La defensa pide su absolución asegurando que sólo existe como prueba la declaración de la víctima
PALMA, 9 (EUROPA PRESS)
El juicio contra el hombre acusado de estrangular y tratar de apuñalar a su mujer en Son Servera en 2018 ha quedado este miércoles visto para sentencia y con el fiscal manteniendo su petición de diez años de cárcel por homicidio en grado de tentativa.
En su informe de conclusiones, el representante del Ministerio Público ha argumentado, para mantener la calificación del delito como tentativa de homicidio y no de lesiones, que “no se puede decir en broma ‘te voy a matar'”.
Para el fiscal, durante el juicio ha quedado acreditada, por los medios y la intención, la voluntad del procesado de acabar con la vida de su entonces pareja. “No es sólo el intento de estrangulamiento con un fular, sino el acometimiento con una navaja hacia el cuello. Los medios, el fular y la navaja, se utilizan para producir lesiones graves o la muerte”, ha afirmado.
Además, para Fiscalía, el procesado constató en varias ocasiones su intención de matar a la mujer, extremo ratificado por los agentes que tomaron declaración a la víctima y que ha declarado en el plenario.
El acusado, por su parte, que pidió declarar en último lugar, ha negado categóricamente los hechos. “Si la hubiera querido matar quizás estaríamos en otra situación”, ha llegado a decir.
El hombre, que era policía local en aquel momento, ha asegurado que tras regresar de una comida en la que “comieron y bebieron bastante” ella entró primero en la casa mientras él aparcaba, momento en que escuchó ruido de cristales rotos.
El procesado ha mantenido que la mujer ni llevaba un fular en ese momento y que tampoco llevaba encima la navaja con la que supuestamente acometió contra ella.
La defensa de hombre ha pedido su absolución argumentando que solo existe como prueba el testimonio de la víctima y señalando que los agentes que han declarado solo han trasladado lo que les contó la víctima. Para el letrado, durante el juicio solo se ha admitido por parte del hombre una discusión, con ambos bebidos, por quién conduciría de regreso a casa.
El abogado defensor ha negado que haya quedado acreditada la intención de matar desde el momento en que la navaja fue hallada en el vehículo y que dentro de casa el hombre tenía cinco armas. “Tenía cuatro armas largas y un revolver. Si tenía la casa llena de armas y quería matarla, ¿qué necesidad había de estrangularla con un fular?”, ha indicado.
El letrado se ha referido también a la ausencia de sangre en la navaja y ha insistido en la ausencia de lesiones más allá de demoabrasiones o rojeces tras el supuesto estrangulamiento. La víctima, ha dicho el abogado, se pinchó con los cristales que ella misma había roto.
El acusado, haciendo uso de su derecho a la última palabra, ha asegurado que “ha dicho la verdad” y ha acusado a la víctima de mentir en su declaración.
AGRESIONES ANTERIORES
El juicio comenzó el lunes en la Audiencia Provincial con la declaración de la víctima, que relató que “casi no podía hablar cuando la estrangulaba”. A preguntas tanto del fiscal como de su abogado, la mujer explicó que no había denunciado anteriormente a su marido, aunque sí había sufrido algunas agresiones, principalmente empujones, aunque no un episodio de tanta gravedad como el objeto de este procedimiento.
Según señaló, después de una comida en la que ambos ingirieron alcohol, él más que ella, según dijo, regresaron a su domicilio donde se inició una discusión cuando ella quiso salir con unas amigas, extremo que ha negado el acusado.
La mujer explicó que fue en ese momento cuando comenzó la agresión, que consistió primero en el estrangulamiento con el fular que ella llevaba y un intento de apuñalamiento con una navaja que el hombre siempre portaba encima.
La víctima, en todo caso, solo sufrió por el uso del arma cortes en la mano cuando repelió el intento de navajazo en el cuello, aunque sí recibió golpes y manotazos. “Me dijo que haría lo que tenía que hacer, aunque fuera a la cárcel, que era una puta que no valía para nada”, continuó.
La víctima admitió que en un primer momento no quiso denunciar a su marido, aunque la sanitaria que la atendió en el centro sanitario llamó a la Guardia Civil siguiendo el protocolo en estos casos.
La Fiscalía mantiene para el hombre una pena de diez años de prisión, al considerar que ha quedado acreditado el intento de acabar con la vida de la mujer. Los hechos ocurrieron en el piso que compartía el matrimonio el 8 de marzo de 2018.
El fiscal mantiene que la mujer insistió en su intención de juntarse con sus amigas y que su marido la cogió por los hombros y la introdujo a la fuerza en el baño mientras le gritaba. Acto seguido, prosigue el fiscal, la llevó hasta la cama agarrada de la bufanda que llevaba puesta y la comprimió durante un tiempo con intención de asfixiarla.
La mujer intentaba gritar para pedirle que parara, porque no podía respirar, a lo que el acusado respondió apretándole el cuello con mayor intensidad y clara intención de atentar contra su vida.
La víctima logró zafarse de la agresión y escapar hacia otra estancia del piso, donde su marido le propinó puñetazos en la cara y un cabezazo en la nariz. A continuación, siguiendo el relato de Fiscalía cogió una navaja que portaba encima y le dijo “lo tengo que hacer, aunque vaya a la cárcel, yo a ti te mato”.
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