LOGROÑO, 27 (EUROPA PRESS)
La directora académica del Máster en Didáctica de la Lengua en Educación Infantil y Primaria de UNIR, Concepción Jiménez, ha aconsejado para lograr el hábito lector en los menores que se busquen “obras que fomenten la atención del niño, que faciliten la anticipación a través de la imaginación, que permitan que el niño haga deducciones”. En este punto, también ha destacado que es “importante” que el adulto “le acompañe en su lectura”.
La docente de UNIR en una entrevista a Europa Press, coincidiendo con la celebración del Día del Libro, el 23 de abril, ha indicado que “sabemos que los dispositivos móviles ofrecen un ocio muy fácil, un entretenimiento que es casi adictivo, que no requiere esfuerzo y claro, este aspecto va en contra de lo que exige la lectura, que es más concentración, menos distracción y también un sosiego que por otro lado no proporcionan esos dispositivos móviles”.
Por ello “desde pequeños habría que dedicar un tiempo diario a la lectura, con y para el niño; es decir, lectura en voz alta cuando el niño no sabe leer, pero sobre todo que el libro esté siempre presente, como una rutina diaria”.
REGAR COMO UNA PLANTA
“Es comparable a lo que es una planta; la que sembramos, pero si queremos que crezca, que florezca, debemos regarla a diario, debemos cuidarla diariamente”, ha añadido Jiménez, para indicar que “esto habría que hacer también con el niño, que es algo muy distinto a lo que muchos padres hacen hoy con los dispositivos móviles o con el móvil, que se han convertido en el chupete del siglo XXI”
Para la docente “es muy triste ver cómo, por ejemplo, en alguna terraza de un bar encuentra a bebés entretenidos con una tablet o con un móvil mientras que sus padres disfrutan de la conversación con amigos o de tomar una copa”.
Para que el niño lea también es importante que “el adulto que esté a su lado también tenga pasión por la lectura, que el niño vea que el adulto disfruta con esa lectura compartida con él, porque de nada sirve darle el cuento por tu cuenta y si quieres leer bien y si no, pues también”. “El acompañamiento continuo, el compartir esa complicidad que se establece entre el adulto y el niño, esa dedicación de tiempo, todo eso repercute en crear un hábito duradero”, ha resaltado.
COMPARTIR
Jiménez ha resaltado, también, que vean que los padres leen, insistiendo además, en la idea que compartan lo que estén leyendo, “si están mirando un artículo de divulgación le comenten lo curioso del mismo, o si están con una receta de cocina la miren juntos e incluso le inviten a ayudarle a hacerla, así como ir leyendo carteles publicitarios por la calle”. Todo ello, para que “la lectura esté siempre presente, pero no solamente por mimesis, sino por compartir”.
Por otra parte, ha señalado que “el mejor momento para leer con ellos es por la noche, antes de dormir, porque es un instante en el que los padres tienen más tiempo, y es importante que el niño vea que sus padres dedican un tiempo a leerle una historia”. En este punto, ha manifestado que sea una lectura compartida que “la entonación de la lectura en voz alta por parte del padre o la madre sea apasionada, que se note que el padre o la madre tiene también afición a la lectura, no que estén bostezando como queriendo decirle que se duerma ya”.
En el caso de los centros escolares, Jiménez, para concluir, ha manifestado que “estoy a favor de la lectura voluntaria para crear ese hábito”, pero además “poner en marcha una biblioteca de aula; un rincón en la propia clase donde haya distintos tipos de obras y que el niño acuda a ese rincón de forma voluntaria o también implicándole, por ejemplo, haciendo actividades en esa biblioteca, nombrando bibliotecarios que son los que se dedican a prestar y apuntar los libros que se llevan y apuntar cuando lo devuelven”.
- Te recomendamos -