Fiscalía rechaza el argumento del consumo de drogas: “Ser drogadicto no es un cheque en blanco”
Abogado defensor: “El acusado no merece seguir residiendo en España”
PALMA, 27 (EUROPA PRESS)
Las acusaciones han mantenido este lunes la petición de una condena de prisión permanente revisable contra el asesino confeso de su mujer embarazada y de su hijo de siete años en Sa Pobla (Mallorca) en mayo de 2021.
El juicio con jurado que se sigue en la Audiencia Provincial ha llegado este lunes a su recta final con la práctica de la prueba documental, la lectura de las conclusiones de las partes y el derecho a la última palabra para el acusado, que ha admitido que sabía que su mujer estaba embarazada en el momento de los hechos que ha pedido perdón asegurando que está “destrozado por dentro”.
“La historia de maltrato no acabó con la muerte de Warda y de su hijo, la historia debe acabar con la prisión permanente revisable contra el acusado”, ha señalado en su informe final el abogado de la familia de las víctimas, Pablo Juanico.
El letrado ha rechazado, por un lado, que el procesado pueda beneficiarse del atenuante de confesión porque “no ahorró tiempo a la investigación ni sufrimiento a las familias”. A juicio del abogado, el acusado no contribuyó al esclarecimiento de los hechos.
Ha rechazado, además, el argumento de la defensa de la situación de drogadicción. Según ha apuntado, ha quedado refutado y no se ha podido constatar, aunque fuera consumidor habitual, que en el momento de los hechos tuviera las capacidades afectadas por el consumo de sustancias estupefacientes. “Sabía lo que estaba haciendo”, ha añadido.
Para el letrado han quedado acreditados “unos hechos brutales que han marcado a una sociedad y a una familia”, haciendo hincapié en que, a la luz del procedimiento, tras recibir varios golpes, la mujer sufrió una muerte “lenta, agónica y prolongada” por estrangulamiento. Tras esto, el acusado se dirigió al menor y, sin ninguna posibilidad de defensa, acabó con su vida con el mismo método.
“SER UN DROGADICTO NO ES UN CHEQUE EN BLANCO”
En términos similares se ha pronunciado el fiscal Julio Cano, argumentando que “ser un drogadicto no es un cheque en blanco”. El representante del Ministerio Público sí que ha discrepado en relación a la confesión, aunque matizando “que muy importante no fue porque era cuestión de horas de que los cuerpos fueran descubiertos”. Además, ha recordado que en todo momento, hasta hoy, el hombre negó la paternidad del bebé en gestación. Para el fiscal, el acusado “sólo ha reconocido lo mínimo imprescindible”.
Fiscalía y acusación particular también han discrepado en relación a la situación de maltrato habitual. Mientras que el Ministerio Público cree que no ha quedado probada esta situación, aunque a nivel personal sí que pudiera decirlo, el letrado de la acusación se ha apoyado en las declaraciones de los familiares.
Sí que han coincidido, también lo ha hecho la defensa, en que a la vista de las declaraciones testificales y la práctica de la prueba pericial, la muerte de la mujer fue “lenta, dolorosa y agónica” y que tras acabar con la vida de la mujer, mató al hijo sin posibilidad de defensa.
“Aunque no lo hubiera reconocido, habríamos llegado a la misma conclusión”, ha afirmado el representante del Ministerio Público, subrayando el peso que han tenido las pruebas de ADN y biológicas halladas, por ejemplo, en el cincel y los restos de sangre en la ropa y en otros lugares.
Cano ha añadido, además, para reclamar un veredicto de condena, que no puede existir ninguna racionalización o justificación. “Aunque nos parezca increíble, hay gente que mata sin tener nada contra otra persona, por dinero. Hay sicarios. En este país hemos conocido el terrorismo. Sabemos que hay gente que ha matado a otras personas por motivos políticos. O sabemos que hay gente que mata a otros por motivos familiares Bueno, estas cosas pasan. Y estas cosas son las que han pasado aquí. No hay ninguna racionalización, no hay ninguna justificación”, ha argumentado.
ANÁLISIS DE ORINA Y SANGRE
Por su parte, la defensa del acusado, que ejerce el letrado Miguel Ángel Ordinas, ha señalado, por un lado, que ha quedado acreditado que el procesado estaba bajo los efectos de las drogas en el momento de cometer el crimen.
En este punto se ha referido tanto al largo historial de gravísimo consumo, como a la conversación telefónica que Warda tuvo con su padre en la que le explicaba, una hora antes de los hechos, que el acusado había vendido dos móviles y le ha había pedido 500 euros para drogarse. También ha recordado el historial de intentos de suicidio. “La adicción está probada y documentada”, ha insistido.
Así, para el letrado, no hay duda de que cuando su cliente mata a su mujer y a su hijo lo hace bajo los efectos del consumo de ese mismo día y afectado igualmente por el consumo crónico que padecía.
“Me arrepiento de no haber sido su abogado desde el principio. Tendríamos análisis de sangre y orina de esos días”, ha apuntado en relación a los facultativos que explicaron que a pesar de tratarse de un adicto, no había forma, más allá de análisis que se hubieran hecho en esas horas, de acreditar que estaba bajo los efectos de las sustancias.
En relación a la confesión, el abogado defensor ha insistido en que cuando nadie sabía que se había producido el crimen, a las 16.15 horas del día siguiente, él lo confesó a la familia y a la Guardia Civil.
También ha rechazado la acusación de maltrato habitual señalando que ya fue absuelto en 2020 no por la no declaración de la mujer, como habían apuntado las acusaciones, sino por el resto de pruebas que se practicaron-
La defensa del acusado ha admitido que el hombre, a la luz de los hechos, no puede seguir residiendo en España, por lo que pedirá su expulsión cuando se cumpla una determinada parte de la pena.
Los hechos se remontan al 16 de mayo de 2021 cuando en el transcurso de una discusión con su mujer, que estaba en torno a la semana 20 de gestación, el hombre habría propinado un fuerte golpe en la cabeza con un cincel a la mujer y la habría estrangulado hasta matarla a ella y al bebé en gestación. Todo esto, en presencia del hijo de ambos, de siete años, a quién también habría estrangulado hasta acabar con su vida.
El juicio arrancó el pasado 17 de enero con las alegaciones de las partes y la declaración del acusado, que admitió haber matado a su mujer y a su hijo tras haber consumido una gran cantidad de alcohol y cocaína.
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