PALMA, 2 (EUROPA PRESS)
El pleno del Parlament ha aprobado este miércoles una proposición no de ley con la que pide que Baleares quede exenta de cualquier nuevo impuesto que grave en transporte aéreo o marítimo, y anima al Govern a trabajar en ese sentido ante el Gobierno estatal y las instituciones europeas.
Se trata de una proposición presentada por El PI a raíz del nuevo gravamen al queroseno, combustible utilizado por los aviones. El portavoz de la formación, Josep Melià, ha alertado de que ese impuesto “podría afectar gravemente a la libre circulación de los ciudadanos de las Islas”, que no tienen “alternativas de transporte más limpias energética y ambientalmente al transporte aéreo y marítimo”, ya que no se benefician de las inversiones en tren de alta velocidad.
Además, Melià ha argumentado el ‘Estatut d’Autonomia’ establece que los poderes públicos deben velar por evitar desequilibrios económicos derivados de la insularidad, que vulneren el principio de solidaridad entre todas las comunidades autónomas.
El PI ha alertado de que el nuevo impuesto puede suponer un encarecimiento de los billetes, tanto interinsulares como con Europa, de aproximadamente un 50 por ciento.
En virtud del texto aprobado, el pleno también reivindica cambios normativos para que este sobrecoste se pueda incluir dentro del descuento de residentes del 75 por ciento.
Además, el pleno se ha posicionado en contra de la aprobación de normas tributarias o de precios que provoquen un incremento del precio de los billetes de avión o de barco con salida o llegada a los territorios insulares de la Unión Europea.
La diputada del PP Salomé Cabrera ha apoyado la propuesta compartiendo su inquietud por este asunto, como “menorquina que sufre en mayor medida esta situación”. “Al final gravar únicamente la conectividad no será lo que elimine las emisiones”, ha advertido.
Desde Cs, Juan Manuel Gómez ha puntualizado que no se discute la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles pero territorios como Baleares deben tener “por definición, no por privilegio, una singularidad específica ante la regulación”, y no mediante “enmiendas y negociaciones”.
Desde Vox, el diputado Sergio Rodríguez ha defendido que el impuesto “es absurdo”, sin vincularlo al hecho insular, y que no debería afectar a ningún ciudadano en España, rechazando lo que ha llamado “religión climática”. “El CO2 es bueno. No sólo es bueno, sino que la masa forestal mundial ha crecido más de un 7% desde 1982, la de España 2 millones de hectáreas en los últimos 20 años gracias al CO2”, ha afirmado, añadiendo que “el hielo del ártico está en máximos de los últimos 30 años”.
MÉS per Mallorca y Unidas Podemos no han apoyado todos los puntos. Han votado a favor del punto del descuento del residente y se han abstenido o votado en contra del resto, porque comparten que “quien contamina más debe pagar más”, en palabras de Miquel Ensenyat (MÉS), y que “no puede haber exenciones o exoneraciones para los combustibles fósiles”, en palabras de Pablo Jiménez (UP).
Ensenyat también ha lamentado el “esfuerzo” constante que necesita hacer Baleares para “recordar” a las instituciones las desventajas de la insularidad. Paralelamente, Jiménez ha incidido en la necesidad de “reducir las cifras escandalosas de vuelos diarios y no permitir la ampliación de ningún aeropuerto de las islas”.
Por último, Damià Borràs (PSIB) ha cargado contra “el proteccionismo tributario” a la aviación en Europa, que “no puede seguir siendo, como es ahora, el paraíso fiscal de la aviación”. Sin embargo, ha compartido que Baleares tiene que quedar excluida porque no cuenta con una “alternativa plausible al avión” y no quiere “que la condición insular se vea penalizada todavía más”.
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