LOGROÑO, 24 (EUROPA PRESS)
Las obras para la consolidación y restauración de los restos del Puente Mantible se prolongarán cinco meses más de lo previsto, debido a dificultades técnicas encontradas durante el transcurso de los trabajos, por lo que la previsión apunta que se podrán dar por terminadas a finales de marzo o principios de abril del próximo año 2023.
El concejal de Patrimonio, Adrián Calonge, y el edil Rubén Antoñanzas han visitado este jueves las obras junto con el equipo técnico y arqueológico de la obra.
Los trabajos, que se estima que concluyan entre finales de marzo y principios de abril, se prolongarán cinco meses debido a las dificultades localizadas por el equipo técnico y arqueológico durante el transcurso de la obra en la pila 2 y en la reconstrucción del arco de este Bien de Interés Cultural.
A medida que avanzaban los trabajos, dirigidos por personal arqueólogo, se ha determinado que la pila 2 se había desplazado más que lo registrado en el estudio de referencia utilizado en la fase de redacción del proyecto.
Como ha detallado Calonge, “el equipo que realiza las obras, formado por técnicos de la empresa Técnicas para la Restauración y Construcciones, S.A., los ingenieros de Arenas & Asociados y los arqueólogos de Qark, solicitó al Ayuntamiento hace unas semanas la ampliación del calendario de trabajo”.
Una ampliación que se debe “a las dificultades encontradas y las nuevas actuaciones necesarias, no contempladas inicialmente, y que no supondrán ninguna variación en el coste final de la intervención”, ha señalado el concejal de Patrimonio.
En este sentido, durante los trabajos de limpieza de la pila 2 los técnicos descubrieron un pequeño derrumbe primitivo bajo la vegetación, que ha provocado que los sillares hayan tenido que ser retirados de forma ordenado y bajo los mismos criterios arqueológicos seguidos en el derrumbe principal.
Esta fase de identificación de los sillares caídos y fragmentados sufrió los avatares fluviales y atmosféricas. Las riadas invernales hicieron que se debiera realizar una revisión del etiquetado de las piedras.
Asimismo, el resto del proceso de distinciones y estudio de los fragmentos ha tenido que realizarse a pie de obra durante los meses de verano en los que se sucedieron varias olas de calor, lo que provocó que las jornadas laborales fuesen ajustadas para evitar las horas de mayor calor.
Además, durante estos trabajos el equipo técnico y arqueológico descubrió varios sillares con un importante deterioro por exfoliación y laminación, que ha conllevado que se haya tenido que replantear el proceso de conservación inicial para realizar un mejor adaptado a la estabilidad de la estructura. Ha sido necesario también realizar más reintegraciones volumétricas que las previstas inicialmente, así como un nuevo estudio previo.
Gracias a la continua vigilancia de la pila 2, gracias a los levantamientos fotogramétricos y la visión en persona de los restos, se ha confirmado que el desplazamiento de la pila ha sido mayor del esperado.
Por lo tanto, el nuevo arco debe salvar una luz mayor siendo necesario un mayor aporte de dovelas nuevas y reforzar este pilar con una estructura interior de barras de cosido de acero inoxidable para garantizar la estabilidad total de la estructura.
La necesidad de más piedra para la reconstrucción del arco supone, a su vez, realizar mediciones de espacios libres, hacer planos de corte de piedra y, posteriormente, ejecutar la obra de cantería.
En palabras de Rubén Antoñanzas, “respecto a las labores de datación absoluta, se han realizado los estudios en el plazo previsto, con resultados sobre el mortero analizado que abarcan varios siglos”.
“Sin embargo, recientemente se han hallado una serie de inclusiones de madera carbonizada en los morteros más altos de la pila que nos abren la posibilidad de usar el método de datación conocido como carbono-14 para logar una mayor precisión en los resultados y conocer, por fin, el probable origen del Puente Mantible”, ha añadido el concejal del PR+.
PRÓXIMOS PASOS.
Con la construcción de la estructura provisional o cimbra para la reconstrucción posterior de la bóveda, continuará el proceso de reconstrucción completo del arco siguiendo el proceso de anastilosis.
Es decir, creando un puzle con la piedra original en una posición similar a la de la fábrica de su momento de construcción, nuevos elementos pétreos de naturaleza similar y morteros de unión hidrofugantes para facilitar su conservación.
Una vez el arco quede levantado a su posición original, se procederá a su unión con los arranques que se mantienen en pie mediante el relleno en capas de los mampuestos y su cubrimiento con piezas de piedra.
Finalmente, las juntas de la pila 2, el nuevo arco y el estribo de la margen derecha quedarán debidamente impermeabilizados mediante el uso de membranas de diferentes materiales o de materiales hidrofugantes.
Al margen de las labores de reconstrucción y rehabilitación, se llevarán a cabo el control arqueológico de todas las obras y diferentes excavaciones como la base y el extremo del estribo para conocer su estado de conservación y avanzar en el conocimiento de su cronología junto al análisis de los morteros profundos.
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