MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
La Fiscalía Provincial de Madrid solicita tres años de prisión para un hombre que se dedicó durante siete meses a acosar e injuriar al exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y a la exministra de Igualdad Irene Montero.
El Ministerio Público defenderá esta petición de pena en el juicio que se celebra el próximo martes.
La acusación pública sostiene que el hombre que se sentará en el banquillo provocó una alteración de la vida familiar diaria y de las actividades de Iglesias y Montero. Así se dedicó a hacer, junto a la vivienda de la pareja, “ruidos constantes en horarios de descanso de niños de corta edad”, al tiempo que su conducta provocó una “limitación de movimientos en compañía de los menores por temor a que presenciaran o escucharan expresiones ofensivas” hacia sus padres.
El fiscal le imputa los delitos de injurias graves con publicidad a la autoridad, acoso y descubrimiento de secretos. Entre el 15 de mayo y el 12 de diciembre de 2020, el acusado decidió mostrar su disconformidad con la gestión por parte del Gobierno de la crisis derivada de la pandemia del covid-19 enfocando su malestar en las figuras de Iglesias, su pareja Montero, y sus tres hijos de corta edad.
ACUDIÓ A SU DOMICILIO
A tal fin acudió en varias ocasiones a las inmediaciones de su domicilio familiar en Galapagar donde, “en un principio”, se limitó a sumarse a las concentraciones diarias que se producían por parte de algunos ciudadanos. Sin embargo, en pocos días “incrementó” su actividad comenzando a portar un aparato de música con altavoces en el que se reproducía con volumen alto el himno nacional y a proferir gritos dirigidos a Iglesias denominándole “chepas”, “garrapata”, o diciendo “no vamos a parar hasta que os vayáis a Venezuela”.
El 2 de junio de 2020, el acusado acudió portando una pancarta que exhibió ante los allí concentrados, en la que había escrito el texto “Pablo Iglesias…..hijo de terrorista”, pancarta que portó los siguientes días 3 y 4. El 5 de junio añadió, en su cara posterior, otro texto dirigido contra Montero que decía “Irene Montero, ministra analfabeta cuyo mérito es tener las rodilleras gastadas”, pancarta con doble faz que portó hasta el 7 de junio.
El 12 de julio, acudió de nuevo al mismo lugar antes de la hora en que se producían normalmente las concentraciones para evitar que se hubiese ya instalado el dispositivo de seguridad. Aprovechó para acceder por el campo a la parte trasera de la propiedad donde se encuentra una roca de gran tamaño a unos 10 metros sobre la que se subió y desde la que pudo ver el porche trasero de la vivienda y parte del jardín. Comenzó entonces a realizar una grabación con su teléfono móvil, hasta que fue sorprendido por los ocupantes, invadiendo su intimidad.
INSULTOS ANTE LOS HIJOS
El 17 de octubre, con ocasión del aniversario de Iglesias, de nuevo el acusado se acercó a su domicilio y, cuando el citado salía con sus hijos, se acercó intentando llegar hasta él, lo que le fue impedido por parte de los agentes que allí se encontraban, pero al no conseguirlo le gritó delante de los niños “felicidades, hijo de puta”.
Pese a que al acusado le llegaron a tramitar hasta el mes de julio un total de 33 denuncias administrativas por saltarse el estado de alarma y por intentar sobrepasar los límites del perímetro de seguridad que se montaba en torno al domicilio de la pareja, no cesó en su acoso. Finalmente, el 29 de diciembre de 2020 se acordó la medida cautelar de prohibición al acusado de aproximarse a Iglesias y Montero, a su domicilio, lugares de trabajo o cualesquiera otros que estos frecuenten a una distancia inferior a 500 metros.
- Te recomendamos -