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La mujer acusada de asaltar iglesias y acosar y agredir a sacerdotes se acoge a su derecho a no declarar en el juicio

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Un trabajador del Obispado explica que la mujer fue a las oficinas “fuera de sí” insultando y asegurando ser “mensajera de Jesucristo”

PALMA, 14 (EUROPA PRESS)

La mujer acusada de asaltar iglesias y acosar y agredir a sacerdotes en Palma se ha acogido este lunes a su derecho a no declarar, en el juicio celebrado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial.

La Fiscalía pide para la procesada, por casi una veintena de delitos, penas que suman seis años de cárcel, 17 años y medio de internamiento médico y cerca de 900 euros de multa.

Tras comunicar la acusada su intención de no declarar, han comenzado las testificales con un trabajador del Obispado que ha explicado que la mujer acudió a las oficinas “fuera de sí”, exigiendo hablar con el vicario, insultando y asegurando ser “mensajera de Jesucristo”. Tuvo que ser desalojada por la Policía y sin embargo regresó horas más tarde y amenazó a una portera.

Asimismo, el párroco de la iglesia de Sant Sebastiá en Palma ha contado que la mujer ha mantenido un acoso constante a la parroquia, y que a él le insultaba diciéndole: “Te voy a condenar, no eres sacerdote, eres el anticristo”.

El clérigo ha indicado que la mujer le ha llegado a pegar con la cadena de su perro mientras caminaba por la calle, y que en una ocasión entró hasta la vivienda parroquial y le tiró sobre la cabeza el contenido de una botella de agua.

El comportamiento de la mujer asustaba a la feligresía porque interrumpía el culto con “palabras y gestos obscenos” y “se subía al altar rezando en latín”, “todo un espectáculo”. Tuvieron que contratar personal de seguridad porque estos episodios se repetían “a diario”.

Según el escrito del fiscal, los incidentes vienen sucediendo desde 2018, cuando la acusada, “llevada en todos los casos por un evidente ánimo de menosprecio hacia particulares que prestan sus servicios religiosos o acuden a actos religiosos”, ha cometido diferentes agresiones y desprecios contra estos, la mayoría en el interior de las sedes religiosas y llegando incluso a alterar las ceremonias o cultos que se estaban llevando a cabo.

En detalle, el fiscal enumera hasta 19 incidentes protagonizados por la encausada, en los que profirió insultos y amenazas de muerte, rompió cristales de los lugares de culto, causó desperfectos en carteles o interrumpió ceremonias y eventos religiosos, entre otras incidencias.

En uno de estos episodios llegó incluso a pegar una bofetada en la cara a un sacristán tras encararse con él, a pegar manotazos a personas que se acercaban a ella cuando impedía la celebración de ceremonias o a dar puñetazos y empujones a trabajadores de los establecimientos religiosos. También se orinó en el felpudo de una iglesia de Palma.

Otro ejemplo al que alude el fiscal ocurrió en un colegio de la ciudad, donde la procesada se hizo pasar por la madre de un alumno amenazando a la secretaria de la escuela. Asimismo, la mujer acudió a una tienda de Palma para robar varios inciensos y propinó un puñetazo al propietario del local que le recriminó la sustracción.

En algunos de estos acontecimientos, según el Ministerio Público, la acusada pronunció frases del tipo ‘te voy a crucificar’, ‘el día que te pegue no te vas a levantar’ o ‘estás condenado a muerte’.

Además, Fiscalía señala que ha protagonizado otras situaciones no delictivas “que denotan la intencionalidad de sus actos”, como la que vivió un prior de la ciudad, al que profirió frases como ‘eres un sacerdote indigno’, ‘estás borrado de la lista de sacerdotes que se pueden salvar’ o ‘irás al infierno’.

Cabe señalar que la mujer ha sido diagnosticada en varias ocasiones, llegando a internar en unidades de psiquiatría para la valoración de su conducta. Dichos informes médico forenses concluyen inicialmente en que padece un trastorno de carácter psicótico como trastorno de la personalidad de tipo paranoide, base de un trastorno delirante crónico de contenido místico e ideas delirantes respecto de la institución religiosa.

La Justicia dictó para la acusada la prohibición de acercarse a menos de 150 metros de la Iglesia de San Miguel mientras durara la tramitación del procedimiento, así como una orden de alejamiento a menos de 50 metros del Obispado de Mallorca y la Iglesia de Les Rafaletes. Está en prisión provisional desde febrero de este año.

Fiscalía considera todos estos hechos constitutivos de numerosos delitos contra los sentimientos religiosos, amenazas, maltrato, daños, robo con violencia en grado de tentativa y lesiones, y pide considerar el atenuante de trastorno psíquico y el agravante de discriminación.

Además de las penas de prisión, internamiento y multas, el fiscal solicita también numerosas órdenes de alejamiento de la mujer hacia particulares y establecimientos religiosos.


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