El Ejecutivo autonómico autoriza destinar 800.000 euros a la investigación de la adaptación al cambio climático de los cultivos leñosos
PALMA, 12 (EUROPA PRESS)
El Consell de Govern, a propuesta de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha autorizado el encargo a Tragsa, como medio propio e instrumental de la Administración, para llevar a cabo el proyecto de mantenimiento de las infraestructuras de regadío con aguas depuradas de Baleares por un importe de dos millones de euros para los años 2023 y 2024.
De este modo, para las infraestructuras de Mallorca, 11 en concreto, se destinarán 738.670 euros cada año; a las de Menorca, dos en concreto, se dedican 95.693 euros cada año; a la de Ibiza, 53.635 euros cada año, y a la de Formentera, 112.000 euros cada año, según ha explicado el portavoz del Ejecutivo autonómico, Iago Negueruela, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consell de Govern.
En Baleares hay 15 infraestructuras de regadíos con aguas depuradas, que se encuentran en funcionamiento y/o finalizadas, y a las que la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación hace el mantenimiento.
En el caso de Mallorca son Santa Maria del Camí, Inca, Son Servera, Capdepera, Consell-Alaró, Maria de la Salut-Sineu-Ariany-Petra, Algaida-Montuïri, Vilafranca, Lloseta, Peguera y Artà. En Menorca están de Ciutadella y Es Mercadal, mientras que en Ibiza, es la de Santa Eulàlia des Riu, y en Formentera, la de Sant Francesc.
Todas las obras han sido promovidas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la Conselleria que dirige Mae de la Concha y ejecutadas por la empresa Tragsa.
En todos los casos, se trata de una balsa de acumulación de agua depurada, con estación de bombeo, desinfección y filtrado, y una red de riego con hidrantes. El mantenimiento es necesario dada la complejidad de las infraestructuras, para conseguir un correcto funcionamiento y para garantizar el riego en las comunidades de regantes.
Este encargo cuenta con el informe del Servicio de Reforma y Desarrollo Agrario, que justifica lo encomienda de las tareas a Tragsa por razones de economía, eficacia y eficiencia, y también con el informe del Servicio Jurídico de la Conselleria.
ADAPTACIÓN DE CULTIVOS LEÑOSOS AL CAMBIO CLIMÁTICO
Por otra parte, el Consell de Govern, a propuesta del Instituto de Investigación y Formación Agroalimentaria y Pesquera de Baleares (Irfap), de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha autorizado destinar 800.000 euros para investigar la adaptación de cultivos leñosos a los efectos del cambio climático.
El objetivo es generar conocimiento en lo referente a la influencia de las condiciones ambientales sobre la fenología reproductiva de las especies leñosas, la respuesta de las diferentes variedades al estrés causado por factores abióticos y bióticos, y las prácticas de manejo agronómico que permitan mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático.
También se estudiará el efecto de cubiertas vegetales sembradas asociadas a cultivos leñosos como alternativa al manejo convencional del suelo.
El proyecto lo ejecutará el Irfap, instituto especializado en la investigación, el desarrollo y la formación en materia de agricultura, ganadería, pesca y alimentación en las Islas.
El cambio climático supone una amenaza para los sectores vitivinícola, de los frutos secos y del oleícolo, entre otros. La alteración en el patrón climático provoca alteraciones en la fenología de los vegetales y en los procesos, por ejemplo, de inducción floral, de diferenciación, de cuajado y de maduración del fruto, que causan estreses abióticos y bióticos en las plantas que pueden derivar en una disminución de la producción y la calidad de los frutos.
Se trata de un proyecto clave para mantener una producción agrícola sostenible, suficiente y de calidad.
La agricultura, a pesar de su tecnificación, es la actividad que más depende directamente del clima y de su variabilidad. El cambio de comportamiento de las temperaturas y del régimen habitual de precipitaciones, así como el incremento de la concentración de CO2 atmosférico, afecta de manera significativa el desarrollo de los cultivos agrícolas.
Los cultivos permanentes, como los almendros, los algarrobos, los olivos y la viña, pueden contribuir a mitigar los efectos del cambio climático gracias al almacenamiento de biomasa y a la acumulación de CO2 atmosférico.
El ‘Proyecto de estudio y adaptación de los cultivos leñosos a los efectos del cambio climático en las Islas Baleares’ tendrá una duración anual desde 2023 hasta la anualidad de 2026.
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