LOGROÑO, 26 (EUROPA PRESS)
El fiscal, Santiago Herraiz, ha mantenido hoy que el acusado de asesinar a J.O, O.P, en el ‘Caso Entrena’ preparó una “emboscada”. Se ha apoyado en la “prueba directa” del relato de los testigos y la presencia de sangre en el mismo lugar en el que se oyeron gritos y disparos.
Herraiz ha sido el primero, en el día de hoy, en expresar su informe final, frente al jurado popular, en la última sesión del juicio por el que O.P se enfrenta a una pena de hasta 28 años de cárcel acusado de asesinar a J.O el 29 de julio del 2021.
En su informe final, ha comenzando destrozando la versión dada por el acusado: que J.O ha desaparecido por su propia voluntad. “Nadie desaparece voluntariamente así como así”, ha dicho.
“Todos tenemos un rastro personal de por qué alguien puede querer desaparecer, pero no hay rastro bancario, digital…”, ha relatado sumando que “no se lleva ni el teléfono”.
Aquella noche del 29 de julio del 2021, el acusado contó a la novia de J.O que lo vio y le dijo que se le había estropeado el coche, “pero luego se ha sabido que no era verdad”.
Herraiz ha señalado al jurado que “este juicio se basa en que hubo un móvil”, el robo de las monedas al acusado por parte de la víctima, y que se ha podido “reproducir el escenario”.
“Cuando no hay prueba directa lo que hago es recopilar datos que, sumados, llevan a la misma conclusión”, ha contado al tiempo que ha indicado que “los indicios tienen que ser varios, incriminatorios y potentes, de modo que la conclusión fluya de manera lógica”.
Para el fiscal, en este caso los indicios son “potentes y objetivos” y lo que revelan “es que hubo una emboscada para matar a una persona con disparos ” y meterla en una furgoneta.
La Guardia Civil encontró “unas gotas puntuales” en la furgoneta, lo que “exige que esa parte del maletero esté preparada con plásticos”.
Hay un móvil, y así se ha visto, ha contado, cómo “el señor de Puente la Reina recibe las monedas” del acusado, de manos de la víctima.
“Todos” los testigos “hablan de que” el acusado “está especialmente afectado, muy revuelto su interior porque le habían quitadolas monedas”, ha manifestado el fiscal.
El acusado “no sólo es el último que ve” a J.O, es la persona que lo ha convocado” esa noche, ha apuntado y ha pedido al jurado que reflexionen sobre un detalle. Que, cuando la novia insistió en preguntarle dónde estaba J.O, en ningún momento el acusado le llamó por teléfono.
Ha invitado al jurado a ponerse “en el lugar” del acusado. “Convocan a un amigo” y, cuando les dicen que ha desaparecido, pueden “contener la inercia de llamarle”. De hecho, ha visto “inexplicable” que no lo hiciera “de la misma manera que llama a otras personas”.
Lo que sí hace es empezar “una frenética actividad que no tiene otra explicación que demostrar que estaba a otras cosas”.
Para el fiscal es fundamental que el momento en el que la investigación sitúa el crimen, por una “inactividad” en los movimientos del acusado esa noche, “coincide con el momento en el que los testigos oyeron ladridos de perros atronadores, disparos y un golpe”.
Es algo que la Guardia Civil “verifica” con fotos en el lugar exacto, a la misma hora, en que los testigos dicen lo que vieron, por ejemplo, la furgoneta que el acusado dice que estaba estropeada salir y volver.
“A las 22:44 es la llamada de” la novia de la víctima, “y es cuando lo ve en calzoncillos, sudado, acelerado, con señal de haber hecho un esfuerzo; y esa manera de presentarse es por lo que ha tenido que hacer, que es dar muerte y esconder el cadáver, una deducción absolutamentelógica”, ha relatado.
“Todo lo que parece que ha ocurrido se corrobora por la aparición de la sangre” de la víctima “en el lugar en el que se oyen los gritos desgarradores de dolor”, ha sumado.
“Claro que hay poca sangre en proporción a lo que ocurrió allí, y eso lo justifica la preparación y la casualidad de que aparezca una gran mancha de aceite fresca y reciente”, ha argumentado señalando que estaba “cerca de las gotas de sangre y, lo cierto, es que impidió tomar muestras”.
En este sentido, el abogado de la familia ha apuntado que la mancha estaba junto a la furgoneta, no bajo ella.
“Lo mismo digo de los casquillos” ha dicho el fiscal explicando también cómo el calibre que se usó es compatible con que se quedaran dentro del cuerpo las balas.
El abogado de la familia ha insistido en los testigos; cómo uno manifestó que conocía el sonido de los disparos, por su origen, y cómo a otra los investigadores le vieron que había sido “intimidada”.
“El detonante fue el atrevimiento de la víctima. El acusado es una persona temida y la víctima tuvo el atrevimiento de entrar en su casa y cogerle unas monedas; y eso provocó que tomara venganza y le asesinara”, ha dicho recordando las palabras del investigador principal.
No ha olvidado que del 2 al 6 de agosto el acusado estuvo ilocalizable y, aunque dijo que había estado trabajando, la persona que supuestamente le había contratado lo negó.
Ha entendido que fue “el periodo en el cual buscó una segunda ubicación al cuerpo” en “una posición tan segura que ha sido imposible encontrarlo”. “Sólo él lo sabe” y, también, “si actuó solo”, ha dicho.
Ha visto una “crueldad mayor” al hecho de no decir dónde está el cuerpo.
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