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Víctimas del 11-M con discapacidad denuncian falta de ayudas casi veinte años después de la masacre

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MADRID, 11 (SERVIMEDIA)

Víctimas con discapacidad de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid se quejan, casi veinte años después de la masacre, de estar desatendidas y no recibir suficiente ayuda para sus secuelas y los problemas económicos que atraviesan.

Así lo aseguran víctimas del 11-M consultadas por Servimedia, que se quejan de recibir pensiones muy bajas, no tener trabajo o encontrar dificultades para acceder a una pensión de jubilación al no haber podido cotizar los años suficientes.

A este respecto, Miguel Folguera, consejero de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), indica que “muchas víctimas” del 11-M “lo están pasando mal”, ya que están recibiendo pensiones bajas o directamente no las perciben.

Folguera afirma que las administraciones, tras pagar las indemnizaciones por la acción terrorista, “se quitan de en medio”, de forma que tienen que ser entidades de la sociedad civil, como la AVT, la que atiendan a estas personas.

Este responsable de la principal asociación de víctimas señala que su entidad da tratamiento psicológico, ayudas sociales o “cheques de alimentación” a afectados del 11-M, lo que incluye a ciudadanos con discapacidad.

“NO QUIERO FAMA”

En una situación así está Elisabeth Aguilar, de origen colombiano y 58 años de edad, que cuando se vio afectada por los atentados de Madrid sólo llevaba tres años en España, a donde había venido para tratar de labrarse un futuro mejor.

Su presencia en uno de los trenes contra los que los yihadistas atentaron el 11-M le provocó grandes problemas de movilidad, a los que se sumó un atropello de coche años después, lo que hace que en la actualidad tenga una discapacidad del 71%.

Esta víctima explica que su discapacidad le reporta una asignación mínima y hace que deba pedir a Cáritas ayuda para la comida. Además, necesita encontrar un trabajo para que la pensión que pueda corresponderle en los próximos años le permita vivir con alguna dignidad. “No quiero fama, sino un trabajo y alguna ayuda para poder estabilizarme y poder aspirar a una pensión suficiente”, apunta.

En una situación similar se encuentra Ramón Guervos, de 66 años, ya prejubilado, pero con una pensión que le impide arreglar el coche, que necesita para ir a comprar a un supermercado próximo a su domicilio, situado en San Martín de Trevejo (Cáceres).

Guervos, que era pintor de profesión, explica que su presencia en un tren del 11-M le causó una discapacidad del 40%, debido a que la metralla de las bombas le afectó a una pierna y a la zona de la pelvis. Estas secuelas complicaron su situación laboral tras los atentados y le han dejado una pensión baja, algo que hace que, en ocasiones, deba pedir ayuda a la ATV para la comida.

“MÁXIMO” DAÑO

La masacre del 11-M provocó heridas a cerca de 1.900 personas, de las que muchas de ellas quedaron con secuelas de diverso tipo. Las consecuencias psicológicas son generalizadas entre los afectados, mientras que las físicas varían dependiendo de las víctimas.

Al Ministerio del Interior le consta que la masacre de Madrid dejó 100 personas afectadas con grandes incapacidades. En concreto, 68 de las víctimas de los atentados tienen reconocida la invalidez total, 26 invalidez absoluta y 6 gran invalidez.

Estos reconocimientos de discapacidad no los efectúa Interior, sino tribunales médicos de las comunidades autónomas. Sin embargo, el Ministerio tiene acceso a los mismos debido a los trámites que las víctimas hacen ante este departamento para solicitar ayudas y realizar otras gestiones.

En este sentido, el daño generado por la masacre de 2004 era algo premeditado, como asegura el experto en terrorismo Fernando Reinares, autor del libro ‘11-M. La venganza de Al Qaeda’, en el que se analiza esta acción criminal.

Reinares explica que “el modo en que se ejecutaron los atentados del 11-M revela que los terroristas quisieron provocar el mayor número posible de muertos y heridos con las bombas que habían fabricado”. Aduce que los terroristas buscaban causar aún más destrucción, pero que uno de los trenes se retrasó y a otras bombas les falló el detonador.


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