MENORCA, 16 (EUROPA PRESS)
El colectivo Arran se ha atribuido este jueves la autoría de un acto vandálico contra la comisaría de Policía Nacional de Maó donde trabaja el joven menorquín que, junto a otros tres agentes, se infiltraron en los colectivos sociales y el movimiento independentista catalán.
Los activistas han asegurado que han lanzado huevos con pintura contra las instalaciones de la Policía Nacional en Maó y han recalcado en un comunicado que quieren “dejar muy claro que los infiltrados no vivirán con tranquilidad, ni impunidad en los Països Catalans”.
Esta acción tiene relación con el estreno el pasado domingo del documental titulado ‘Infiltrats’, en el que se trataba el modus operandi y los patrones de los agentes durante su intervención. En concreto, el menorquín se infiltró durante dos años en el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans y en Resistim al Gòtic, bajo la identidad de Marc Hernàndez.
Desde la plataforma Arran han denunciado públicamente el “recorte a los derechos y libertades políticas” que supone infiltrar agentes de la Policía Nacional en los movimientos sociales y organizaciones de la izquierda independentista. “Este tipo de acciones persiguen únicamente el objetivo de controlar y reprimir la disidencia política, lo cual, de facto, significa perseguir ideologías políticas, aunque el ministro del Interior, Grande Marlaska, lo niegue”, han subrayado.
Así, han calificado al ministro de “torturador”. “No nos sorprende que no haya condenado estas infiltraciones, ya que es lógico que un torturador no vea torturas cuando las hay”, han dicho antes de destacar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado en 11 ocasiones al Estado español por no investigar denuncias de torturas, y en siete de esas 11 ocasiones el juez señalado era Grande Marlaska.
El colectivo considera que “el Estado español es un estado antidemocrático, y las cuatro infiltraciones destapadas tuvieron lugar con la socialdemocracia del PSOE y Podemos en el Gobierno”. Asimismo, han denunciado que “el Gobierno actual, en lugar de condenar las infiltraciones, se ha mantenido en silencio, demostrando una vez más la farsa detrás del progresismo del que presumen”.
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