PALMA, 26 (EUROPA PRESS)
Evaluar de forma continua los diagnósticos de salud con el fin disponer de los datos necesarios para llevar a cabo políticas basadas en evidencias, avanzar en la implementación de la dieta mediterránea y una mayor alfabetización alimentaria de los sectores más vulnerables son algunos de los retos a los que se enfrenta Baleares para hacer frente al sobrepeso y la obesidad infantil.
Así lo ha explicado a Europa Press el presidente del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas del archipiélago (Codnib), Manuel Moñino, quien pese a valorar de forma positiva algunas de las medidas llevadas a cabo a nivel autonómico y que se pretenden implementar a nivel nacional, ha instado a las administraciones públicas a tomar decisiones valientes.
Entre ellas, por ejemplo, regular los entornos alimentarios más allá de los centros escolares y sanitarios, implantar la educación nutricional como una asignatura con entidad propia, aplicar políticas fiscales que incentiven el consumo de productos saludables o regular la publicidad de aquellos que sean perjudiciales para la salud de los menores.
Los últimos datos disponibles en Baleares son los del segundo estudio sobre la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil y juvenil (Epoib II), realizado entre 2016 y 2017. En líneas generales, la encuesta arrojó que uno de cada cuatro alumnos del archipiélago presentaba exceso de peso y que la prevalencia de la obesidad era del 10%, ligeramente por debajo de lo registrado una década antes, fecha del primer informe que se realizó en la región.
Con estas cifras, que este 2025 cumplen ocho años de antigüedad, es difícil hacer una radiografía del estado actual de los jóvenes baleares. No obstante, Moñino considera que, ponderando las cifras del estudio ENE-Covid –datos, autorreferidos, de 2020– y del informe Aladino –actualizado, con información antropométrica, hace ahora dos años–, se puede realizar una aproximación.
Aunque el segundo de estos documentos no cuenta con un desglose por Comunidades Autónomas, los datos a nivel nacional de ambos son muy similares, por lo que es posible intuir que los regionales de uno también se ajustan “casi al 100%” a los del otro, según el presidente del Codnib. El ENE-Covid reflejó que el 16,4% de los niños de Baleares presentaban sobrepeso, por debajo de la media nacional, mientras que el 11,4% tenía obesidad, por encima del promedio.
Este acercamiento a la situación actual es compartido por la técnica del Servicio de Promoción de la Salud del Govern Catalina Núñez, quien ha ejercido como pediatra durante 25 años. Su percepción, ha asegurado en declaraciones a Europa Press, es que las cifras tampoco han cambiado en exceso desde el último informe realizado íntegramente en Baleares.
EVALUACIÓN SANITARIA CONTINUA
Buena parte de las cerca de 70 entidades y organismos que el pasado noviembre firmaron el ‘Pacto por la Salud’, ha recordado Moñino, solicitaron al Ejecutivo autonómico que el diagnóstico en salud de la población del archipiélago se realizara de forma continua. “Es los que realmente nos dan los datos basados en la evidencia para tomar decisiones políticas, y es una carencia que es evidente”, ha señalado Moñino.
Esta reclamación, que se extiende a todo el ámbito sanitario y en la que coinciden ambos expertos, también hace referencia al Epoib. Moñino ha pedido que se realice cada tres o cuatro años, periodo similar al del informe Aldino, y Núñez cree que actualizarlo “sería lo ideal” dado que es una de las principales fuentes de información para abordar esta problemática.
Mientras tanto, desde el Codnib han ido llevando a cabo diversos proyectos de la mano del Consell de Mallorca para ir recabando información. Uno de ellos, en marcha desde el pasado septiembre en dos institutos de Palma, es un estudio piloto de intervención nutricional y actividades físicas a través del cual, durante los próximos cuatro años, se medirán datos antropométricos y sobre los hábitos alimentarios de los alumnos.
AVANZAR EN LA DIETA MEDITERRÁNEA
Ambos expertos se han mostrado de acuerdo en destacar el decreto sobre la promoción de la dieta mediterránea en los centros educativos y sanitarios de Baleares, de 2019, como una de las mejores políticas implementadas a lo largo de los últimos años para hacer frente al sobrepeso y la obesidad infantil.
“Es una medida que fue y es importante, porque los centros educativos se han puesto las pilas, pero queda mucho trabajo por hacer”, ha valorado Núñez. “No es el decreto ideal y tiene mucho margen de mejora, pero es positivo”, ha agregado Moñino.
Mientras en los comedores escolares –cuyos menús se someten a revisión– el control es más sencillo, en las cafeterías y máquinas expendedoras –donde está prohibida la venta de bollería industrial y bebidas azucaradas– el cumplimiento del decreto es más difícil de vigilar.
“No hay capacidad inspectora, ni en la Conselleria de Educación ni en la de Salud, para comprobar que ahí se están cumpliendo las condiciones”, ha subrayado el presidente de los dietistas y nutricionistas de Baleares.
Núñez, en la misma línea, ha lamentado que el Servicio de Promoción de la Salud no disponga de sus propios inspectores, una figura que ya existe en otras regiones, para poder cerciorarse del cumplimiento de esta normativa.
De cualquier modo, ha explicado, el Govern está trabajando en un cuestionario para qué cada centro escolar que cuente con servicio de cafetería o máquinas expendedoras informe de los productos que ofrecen y poder, en los casos que sea necesario, tomar medidas al respecto.
ALFABETIZACIÓN ALIMENTARIA
Otro de los campos en los que la administración autonómica tiene previsto incidir es el de la pedagogía, especialmente entre los sectores más vulnerables. “Estoy convencida de que nadie da algo a sus hijos sabiendo que les va a hacer mal. Si lo hacen es porque no saben que es malo”, ha aseverado la técnica.
Según el último informe Aladino, las familias de rentas bajas –menos de 18.000 euros anuales– presentan niveles de obesidad y sobrepeso mucho más elevados que las de rentas por encima de los 30.000 euros y su situación, además, se cronifica a lo largo de los años.
“Bajos ingresos y bajo nivel educativo suelen corresponderse con bajos índices de alfabetización alimentaria. A la limitación económica para el acceso a los alimentos de esas familias se les suma la dificultad para tomar decisiones responsables”, ha apuntado Moñino.
Para reducir la brecha entre los diferentes niveles socioeconómicos es necesario realizar un trabajo pedagógico, ha continuado Núñez, y por ello el Servicio de Promoción de la Salud ha puesto en marcha dos proyectos financiados con fondos europeos.
Uno, enfocado en la prevención, se está llevando a cabo en un centro de salud de Ibiza. El segundo se está comenzando a implementar en los barrios palmesanos de Nou Llevant y La Soledat, cuyos resultados al cruzar datos de prevalencia de obesidad y sobrepeso y de vulnerabilidad social fueron especialmente preocupantes.
Mediante una “intervención en el entorno”, ha apuntado la pediatra, llevarán a cabo acciones encaminadas a estimular la actividad física de los jóvenes, habilitarán huertos en los centros educativos e impartirán talleres de alimentación saludable o de cocina de aprovechamiento.
Además, están trabajando en adaptar los contenidos sobre alimentación, actividad física y bienestar emocional que están disponibles en la web de ‘Eina Salut’ para que éstos sean más accesibles para las familias.
“Que un niño tenga sobrepeso u obesidad no es solo porque coma mucho y se mueva poco, tenemos que facilitar que hagan ejercicio o que tengan una tienda saludable al lado de casa. No podemos culpar a las familias de que una pizza valga menos que un kilo de plátanos”, ha concluido Núñez.
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