MADRID/PALMA, 2 (EUROPA PRESS)
La contaminación o la mala gestión medioambiental de su litoral ha llevado a casi medio centenar de playas españolas, entre ellas Portocolom y Port d’Alcúdia, a recibir por parte de Ecologistas en Acción unas simbólicas banderas negras que denuncian los mayores problemas a los que se enfrentan los 8.000 kilómetros del litoral español, entre los que destacan la turistificación, la urbanización a incluso la proliferación de playas caninas.
Como cada año desde 2005 se han otorgado un total de 48 Banderas Negras, dos por provincia y/o ciudad autónoma. Andalucía, que cuenta con hasta cinco provincias con costa, se ha convertido por ello en la comunidad más castigada de todo el país.
Los responsables de esta investigación han valorado tanto el estado de las diferentes playas de España como los factores externos que pueden repercutir en el deterioro del litoral español. Así mientras que de Málaga denuncian su contaminación lumínica, lo que repercute considerablemente a sus sistemas naturales, en Tarifa claman contra la acumulación de proyectos urbanizadores que amenazan a la costa del municipio.
De las 48 banderas otorgadas en 2023, 17 de ellas corresponden a casos en los que la urbanización ha llegado incluso a invadiendo el Dominio Público Marítimo-Terrestre. Por otro lado, Ecologistas en Acción ha otorgado 12 banderas negras a diferentes provincias españolas tanto por los vertidos a la costa como por las deficiencias en los sistemas de saneamiento y los graves problemas de depuración.
Entre el resto de factores que han sido fundamentales para entregar una de estas características banderas negras, la organización ha tenido en cuenta la contaminación tanto química como lumínica o acústica (6 banderas). También las afecciones a la biodiversidad (6), la acumulación de basuras marinas (3) y los dragados y las ampliaciones portuarias sin justificación (2).
PROLIFERACIÓN PLAYAS CANINAS
A pesar de que las problemáticas ambientales denunciadas son de naturaleza similar a la de años anteriores, por primera vez se incorpora un problema que no se había denunciado: la proliferación de playas caninas designadas sin una evaluación previa de impacto ambiental. Es el caso de la playa de A Calzoa, designada como playa canina sin haber previsto el grave impacto ambiental que se ha generado, por la que se ha otorgado una bandera negra al Ayuntamiento de Vigo.
Pasear con perros por entornos naturales se ha convertido en una actividad muy popular en todo el mundo, “que plantea una serie de problemáticas medioambientales y desafíos que deben ser abordados de manera responsable por parte de las administraciones y de la sociedad”, según la organización.
Numerosos estudios científicos evidencian el elevado impacto que el paseo con perros causa sobre la fauna litoral, principalmente a las aves, pues es el hábitat exclusivo de alimentación, descanso y reproducción para muchas de ellas. Los efectos negativos de esta actividad se cuantifican muy por encima del resto de tipos de molestias analizadas.
La ONG denuncia que los “atentados ecológicos” que crecen en número cada año, también aumentan los movimientos vecinales de rechazo que cada vez están más concienciados con la salud de los ecosistemas terrestres, costeros y marinos. Pero añade que pese a la presión y la movilización popular de las asociaciones, ONG y comunidades vecinales las administraciones hacen “oídos sordos” y actúan “tan lentamente” que los cambios “apenas son apreciables”.
Por otro lado, el informe retira la bandera negra a dos playas, que han mejorado su situación por la nueva depuradora de Barbate (Cádiz); el arreglo del emisario de Roquetas de Mar (Almería) y la ampliación de la depuradora para incluir el tratamiento terciario y aprovechar el agua regenerada.
La ONG destaca también las iniciativas políticas, administrativas y judiciales espoleadas por la presión social llevadas a cabo en el Mar Menor (Murcia). En este caso, no ha quitado la bandera negra pero la ONG destaca que se están observando algunas mejoras a consecuencia de la presión social, pese a que aún queda “mucho por hacer” en el Mar Menor.
48 BANDERAS NEGRAS.
En Andalucía, las banderas negras han recaído en las playas de Cuevas de Almanzora y Costa de Levante de Adra, en Almería; Vejer y Barbate (Cádiz); La Rábita y La Charca (Granada); Ría de Huelva y Playa de La Antilla (Huelva); Paraje Natural Acantilados Maro-Cerro Gordo y Litoral de la provincia de Málaga (Málaga).
En Asturias, saneamiento industrial Ría de Avilés y la Regasificadora de Gijón; el Saneamiento del Bajo Asón y los aparcamientos de caravanas en la costa de Cantabria. En Cataluña, el puerto y el aeropuerto en Barcelona; las Abarlofarras en calas de la costa brava y Pineda d’ en Gori (Gerona); las Playas de Tarragona y Platja del Trabucador (Sant Carles de la Rpita), en Tarragona. En Ceuta, por su parte, ha otorgado banderas negras al litoral frente a la desaladora y bahía norte de la ciudad y la LICES6310002 del Monte Hacho.
Por su parte, en el País Vasco, las banderas negras han recaído en Ría de Barbandun, Muskiz y en Gernica y Murueta, en Reserva de la biosfera de Urdaibai, en Vizcaya; y en San Sebastián y el Puerto de Mutriku en Guipúzcoa. En Galicia han recaído en las Minas de San Finx (Lousame) y en el dragado de la ría de O’Burgo en La Coruña; Playa de Arealonga (San Cosme de Barreiros) y la isla de Pancha (Ribadeo) en Lugo; el estuario de Foz y las Playas de Vigo, en Pontevedra.
En Canarias las banderas negras son para la paya del Charco de la Araña (Los Silos) en Tenerife y para Piscifactorías del Atlántico (Yaiza) y la Playa de Waikiki (La Goleta) en Las Palmas. En la ciudad autónoma de Melilla, Ecologistas en Acción se ha fijado en los vertidos de los cauces de la ciudad y en el proyecto de remodelación del cuartel Primo de Rivera.
Por último, las banderas negras para la Comunidad Valenciana han sido otorgadas para Cala de Lanuza y Cala Baeza y al Proyecto “Colossus” Calp en Alicante; Playa de Les Fonts y Playa del Triador (Vinars), en Castellón; la Depuradora de Pinedo y las Dunas playa de Tavernes, en Valencia. Mientras, en Región de Murcia han recaído en Bahía de Portman y Sierra Minera y en el Mar Menor.
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