
LOGROÑO, 22 (EUROPA PRESS)
El doctor en Psicología Juan Carlos Ruiz Salas ha manifestado: “Si no logramos conciliar el sueño en veinte, treinta minutos es mejor que nos levantemos de la cama, da igual la hora que sea”.
En una entrevista a Europa Press, Ruiz Salas, docente del Máster Universitario en Neuropsicología Clínica de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), ha explicado que ante el insomnio lo mejor es levantarse y realizar una actividad relajante.
Y es que los pensamientos rumiantes (aquellos que no podemos apagar) son especialistas en sabotear el descanso y, ante su presencia, este especialista ha sido tajante: “La cama es siempre para dormir, si no dormimos, nos tenemos que ir de la cama”.
La explicación sobre por qué nos asolan nuestras preocupaciones precisamente cuando nos disponemos a descansar es sencilla: se trata de un momento en el que no hacemos otra actividad.
Por tanto, “es un momento óptimo para que aparezca toda esa rumiación; esos pensamientos sobre todo lo que nos preocupa o lo que tenemos que hacer al día siguiente”.
Es algo “inevitable”, porque “nuestro cerebro no es un ente independiente” y, por el día, “cuando estamos haciendo cosas, atendiendo a otra información no somos conscientes de esa rumiación”.
Sin embargo, “cuando nos vamos a la cama no tenemos otra cosa que prestar atención” y hay una tendencia a que nos venga “todo lo negativo”, lo cual “aumenta nuestro nerviosismo”.
Por tanto, lo mejor es levantarse, meditar o hacer técnicas de respiración; ser consciente del aire, “no ya por el hecho de respirar” sino porque “prestar atención a nuestras señales físicas nos hace dejar de prestar atención a esa rumiación”.
ES MEJOR CALIDAD QUE CANTIDAD
Ruiz Salas ha distinguido entre cansancio físico y psicológico. Por eso, ha explicado, cuando la calidad del sueño no es buena lo primero que se hace es descartar problemas médicos.
Entre éstos ha señalado alteraciones hormonales, déficit de vitaminas o hierro, síndrome de la apnea del sueño y, también, como causa física alimentación y hábitos de vida.
Se ha detenido en la higiene del sueño para señalar que “es mejor calidad que cantidad” e insistir en que el uso de pantallas antes de dormir dificulta la producción de hormonas como la melatonina.
Los horarios de sueño irregulares también dificultan el descanso profundo, del mismo modo que dormir en sitios en los que el entorno es inadecuado por ruidos, luz, calor o frío.
Son “factores que van a interrumpir el sueño y generar despertares”, del mismo modo que cenar mucho, consumir alcohol o el sedentarismo.
CON DORMIR NO ES SUFICIENTE
Mención aparte para este experto requiere el “estado de estrés crónico, que hace que el sistema nervioso permanezca en modo de alerta”.
Eso, ha incidido, “dificulta la relajación” y el cortisol “puede interferir en el sueño y generar una situación de cansancio continuo”.
Y es que hay un mito en la sociedad, que cuanto más durmamos más descansados estaremos, pero esto no siempre es así. Estar “sobrecargado mentalmente” es “un aspecto que cada vez se ve más al vivir en una era digital”.
La falta de una “desconexión real también produce un agotamiento mental”; algo que se produce, por ejemplo, con “la continua visita de redes sociales”. Se produce un cansancio que “influye en el malestar general de la persona”.
- Te recomendamos -