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El acusado de traer 26.000 euros en drogas a Ibiza en un vuelo desde Las Vegas niega ser el propietario

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Posee acciones de una constructora kuwaití valoradas, según él mismo, en un billón de euros

PALMA, 28 (EUROPA PRESS)

El hombre acusado de introducir en Ibiza estupefacientes valorados en más de 26.000 euros en un avión privado procedente de Las Vegas en julio de 2021 ha negado las acusaciones contra él y ha asegurado desconocer la procedencia de las drogas.

Así se ha expresado en su declaración en el juicio, en el que ha intervenido en último lugar y después de haber escuchado a numerosos testigos que han indicado que él mismo reconoció, en el momento del hallazgo, que las sustancias le pertenecían.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma ha finalizado este viernes el juicio contra el acusado, para quien la Fiscalía pide una pena de nueve años de prisión y a una multa de 53.000 euros como supuesto autor de un delito contra la salud pública.

La defensa del hombre, que ejercen tres abogados de forma conjunta, solicita que sea absuelto al considerar que no se ha podido certificar que la maleta en la que se encontraron las sustancias estupefacientes y que hubo deficiencias en la cadena de custodia de las mismas.

“DIJE QUE TODO ERA MÍO PORQUE FLETÉ EL AVIÓN”

El procesado, de 37 años y nacionalidad estadounidense, ha reconocido que la madrugada del 16 de julio de 2021 llegó al aeropuerto de Ibiza en un avión privado procedente de Las Vegas en el que viajaban una treintena de personas más invitadas por él.

Ha señalado que llevaba consigo tres equipajes de mano, pero que en ellos no portaba ninguno de los diferentes estupefacientes –cocaína, marihuana, ketamina, MDMA…– que le ha ido enumerando la fiscal.

Aunque ha reconocido que sabe que se le acusa de intentar introducir todas estas sustancias, supuestamente con el objetivo de distribuirlas a terceros, ha asegurado que las maletas en las que se hallaron no eran suyas.

Sí, ha admitido, introdujo en el escáner maletas que no le pertenecían con la intención de agilizar los trámites. “Había mucho ajetreo. Una de las personas que estaban trabajando en el escáner –guardias civiles o agentes de aduanas– me preguntó en español si era mío, y yo dije que todo era mío porque yo había fletado el avión”, ha dicho, asistido por un intérprete.

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Fue en ese momento, ha relatado, cuando le introdujeron en una sala y abrieron el citado equipaje, del que fueron extrayendo diversas cantidades de distintas drogas. “Ahí me di cuenta que el tema era serio. No sabía qué estaba pasando, estaba como congelado, en shock. No dije nada”, ha rememorado.

“Lo único que dije, en español, fue que todo era mío. Cuando se puso serio me metieron en una sala en la que todo el mundo estaba hablando en español y no entendía nada”, ha añadido. “No sabía cómo explicarme. Dije que no entendía qué estaba pasando y que necesitaba que alguien me tradujera”, ha continuado.

Su nivel de castellano, ha defendido, no es suficiente para tener una conversación más allá de cuestiones básicas como “por favor o gracias”.

La representante del Ministerio Público le ha cuestionado por qué los agentes han manifestado que estaba preocupado por el devenir de las maletas. Algunos de sus equipajes, ha contestado, también fueron registrados y se estaban mezclando sus pertenencias con las de otros.

La abogada de la defensa, entre otras cosas, le ha cuestionado acerca de su situación personal y empresarial. El acusado ha asegurado que posee el 25 por ciento de las acciones de una constructora kuwaití, valoradas en un billón de euros, y que ostenta un cargo en esa empresa por el que percibe el equivalente a 70.000 euros mensuales.

A todo ello, ha asegurado, se le suman los ingresos que percibe de otros múltiples negocios. En Ibiza, ha puesto como ejemplo, tiene una oficina en la que personas de diferentes lugares del mundo pueden acudir a trabajar cuando se encuentran en la isla.

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LA LOCALIZACIÓN DE LAS DROGAS

Este viernes también ha declarado dos de las agentes de Vigilancia Aduanera que el día de los hechos se encontraba en la zona en la que se estableció el control de documentación y los equipajes de mano de los pasajeros del avión privado.

En la línea de los manifestado por el resto de compañeros y efectivos de la Guardia Civil que se encontraban en el mismo lugar, han asegurado que el procesado admitió que las maletas con las sustancias estupefacientes eran de su propiedad.

“Cuando abrimos la maleta ya olía mucho a marihuana, llamaba la atención. Le preguntamos si tenia algo, y nos dijo que no, pero cuando empezamos a sacar las cosas ya las encontramos”, ha señalado una de ellas, quien ha aseverado que en la maleta también había documentación del acusado.

A medida que fueron encontrando las diferentes dosis de estupefacientes, han coincidido ambas, el hombre colaboró con ellas a la hora de identificar el tipo de droga que eran.

En la primera sesión de la vista oral, celebrada este jueves, tres agentes de la Guardia Civil certificaron que las maletas en las que se hallaron las drogas pertenecían al acusado, y que así lo admitió el mismo al ser preguntado por ello. “Simplemente se le preguntó si era suyo y dijo que sí. Dijo que era todo suyo y que era para él”, subrayó uno de ellos.

INFORMES FINALES

La fiscal, que ha mantenido su petición de pena, ha considerado que ha quedado probado que el equipaje en el que se encontraron los estupefacientes pertenecían al acusado, pues estuvo pendiente de ella durante todo el control.

“Es absurdo pensar que si esta maleta que él asume como propia fue en el control fuera de otra persona, ésta no estuviera pendiente de ella, porque dentro había sustancias numerosas y valiosas. Sabemos que el acusado tiene un alto poder adquisitivo, pero tal vez sus amigos no tanto”, ha señalado.

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Además, ha sostenido que el procesado tiene el suficiente nivel de castellano para haber hecho entender a los agentes que el equipaje no era suyo. “Dijo ‘todo es mío’. Si hubiera dicho ‘todo esto no es mío’ tal vez estaríamos en otra situación”, ha ironizado.

La letrada de la defensa, por su parte, ha defendido que mediante la prueba practicada no se puede determinar con total seguridad que la maleta en la que fue hallada la droga pertenecía a su representado. “Es una persona intachable que carece de antecedentes penales y policiales, nunca en su vida había tenido ni el más mínimo tropiezo”, ha dicho.

También ha considerado contradictorio que si la intención del acusado era introducir los estupefacientes para distribuirlos, éstos estuvieran a la vista en el interior del equipaje y no, por ejemplo, en un doble fondo.

Por último, ha apuntado a los diversos errores que, a su juicio, cometió la Guardia Civil a lo largo de la investigación y la redacción del atestado, lo ha considerado que invalidaría la acusación contra su defendido. “No podemos descartar que todo fuera una confusión”, ha sentenciado.

LOS HECHOS JUZGADOS

Según expone el Ministerio Público en su escrito de acusación, sobre las 03.30 horas del 16 de julio de 2021 el acusado aterrizó en el aeropuerto de Ibiza con un vuelo privado procedente de Las Vegas acompañado de cerca de 30 personas.

Al pasar su equipaje de mano por los escáneres, éstos revelaron que en su interior había 83 gramos de cocaína, 348 gramos de ketamina, 52 gramos de MDMA y 543 gramos de cannabis, todo valorado en 26.514 euros.

La Guardia Civil detuvo al acusado y, dos días después, un Juzgado de Ibiza dictó su ingreso en prisión provisional. Poco menos de un mes después quedó en libertad a la espera de la celebración del juicio que este viernes ha quedado visto para sentencia.


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