“Hace 12 años que trabajo en una casa de acogida para víctimas, y nunca hubo una mujer en el estado en el que entró esta señora”, relata una trabajadora social
PALMA, 22 (EUROPA PRESS)
Varios testigos del juicio por el ‘crimen del jacuzzi’ de Menorca han relatado este martes, ante el Tribunal del Jurado, graves episodios de violencia de género sufridos por la víctima antes de su muerte en junio de 2018, presuntamente a manos de su pareja.
La Fiscalía y el Govern balear piden una condena de 25 años de cárcel para el marido de la fallecida, al que acusan de haber preparado a su esposa un cóctel con una dosis letal de MDMA y sangría y de haberle sumergido la cabeza en el agua para terminar de matarla.
Inicialmente el caso se consideró una muerte accidental. El hombre sostiene que se durmió y se encontró a su mujer inerte en el jacuzzi. El suceso tuvo lugar en una nave industrial de Ciutadella, en junio de 2018, si bien el hombre no fue detenido hasta un año más tarde, en noviembre de 2019.
En 2013, la pareja de origen venezolano ya residía en un municipio de Menorca. Un día la mujer llamó a la puerta de sus vecinos “llena de golpes”. “Estaba llorando y me pidió que por favor la acompañada al médico y a la Policía. Dijo que había tenido que escapar por una ventana porque él la había encerrado, y que había esperado a que estuviera completamente dormido para poder escapar”, ha explicado su vecina de entonces.
La vecina acompañó a la mujer a denunciar, y se le concedió un piso de protección. “Hace 12 años que trabajo en una casa de acogida para víctimas, y nunca hubo una mujer en el estado en el que entró esta señora”, ha explicado una trabajadora social. La mujer “casi no podía abrir los ojos de la hinchazón que llevaba”, presentaba “una herida en la nariz, las orejas negras” e incluso “mordiscos en las nalgas”.
Su vecina ha indicado que un año más tarde, cuando la llamaron a declarar por este caso de violencia de género, la víctima le anunció en el Juzgado que había retirado la denuncia: “Me dijo que había vuelto con él y que le había perdonado”.
Un amigo del matrimonio ha confirmado que el hombre “la controlaba” y que incluso dejaba el teléfono grabando cuando ella hablaba con amigas para escuchar después lo que habían hablado. La hermana de la víctima ha declarado que el acusado obligaba a la víctima a consumir drogas y a “mantener relaciones sexuales con otras personas que no conocía”.
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