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La defensa argumenta que la Guardia Civil direccionó las pruebas hacia la culpabilidad del conductor acusado de homicidio doloso

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Cambia la concurrencia de culpas de la primera sesión del juicio por una posible “culpa exclusiva” del fallecido

LOGROÑO, 24 (EUROPA PRESS)

El abogado de la defensa de D.S, al que Ministerio Fiscal y acusación particular acusan de homicidio doloso tras el siniestro ocurrido el 27 de julio del 2018 en la Nacional-111, a la altura de Nalda, en el que falleció un joven de 31 años, ha señalado que la Guardia Civil “encaminó” las pruebas para acusarle.

En la recta final del juicio, el letrado ha defendido que los agentes hicieron el atestado con “una investigación inductiva, no deductiva” en base al hecho de que el acusado presentaba, en la analítica, un consumo de alcohol y benzodiacepinas, afirmando que el informe estuvo “teledirigido y manipulado por error”.

Para el letrado, los agentes “cogen la declaración de un testigo y obvian” algo en lo que él ha mostrado su “convencimiento”, como es que el conductor fallecido “pudo tener la culpa exclusiva”.

Sin embargo, “todo va encaminado” a su defendido y, de este modo, se centran en el relato de uno de los testigos, el que lo define como “un kamikaze drogado”.

Luego los agentes, en su declaración en el juicio, “van a defender su informe sea como sea”; pero, en su opinión, “hay cosas que llaman la atención” como el lugar del impacto (parte derecha del coche del acusado y parte izquierda el del fallecido) que, para este letrado, es consecuencia de que el vehículo del fallecido venía de adelantar un camión.

También ha afeado que no se tenga en cuenta la velocidad que podría llevar el coche del fallecido que, en su opinión, era mayor tras adelantar al camión y por eso desplazó al vehículo del acusado tras el impacto.

Ha calificado de “desfachatez” que sólo se considere “relevante” el testimonio del conducto que calificó de “kamikaze” al acusado.

De este modo, se ha preguntado si “no cabe posibilidad de que hiciera una maniobra temeraria” el fallecido “y chocara con” el acusado mientras éste estaba “adelantando”.

Ha sumado que el acusado “iba entre ochenta y cien por hora”, considerando que no es velocidad para alguien que va a suicidarse y añadiendo que llevaba el cinturón puesto. “Les pido criterio, la Guardia Civil no lo ha hecho bien”, ha clamado al jurado popular.

Para el abogado, todo esto hace pensar que “a lo mejor no hubo concurencia de culpa”, como alegó el primer día del juicio “sino culpa exclusiva” del fallecido y el acusado se lo encontró cuando intentaba adelantar.

Con respecto al testigo que hizo un relato del accidente, ha visto que “lo que ha contado es una película; su película” con “datos que sólo se soportan en la confabulación”.

Lo que cuenta, ha dicho, son “sensaciones” de un “justiciero de la carretera” que llega hasta a “señalar” al acusado en el juicio. “Este señor ha mentido y ha quedado probado”, ha dicho relatando que en su primera declaración, el 2 de agosto, “no vio” el coche del fallecido “hasta momentos antes de la colisión” y “nueve meses después dice que fue a cazarlo”, con lo que “cambia de forma sustancial”.

También ha pedido al jurado popular “valorar” que el hospital no hizo, para este abogado, la prueba de alcohol y sustancias por motivos terapéuticos, como afirmaron los sanitarios, sino para el informe de la Guardia Civil, a pesar de que no había consentimiento del juez, por lo que no debería tenerse en cuenta.

“Habrán mirado el periódico estos días”, ha dicho a los miembros del jurado con la “esperanza y creencia de que no se van a dejar influenciar por lo que se ha podido leer, que ofrece sesgos importantes, porque sólo se ha escrito lo que va en perjuicio del acusado”.

También, de que no van a “sacralizar a los agentes de la autoridad”. “No crean que sea dogma de fe lo dicho por la Guardia Civil”, ha dicho pidiendo tener en “cuenta que tiene sesgos, carencias y errores”.

CIRCULACIÓN DE LA VÍCTIMA

En este sentido, el abogado de la compañía aseguradora ha pedido al jurado que “sopesen todas las circunstancias del accidente de ambos conductores, cómo estaba conduciendo cada uno”.

El letrado se ha referido al hecho de que un testigo alegara que el fallecido “circulaba bastante pegado intentando adelantar todo el tiempo y realizando una conducción arriesgada”.

Este testigo, que no ha querido declarar en el juicio al afirmar que había pasado mucho tiempo y no recordaba lo que sucedió, dijo que el fallecido, en su circulación antes del siniestro, hizo un “doble adelantamiento muy apurado”, provocando que los que venían en dirección contraria se echaran hacia un lado.

Por último, el abogado del padre del acusado ha advertido de que, en caso de que tenga que hacerse responsable subsidiario por ser el propietario del coche que conducía su hijo, esto supondrá su “muerte civil”.

Ha defendido que “ha actuado con diligencia, como buen padre de familia” y esto “no significa que tenga que vender el coche, o poner un vigilante” porque “queda claro que existía un prohibición de utilización” del coche, alegando a un “error de transcripción o comunicación” que en el informe de la psicóloga apareciera que le reclamó que le devolviera el coche.

Por último, ha apuntado que en el análisis de la víctima aparece, además de THC, otra sustancia, que son moléculas cuando metabolizando, que se ha consumido cannabis con anterioridad.


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