LOGROÑO, 25 (EUROPA PRESS)
Unir los barrios gastronómicos de diversas ciudades españolas. Es el objetivo final de un proyecto del que, este miércoles, se ha puesto una nueva piedra en Logroño, con el hermanamiento que se ha llevado a cabo entre la calle Laurel de la capital riojana y El Tubo de Zaragoza. Un acto con el que se ‘devuelve’ la visita que desde la calle logroñesa se hizo ya en junio pasado a la capital aragonesa.
En un acto entrañable que ha contado con la presencia del alcade de Zaragoza, Jorge Azcón, y de la teniente de alcalde de Logroño Esmeralda Campos (el alcalde de la ciudad, Pablo Hermoso de Mendoza, ha tenido que excusar su presencia por enfermedad), se ha ratificado una unión basada “en la tradición, la calidad y los productos de Kilómetro 0”.
En palabras del gerente de la Asociación de Hosteleros de la Zona del Laurel, Ricardo Madorrán, “estamos de enhorabuena, somos tierras gastronómicas, nos basamos en el producto de cercanía, en el Kilómetro 0 que es lo que da buena parte de la calidad a nuestras tapas”.
Ha alabado la pujanza del enoturismo en ambas zonas, con cifras de visitas que, en el caso de Laurel, suponen 300 metros lineales de hostelería en cuatro calles, con unos 80 establecimientos, más de 2.000 opciones gastronómicas y “más de un millón de visitantes al año, muchos de ellos, de Zaragoza, que, siempre han sido muy bien recibidos y, desde hoy, pueden considerase en su hogar”.
Para el representante de los hostelero de El Tubo, Ángel Díez, “somos dos barrios emblemáticos, en los que hace años no se hablaba de sostenibilidad ni de Kilómetro 0, y que ahora, trabajamos juntos en ello, desde nuestro concepto casi como pequeños pueblos”, un concepto al que anhelan añadir “muchas más zonas”, que ha cifrado en torno a una docena de otros barrios gastronómicos por toda España.
Por su parte, Esmeralda Campos ha recalcado “la calidad, la tradición y el Kilómetro 0” en el que se basa la forma de trabajar la hostelería en ambas zonas, “con una gastronomía que es nuestra mejor embajadora, y con la que, hoy, damos un paso más para acercar a Logroño y a Zaragoza, siempre abiertos a seguir estrechando lazos”.
Y, a juicio del alcalde de Zaragoza, “estamos aquí por muchas razones, la fundamental es que a los de Zaragoza nos caen muy bien los de Logroño y suponemos que al contrario también, somos ciudades hermanadas por muchas cosas, nos une el río y, desde hoy también, nos une este hermanamiento gastronómico”.
“Una buena relación de vecindad, sin duda”, ha sentenciado el primer edil de la capital aragonesa, quien ha añadido que “el objetivo concreto que nos trae es potenciar la unión de los barrios gastronómicos de calidad, una muy buena idea” en la que ya se está trabajando, ha avanzado, “con Madrid, Oviedo, Las Palmas de Gran Canaria o, en la provincia de Burgos, con Aranda de Duero” y con “la idea además de pedir Fondos Next Generation”.
Tomando como base “la necesaria colaboración público-privada, con las asociaciones de hostelería que tanto están haciendo”, ha subrayado que, por parte del Consistorio zaragozano, “se mantendrá toda la colaboración posible y se destinarán más recursos” a esta iniciativa.
Acto seguido, el acto de hermanamiento, que se ha celebrado en la Travesía de Laurel 13, se ha cerrado con la bendición, por parte José Antonio Calvo Gracia, canónigo de la Basílica del Pilar, de una escultura de la Virgen del Pilar.
Posteriormente, los asistentes han disfrutado de un recorrido por los bares de La Laurel para disfrutar del maridaje perfecto entre la tradición gastronómica y el vino de La Rioja.
Ya el pasado mes de junio se celebró en Zaragoza un acto análogo con el que arrancaba este proyecto de hermanamiento gastronómico, que recoge una forma común de entender la gastronomía basada en la calidad, la tradición y los productos de cercanía de cada región, y que pretende en un futuro cercano desarrollar nuevas acciones de promoción conjuntas.
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