LOGROÑO, 2 (EUROPA PRESS)
El médico especialista en Enfermedades Infecciosas, Vicente Soriano, ha afirmado que “por debajo de 60 años nadie ha demostrado que una cuarta dosis -de la vacuna contra el COVID-19- sea beneficioso”. No obstante, basándose en publicaciones médicas prestigiosas señala que los mayores de 60 que la reciben “tienen un riesgo tres veces menor de hospitalizarse y de morir”.
El también profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) en una entrevista a Europa Press ha señalado que hay un trabajo publicado en la revista médica muy conocida ‘New Journal of Medicine’, de abril, realizado por autores de Israel -país que empezaron antes las vacunas contra el COVID-19- que “demuestra en que en gente que hace más de cuatro meses recibió la dosis de recuerdo, la tercera, a partir de ahí los que tienen más de 60 años tienen un riesgo tres veces menor de hospitalizarse y de morir, respecto a los que no reciben la dosis cuarta de recuerdo”.
GRIPE Y COVID-19
Por otra parte, sobre la doble imnunización de la vacuna contra la gripe y contra el COVID-19 ha recordado que “está establecida para personas mayores de 60 años, y, a partir de ahí el grupo de población que está institucionalizado, pacientes con enfermedades pulmonares crónicas, así como otro tipo de enfermedades graves, ya que son más susceptibles de hacer formas graves de COVID y de gripe”. A ello ha unido “el personal sanitario por el mayor riesgo de exposición”.
En este punto, ha manifestado que no existen riesgos adheridos de la doble inmunización “en principio”. “Lo que se hace es poner dos inyecciones intramusculares, una en cada brazo, y no se mezclan los viales, y las reacciones son las propias de este tipo de inyección como son dolor de cabeza, dolor local y un pequeño grupo de pacientes, entre el 10 y 15 por ciento, que hacen lo que se denomina efectos sistémicos agudos, es decir, alguna tiritona y un poco de reacción inmunológica transitoria”, ha añadido Soriano.
Sobre los síntomas para diferenciar una enfermedad de otro, el especialista en enfermedades infecciosas ha señalado que “para la gripe, de manera global, está lo que se conoce como inmunidad entrenada, por lo que las nuevas variantes que van circulando en las diferentes estaciones de gripe lo que hacen es ir buscando su hueco para producir un poco más de daño, replicando un poco más; y con el COVID, al ser más reciente porque hasta hace dos años básicamente no existía, por lo que los cuadros son más inespecifícos”.
En este sentido, ha explicado que con el coronavirus “hay más dolor de cabeza, dolores musculares, rinitis, tos, y con la gripe suele ser más contenido todo”. No obstante, ha afirmado que “hay una gran superposición entre unos síntomas y otros”.
Además, ha afirmado que se dan “coinfecciones”, puesto que “hay pacientes en el hospital que cuando ingresan por cuadros respiratorios se les hace una PCR para gripe, que puede dar positiva, y por ello hay que aislarlos y se les da un antiviral; y después la sorpresa es que te llega otra PCR del COVID y también les da positivo, ante lo que hay que dar otro antiviral”.
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