MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, presentó este jueves su plataforma Sumar como “la llave de una nueva década progresista”, porque “si no sumamos, va a llegar a España la barbarie”, pero, como otras veces, rehusó recluirse “en una esquina del tablero” político, aludiendo a la extrema izquierda.
Lo hizo en el cierre de un acto en Lavapiés en el que los 35 grupos de trabajo temáticos que elaboran el llamado “proyecto de país” de Díaz presentaron sus conclusiones preliminares. Asistieron algunas figuras procedentes de Podemos, como el secretario general del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Txema Guijarro; el consejero del Gobierno balear Juan Pedro Yllanes; la eurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop; y antiguos “errejonistas” como Pablo Bustinduy, Eduardo Maura e incluso la exjefa de prensa de Pablo Iglesias Laura Casielles. También acudió la referente trans Elisabeth Duval.
Tras la exposición de los grupos de trabajo, Díaz comenzó denunciando que “hay gente que hace mucho ruido pero no tiene proyecto de país”, y presentó Sumar como “la garantía, la llave” de “una nueva década progresista en España, advirtiendo de que “si no sumamos, va a llegar a España la barbarie”.
Reconoció que ella no conoce los debates de los grupos de trabajo, porque le pidieron trabajar con libertad, pero avanzó que ahora toca “abrir el debate al conjunto del país”. “Necesitamos un nuevo sentido común de época”, estableció, comparando la actual con la de la segunda posguerra mundial, cuando se generalizó el Estado del bienestar en Europa Occidental. Abogó por una “respuesta colectiva a las necesidades del país” centrada en “las cosas del comer” y en “reinventar lo público, el papel del Estado”.
“Sumar no va de estar en una esquina del tablero”, acotó, en una separación tácita de Podemos. Eso sí, enfrente situó al “proyecto neoliberal”, del que dijo que “es fundamentalmente cultural, una gestión desde el dolor, desde el sufrimiento”, que “demostró su inutilidad en la gestión de la pandemia”.
“El proyecto neoliberal está fracasado”, diagnosticó, para avisar de que “ahora toca sumar mucho para derrotarlo políticamente”. Según dijo, “en España hay un gran representante del proyecto neoliberal”, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que “sólo habla de bajar impuestos”, cuando en el Reino Unido “casi se cargan el país” al hacerlo.
Por sectores concretos, denunció la “intolerable” tasa de temporalidad en la sanidad pública, especialmente de los sanitarios jóvenes; reclamó un cambio de modelo en la Atención Primaria e introducir en el sistema nacional de salud la bucodental y la óptica; limitar el precio del alquiler “con carácter de urgencia”; y obligar a los fondos de inversión a mantener a su propia costa viviendas sociales.
También reiteró su apuesta por democratizar las empresas dando entrada a los trabajadores en los consejos de administración, por reducir la jornada laboral, por no dejar horas extra sin remunerar y por aprobar una ley de los usos del tiempo, de forma “que sea el puesto del trabajo el que se adapta a la vida de la gente” y permita, por ejemplo, excedencias forzosas para formación en el extranjero.
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