y hermana.
Todos los acusados eran consumidores habituales de alcohol y drogas y, esa noche, estaban afectados por el consumo; algo que no se puede corroborar porque no se les hicieron analíticas pero que era evidente por su comportamiento. En dos casos el jurado lo ha dictaminado por unanimidad y en otros dos por mayoría.
- Te recomendamos -